«El último parte de la guerra civil no data del 1 de abril de 1939, sino del 4 de noviembre de 1950: la comunidad internacional fue responsable de la supervivencia del franquismo»
Decía Oscar Wilde que el único deber que tenemos con la historia es rescribirla, porque la historia no es un relato cerrado del cual se desprenda siempre la verdad de los hechos que en ella se cuentan, sino la interpretación de unos sucesos de quienes vencieron. Así pues, la historia es esa ciencia que construye discursos sobre el pasado, que nos permite hacer visible un tiempo otro en el que ya nunca estamos y del que nos alejamos, pero siempre mira desde unas perspectivas: no es una ciencia pura, sino una ciencia humana que por construir discursos sobre el pasado nos permite interpretar y entender a través de ellos el presente en el que vivimos.
Es ya de cultura popular pensar que la historia la escriben los vencedores, sobre todo cuando entendemos que los relatos que nos hacemos de la historia son los que nos permiten configurar el presente, porque son los vencedores los que, por querer mantener y conservar la realidad que han impuesto tras su victoria, desean construir una interpretación del pasado sujeta a sus intereses. Así, en la ciencia histórica no nos deberíamos formular tanto la pregunta sobre qué ha sucedido, sino quién ha interpretado y escrito los hechos, pues son las vivencias y posiciones de quienes los interpretan las que dan razón de esos hechos.
Entender la historia desde esta perspectiva da lugar a la crítica sobre la concepción de la historia según la cual nada sobre lo ya pasado se puede cambiar, pues todo narrar el pasado consiste en describir sus hechos como si en ellos hubiera simple objetividad. No obstante, el pasado no es simplemente un conjunto de hechos objetivos – si los hubiera –, sino también una selección de los discursos y relatos que nos lo configuran, siendo en dicha selección la condición de posibilidad de la construcción de los pasados. Lo que nos proponemos en este artículo no es tanto rescribir una parte de la historia, sino realizar una arqueología de la misma, es decir, el estudio de las condiciones de posibilidad de los discursos que se han realizado tras la misma. Más concretamente, intentaremos realizar una pequeña investigación sobre aquello que se entiende como el último parte de la Guerra Civil española, comparando el relato de los vencedores con el de los vencidos y los discursos que han vuelto hegemónico el fin de la Guerra Civil con aquellos otros que fueron la condición de posibilidad del fin de la misma: las condiciones de posibilidad de los discursos sobre el pasado no han sido igual para los vencedores que para los vencidos, pues los discursos del franquismo han sido posibles gracias al apoyo internacional.
Franco dando un discurso en Éibar (España) durante una visita en 1949
Los últimos meses de lo que conocemos como la Guerra Civil Española se desarrollan después de la batalla del Ebro, una de las más sangrientas de toda la guerra para ambos bandos, aunque los rebeldes pudieron rehacerse rápidamente para realizar lo que tradicionalmente se conoce como la “última ofensiva de la guerra”, a saber, la ofensiva contra Cataluña, a sabiendas de que los acuerdos de Múnich ya no implicaban un peligro a los rebeldes[i]. El ejército republicano, no obstante, no pudo recuperarse con tanta celeridad y a partir de la primera semana de enero de 1939 el avance del ejército sublevado fue imparable, conquistando ciudades sin apenas resistencia, hasta que el 26 de enero los rebeldes entraron en Barcelona. La derrota de la II República se hacía cada vez más evidente, y aunque el presidente Negrín viajara a Alicante para reactivar la guerra en la zona centro-sur de España, último reducto de la zona republicana, su mayor problema consistió en cómo terminar la guerra sin combatir de manera distinta a la de entrega sin condiciones. No obstante, el general Franco tan sólo aceptaba una rendición sin condiciones y el 28 de Marzo entraban las tropas rebeldes en Madrid, ocupando posteriormente y sin resistencia alguna, toda la zona centro-sur que había permanecido bajo autoridad republicana durante toda la guerra. La evacuación de la ciudad de Alicante no pudo realizarse con éxito, pues llegaron las tropas de la División Littorio a la ciudad ejecutando a la mayoría de los allí capturados. El 1 de abril de 1939 la radio del bando rebelde contra el gobierno de la II República Española, Radio Nacional de España, emitía un mensaje, inequívoco, dando a entender que el ejército sublevado había finalizado la Guerra Civil española y que, por lo tanto, no quedaba ningún reducto de resistencia por parte del todavía legítimo gobierno de la II República. Este “último parte” decía lo siguiente:
«En el día de hoy, cautivo y desarmado el ejército rojo, han alcanzado las tropas nacionales sus últimos objetivos militares. La guerra ha terminado. Burgos, 1º de abril de 1939, año de la victoria. El Generalísimo. Fdo. Francisco Franco Bahamonde.»
