Desde la sugerente ilustración de la portada, obra de Akira Kusaka, el volumen de Ardicia nos sumerge en la campiña inglesa sin ningún tipo de preámbulo. Tanto como el propio texto, que nos conduce, desde el primer párrafo, a la psicología de su protagonista masculino: “aventurero”, según las palabras del narrador, voluble y manejable, según sugieren los actos del personaje, quien ya nos es presentado cambiando de pasiones y de afectos por algo tan contundente como un paseo en coche.
Será la relación del coronel Ople y su vecina, lady Camper, el eje argumental de esta novela corta de 1890, en la que George Meredith (1828-1909) despliega su arsenal habitual, aquí condensado y recubierto de una fina pátina de ironía que, en ocasiones, raya en el sarcasmo: la hipocresía de las convenciones sociales, una visión atípica del amor y una presencia de la mujer nada habitual en la literatura coetánea. Todos estos ingredientes se fusionan para alumbrar una historia amable y ligera, en la que sufrimos con el general a la vez que nos sentimos tentados de proferir un “te lo mereces por calzonazos” o, dicho con elegancia, “te lo mereces por no actuar según tu corazón y tus deseos, obviando las barreras transparentes del clasismo victoriano”. Que el lector decida.
Porque, a la postre, es el lector quien debe decidir (si tiene entre sus manos un libro bueno o malo, interesante o vano), pero también encontrarse y fundirse con el autor, y despojarse de prejuicios a la hora de enfrentarse a las páginas escritas, como bien aconseja Virginia Woolf (quien firma, además, el posfacio). Porque únicamente es en ese cargamento de prejuicios donde podemos hallar algún obstáculo al texto de Meredith: sin duda, las frases largas propias de la literatura decimonónica anglosajona y las convenciones de clase pueden alejar a cierto tipo de lector, poco avezado o cegado por la dictadura de la rapidez y el movimiento.
Y es que sí, es una obra amable y ligera (repito), pero debe ser paladeada con tranquilidad y los sentidos alerta, dispuestos a captar los pinchazos de esa afilada ironía que desprende la pluma del poeta en su prosa. Una prosa convincente, descriptiva, que ahonda en los detalles para que nosotros, lectores, lleguemos a las consecuencias, a los rincones, a las esquinas de esos punzantes diálogos llenos de dobles sentidos.
Si lo hacemos, disfrutaremos de un relato certero y divertido, una historia de amor poco convencional llena de aristas, un lujo para los sentidos publicado con mimo por una editorial joven dispuesta a devolver su estatus artístico al libro objeto.
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Título: El general Ople y lady Camper
Autor: George Meredith
Editorial: Ardicia
Traducción: Pepa Linares
Posfacio: Virginia Woolf
Ilustración: Akira Kusaka
120 páginas
15 euros
ISBN: 978-84-941235-6-6
Primera edición: junio 2014
¿TE HA SERVIDO ESTE ARTÍCULO? ASÍ PUEDES CITARLO: : «Un pulso irónico al amor otoñal». Publicado el 26 de marzo de 2015 en Mito | Revista Cultural nº.19 Marzo 2015. URL: |
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