El último parte emitido en la radio por el bando rebelde ha sido el relato que ha permanecido hasta la actualidad, convirtiéndose en el relato oficial y, por lo tanto, hegemónico del fin de la Guerra Civil española. Sin embargo, no debemos olvidar que este último parte fue emitido por los sublevados para que fuera oído por los españoles, pero no pensado para que el mundo internacional lo escuchara, por lo que podemos decir que aquello que se conoce como el último parte de la Guerra Civil no tenía como objetivo informar del fin de la misma, sino convencer a los españoles que residían en España que combatían y creían en la II República de que su lucha había acabado y los sublevados habían vencido. Sin embargo, la guerra se extendería al menos once años más, pues las violencias propias de la guerra se institucionalizaron: asesinato, exterminio, esclavitud, deportación y exilio forzado, encarcelación de población civil en condiciones que violan las normas fundamentales internacionales, tortura, violación, persecución de grupo político, desaparición forzada – incluida la modalidad agravada infantil –, otros actos inhumanos, entre los diez tipos de crímenes de lesa humanidad; condenas y ejecuciones de prisioneros sin las mínimas garantías, ultrajes a la dignidad personal y los tratos humillantes y degradantes de prisioneros, ataques y bombardeos contra población civil, dirigir intencionalmente ataques contra edificios civiles, saqueos de ciudades y/o plazas, confiscación de bienes del enemigo, reclutamientos forzados de menores de edad y el mismo hecho de declarar que no se dará cuartel, entre otras formas de crímenes de guerra. Estas prácticas, aunque comunes a lo largo de todo el franquismo, se practicaron sin piedad a lo largo de toda la década de los cuarenta, germinando el miedo en la sociedad española. Así, la guerra no acaba el 1 de abril de 1939, sino el 4 de noviembre de1950 tras la revocación de la condena de la ONU, pues mientras que la comunidad internacional condena durante la década de los cuarenta al régimen franquista y sus prácticas, a partir del año 1950 la misma comunidad internacional le tiende la mano a un régimen que no ha cambiado nada. Tal vez dicha afirmación suene un tanto rocambolesca, pero nosotros sostenemos la hipótesis según la cual el verdadero último parte de la Guerra Civil española data del 4 de noviembre de 1950 con la revocación de la condena de la ONU. El reflejo concreto lo hallamos en los maquis.
Comunicado emitido por el Cuartel General del Generalísimo anunciando el fin de la guerra
Los maquis, también conocidos como “la guerrilla” o la “Resistencia española”, fue un conjunto diverso y plural de movimientos guerrilleros antifascistas de resistencia que nació en España durante la Guerra Civil, cuyo significado etimológico hace referencia a sus acciones: hasta 1944 se llamaba a los huidos al monte por la represión franquista “guerrilleros”, “los del monte”, “fugados” o “emboscados”, pero debido a la fracasada invasión de la Vall d’Aràn se les empezó a conocer como maquis. Realizaron acciones en la Segunda Guerra Mundial junto a la Resistencia francesa, pero acabada ésta volvieron a combatir en la resistencia española, siendo su mayor apogeo entre los años 1945 y 1947, cuando recibieron apoyo moral y político internacionalmente. Dicho apoyo lo podemos deducir de la conferencia de Postdam, en la que las tres potencias vencedoras de la II Guerra Mundial (Estados Unidos, Gran Bretaña y la Unión Soviética) se declararon en contra de ingresar al Gobierno de España dirigido por los franquistas, tomando forma dicha posición durante la Asamblea General de la ONU de 1946. Así lo podemos leer en la resolución 39(I):
«Convencida de que el Gobierno fascista de Franco en España, fue impuesto al pueblo español por la fuerza con la ayuda de las potencias del Eje y a las cuales dio ayuda material durante la guerra, no representa al pueblo español, y que por su continuo dominio de España está haciendo imposible la participación en asuntos internacionales del pueblo español con los pueblos de las Naciones Unidas;
Recomienda que se excluya al Gobierno español de Franco como miembro de los organismos internacionales establecidos por las Naciones Unidas o que tengan nexos con ellas, y de la participación en conferencias u otras actividades que puedan ser emprendidas por las Naciones Unidas o por estos organismos, hasta que se instaure en España un gobierno nuevo y aceptable.»[ii]
El rechazo del gobierno franquista por parte de la comunidad internacional era un hecho, alentando moralmente al todavía legítimo gobierno de la II República y a sus seguidores a combatir por ella. Los maquis tuvieron cierto reconocimiento moral internacionalmente, pero también político y militar por parte de la Unión Soviética hasta 1948, cuando Stalin dejó claro que había que desmantelar la guerrilla comunista en España[iii]. El desmantelamiento fue progresivo, debido en gran parte al contexto internacional de la Guerra Fría, a partir de entonces se intensificó la represión franquista, que poco a poco fue terminando con las partidas o grupos[iv]: si el apogeo de los maquis se dio entre los años 1945 y1947, fue, entre otras cosas, porque estando España tan debilitada por la guerra y aislada de la comunidad internacional tras la resolución de 1946, la caída del régimen franquista era una posibilidad cada vez más viable.
Agrupación Guerrillera de Granada, 1948
Ciertamente, las condiciones de posibilidad de existencia del gobierno del régimen franquista estaban cada vez más debilitadas, pues no tenía legitimidad popular ni internacional, así como además se veía continuamente hostigado por el temor de los maquis: la resistencia del gobierno franquista se realizaba desde dentro, utilizando diferentes técnicas, ya fuera la esclavitud y fusilamiento de los partidarios de la República, como realizando todo tipo de acto propagandístico para convencer de la victoria de los sublevados[v]. No obstante, no fueron tanto los dispositivos llevados a cabo por el régimen de Franco, sino las condiciones contextuales de la Guerra Fría las que llevaron a perpetuar la supervivencia del régimen. Así, a principios de 1948 Francia reabría la frontera con España y a principios de 1949 el régimen franquista recibía el primer crédito concedido por un banco norteamericano con la aprobación de su gobierno.
A pesar de los cambios realizados por Francia y Estados Unidos, la legitimidad del gobierno de España seguía perteneciendo al gobierno exiliado de la II República. México fue el primer Estado en reconocer la legitimidad del gobierno de la II República en 1945 y luego los países de Europa Oriental bajo la influencia soviética. El reconocimiento internacional de los gobiernos de la II República duraría hasta 1950, cuando la Asamblea General de la ONU revocó por amplia mayoría — gracias al apoyo norteamericano y a la abstención francesa y británica — la resolución de condena del régimen franquista de diciembre de 1946. Así, la resolución 386 (V) del 4 de noviembre de 1950 resuelve lo siguiente:
- Revocar la recomendación del retiro de embajadores y ministros acreditados en Madrid, contenida en la resolución 39 (I) de la Asamblea General, aprobada el 12 de diciembre de 1946;
- Revocar la recomendación encaminada a impedir que España sea miembro de los organismos internacionales establecidos por las Naciones Unidas o vinculados con éstas, la cual es parte de la misma resolución aprobada por la Asamblea General en 1946, concerniente a las relaciones de los Estados Miembros de las Naciones Unidas con España.[vi]
En los meses siguientes regresaron a Madrid los embajadores occidentales y se aprobó la entrada de España en los organismos internacionales especializados de la ONU[vii]. A pesar de ello, México y Yugoslavia mantuvieron el reconocimiento legítimo de los gobiernos de la II República hasta 1977 cuando su último presidente en el exilio, José Maldonado, y Fernando Valera Aparicio, último presidente del Consejo de Ministros, emitieron una Declaración de la Presidencia y del Gobierno de la República Española en el exilio el 21 de junio de 1977, en París[viii]. La revocación de la condena del régimen franquista de diciembre de 1946 por parte de la ONU se realizó meses después de que estallara la Guerra de Corea el 25 de junio de 1950, guerra lidiada entre Corea del Sur, apoyada por los Estados Unidos y la ONU, y Corea del Norte, apoyada por la República Popular China con la ayuda de la Unión Soviética.
Quinta sesión de la Asamblea General de la ONU del 19 de setiembre de 1950
Podemos concluir, pues, que la Guerra Civil española no termina el 1 de abril de 1939, como hegemónicamente se ha entendido, sino el 4 de noviembre de 1950 cuando la ONU decide revocar el impedimento a que “España sea miembro de los organismos internacionales establecidos por las Naciones Unidas o vinculados con éstas”. Es a partir del levantamiento de la condena que la Guerra Civil se acaba, pues el gobierno legítimo para la comunidad internacional pasa a ser el de Franco y no el de la II República, desarmándose la posibilidad de un reconocimiento internacional unánime al gobierno de la II República: con la declaración de 1950 se pone fin a toda resistencia internacional contra el régimen fascista de Franco.
El fin de la Guerra Civil española, y por lo tanto de la II República, se dio gracias al apoyo internacional, y así como es reconocido que los gobiernos de Italia y Alemania ayudaron a los sublevados, también es cierto que la ONU reconoció el régimen fascista de Franco. Nos proponíamos al inicio de este artículo una arqueología del relato del fin de la Guerra Civil española, es decir, el estudio de las condiciones históricas de posibilidad de los discursos que se han realizado gracias a los contextos históricos que los configuran. Queda en evidencia, pues, que tras la revocación del 4 de noviembre de 1950 por parte de la ONU lo que sobrevive es el discurso de los sublevados franquistas, discurso que a día de hoy sigue siendo el oficial.
Realizar una reflexión sobre este hecho nos puede permitir entender mejor los sucesos del pasado y nuestro presente, pues entender que el fin de la guerra fue en el 1939 significa desresponsabilizar a la comunidad internacional de la supervivencia del fascismo en España, el cual perduró durante más de 35 años, teniendo tiempo suficiente como para convertir los discursos y relatos del régimen en los hegemónicos. Desprenderse de dicha interpretación y poner en relación los hechos y discursos del pasado con la comunidad internacional es reinterpretar y volver a entender el pasado, pero también el presente. Por ello nos preguntamos si, por ejemplo, el giro político y moral de la comunidad internacional (ONU) ante el régimen de Bashar al-Ásad en Siria no está cometiendo los mismos errores que en el pasado. Aunque tal vez no sean errores, sino que ciertos miembros de la comunidad internacional obtienen sus intereses utilizando como medio a países que se encuentran en guerra, del mismo modo que ocurrió en 1950 ante el régimen fascista de Franco y el conflicto bélico entre Corea del Norte y Corea del Sur.
Estrasburgo. Consejo de Europa | Carlos Espejo
Postdata: El 17 de marzo de 2006 la Comisión Permanente de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa recomendó al Consejo de Ministros del Consejo de Europa adoptar una declaración oficial de condena internacional del régimen franquista y declarar el 18 de julio de 2006 como día oficial de condena de dicho régimen[ix]. Asimismo, urgió al Gobierno de España a cumplir las siguientes recomendaciones: creación de un comité nacional que investigue las violaciones de los derechos humanos durante el régimen de Franco que envíe sus informes al Consejo de Europa, facilitar a todos los investigadores el acceso a todos los archivos civiles y militares que contengan documentos que puedan establecer la verdad sobre la represión, erigir una exhibición permanente en la basílica subterránea del Valle de los Caídos –donde Franco está enterrado– explicando cómo fue construida por prisioneros republicanos y eliminar símbolos de la dictadura, como estatuas y nombres de calles.
Asimismo, el 3 de mayo de 2006 el Consejo de Ministros del Consejo de Europa, en su 963.ª reunión respondió a la Asamblea Parlamentaria con tres puntos en los que remarcó su condena al régimen de Franco como a todos los regímenes totalitarios por sus violaciones a los derechos humanos y la necesidad de recordar dichos crímenes. En lo que respecta a la recomendación de un día internacional de condena al régimen de Franco señaló que todos los regímenes totalitarios merecen ese tratamiento, y que singularizar uno en concreto podría crear la impresión equivocada de que unos regímenes totalitarios merecen más la condena que otros.
Nosotros sostenemos que la herida perpetrada por el régimen franquista durante décadas sigue abierta mientras que la ONU no declare a dicho régimen como fascista de nuevo y condene a España por no investigar sobre los miles de muertos asesinados a manos del régimen franquista de Franco: a pesar de que el gobierno de España, presidido por José Luis Rodríguez Zapatero, aprobara la ley 52/2007, de 26 de diciembre, en la que se reconocen y amplían derechos y se establecen medidas en favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la guerra civil y la dictadura[x], todavía quedan por cumplir una larga lista de sus artículos, como por ejemplo en el incremento de indemnizaciones a las víctimas, ampliar la estimación de solicitudes o impulsar las políticas públicas necesarias para la aplicación de la ley que, a día de hoy, sigue sin constar una iniciativa en esta dirección.
Portada: Representación víctimas del franquismo en Sol, Madrid | Xanti Fakir
[i] Los Acuerdos de Múnich, aprobados durante la noche del 30 de septiembre de 1939 por los jefes de gobierno de Reino Unido, Francia, Italia y Alemania, tenían el objetivo de solucionar la Crisis de los Sudetes, minoría étnica de Europa Central, anexionando los Sudetes (pertenecientes a Checoslovaquia) a Alemania.
[ii] Para ver la resolución haga click aquí.
[iii] José Javier Esparza: El libro negro de Carrillo. Editorial Libros Libres, Madrid, 2010. p. 233.
[iv] La disolución de la guerrilla no fue sólo por la ofensiva de la guardia civil, sino también por el PCE (Partido Comunista de España), que abandonó la vía guerrillera, llegando incluso al asesinato de los jefes guerrilleros que se negaron a dejar las montañas. Para más información ver: Enrique Lister: Así destruyó Carillo el PCE. Editorial Planeta, Barcelona, 1983.
[v] Sirvan como ejemplo la “Ley del Referéndum Nacional” del 22 de octubre de 1945, la manifestación organizada por el régimen franquista el 9 de diciembre de 1946 en rechazo a la resolución de la ONU de 1946, o la acuñación en las monedas con la efigie de Franco con la leyenda “Francisco Franco Caudillo de España por la Gracia de Dios”.
[vi] Para ver la resolución haga click aquí.
[vii] Moradiello, Enrique(2000): La España de Franco (1939-1975). Política y sociedad. Madrid: Síntesis. Pàg.: 100.
[viii] Para ver la Declaración haga click aquí.
[ix] Para ver la recomendación haga click aquí.
[x] Para ver la ley del BOE haga click aquí.
¿TE HA SERVIDO ESTE ARTÍCULO? ASÍ PUEDES CITARLO: : «El último parte de la Guerra Civil Española». Publicado el 13 de septiembre de 2016 en Mito | Revista Cultural, nº.37 — URL: https://revistamito.com/ultimo-parte-la-guerra-civil-espanola/ |
2 Comentarios
Muchas gracias, Juan Carlos. Eskerrik asko.
Aunque el 1 de abril seguirá siendo un día negro.
Nací en 1957, pero intento que mi hija y mi hijo conozcan la historia.
Mi padre, que estuvo prisionero casi toda la guerra, luego no quería contarnos nada.
Itzi
Hola Itziar! De res, tot un plaer!!!
El 1 siempre será un día negro, pero nuestra es la historia. Con el artículo pretendo homenajear a los que combatieron hasta el último momento, incluso los que callados aguantaron…Pero sobre todo, denuncio que, sin la intervención de la ONU en 1950, tal vez el franquismo no hubiera durado tanto… Expliquemos la historia a los que nos siguen!
Mi família migró del sur en los 5o y 60. Aunque esto no se reconozca como ser víctima del franquismo, yo sí lo hago, porque el franquismo precisamente mantuvo el sistema caciquil que empujaba a las andaluzas y extremeñas a migrar de sus tierras. Pero esto será otro artículo… Salut!
Juan Carlos González