En el presente artículo realizamos una breve aproximación a la disciplina que nos convoca: la Ilustración Científica. Su desarrollo a lo largo de la historia y su diferenciación de las artes plásticas y del dibujo en general.
Autoras
La Ilustración Científica en la historia de la humanidad
Sin adentrarnos en discusiones que no nos competen para la temática del presente artículo, solo diremos que los términos “prehistoria” y “arte rupestre” se encuentran fuertemente cuestionados y son, actualmente motivo de discusión académica dentro del ámbito de la Antropología. Sin embargo, a falta de denominaciones más exactas, diremos que encontramos desde la aparición misma del género Homo un interés notorio por plasmar de alguna manera aquello que los rodeaba y que, claramente, despertaba en su imaginario la necesidad de “contar” esas historias: su vida reflejada en los abrigos rocosos. Ha jugado un papel fundamental la imaginación de aquellos antepasados. Han sabido elegir las técnicas y los materiales idóneos con los cuales trabajar; ya que luego de miles de años las “pinturas de las cuevas” han llegado a nuestros días. El “arte rupestre”, con sus ideogramas y en los que predominan las dos dimensiones, es, sin dudarlo, la primera representación que encontramos de ilustraciones de la naturaleza y la vida.

El juramento de la muerte en presencia de Osiris
Si nos ceñimos a la temporización histórica, hallamos en el Antiguo Egipto y en el Cercano Oriente (cada uno con sus particularidades), maravillosas representaciones de la vida cotidiana y sobre todo, ilustraciones acompañadas de jeroglíficos que eran en su gran mayoría narrativas artísticas con el fin de adorar a su panteón de dioses o alabanzas al faraón “de turno”.
A partir del año 3000 a.c. se considera que la aparición de la escritura marca el hito que “separa” aquella “Prehistoria” del inicio de la “Historia”. Tampoco aquí encontramos representaciones en 3 dimensiones. Pero nos hallamos ante bellísimas obras de arte que siguen dando cuenta de esa necesidad humana de plasmar la vida, el dolor, la muerte, las celebraciones, sus animales de culto, sus ritos, sus dioses, su mundo.
Es durante la Edad Media cuando surgen los primeros “Bestiarios” (compendios de ilustraciones de “bestias” que transmitían la visión teocéntrica que domina este período de la historia humana, y que contienen dibujos de animales u objetos que son la representación de alguna “revelación divina”). Sin embargo, en este momento aparecen los primeros artistas que representan a los animales de manera precisa (proporción, forma, dimensión) aunque con algunos errores: Giotto es uno de los primeros que podemos mencionar (1302 d. C.) y Van Eyck (1515 d. C.) con su impecable técnica de la perspectiva y el miniaturismo, en su obra “El Cordero Místico” encontramos 18 especies diferentes de plantas, por ejemplo.

Muscleman © Versalius. University of Oklahoma
De todas formas, los tres artistas que deben tener una mención especial por su exponencial manifestación artística son: Durero (1461 – 1528 d. C.) con su fantástica obra “Rinoceronte” (obra que realizó sin haber visto jamás un rinoceronte, por lo cual, al verla es imposible detenerse en los errores ya que la representación impecable –se trata de un grabado ornamentado- de este animal no deja lugar más que al asombro); Leonardo Da Vinci (1452 – 1519 d. C.) y Andrea Vesalius (1514 – 1564 d. C.) son quienes realizan la mayor contribución a nuestra disciplina con sus impecables representaciones de anatomía humana.

Rhino, de Albrecht Dürer (1471-1528)
A partir de la ocupación de América por parte de los conquistadores europeos y los posteriores viajes exploratorios encontramos verdaderas representaciones de ilustraciones científicas en los artistas que acompañaban a los viajeros o en los diarios de viaje de los navegantes mismos, en los que documentaron la flora y la fauna (tanto terrestre como marina) con diferentes técnicas entre las que podemos mencionar: aguatinta, coloreados a mano, grafito, etc.
¿Qué diferencia a la Ilustración Científica de una Ilustración de Arte Plástico?
En primer lugar diremos que ambos importan, en su desarrollo, una impronta artística innegable. La Ilustración Científica es artística. Sin embargo, cuando realizamos una Ilustración científica “condensamos” en un solo ejemplar todas las características propias de la especie u objeto que estemos ilustrando. En cambio, un artista plástico puede permitirse la licencia de realizar, por ejemplo (ya que uno de los ejemplos con los que acompañamos este artículo es una ilustración de una comadreja) una comadreja de color azul, con un solo ojo, parada en sus patas traseras y sonriendo. ¿Por qué? Porque el artista plástico deja en su obra no solo su impronta, sino sus sentimientos, la interpretación que luego le dará a la misma y la libertad de expresarse sin límites. Quienes nos dedicamos a realizar ilustraciones científicas también dejamos nuestra impronta en el trabajo, sería necio negarlo, sin embargo debemos ceñirnos a una serie de pautas que son las que garantizarán que nuestro trabajo puede denominarse “Ilustración Científica”: manejo correcto de la perspectiva tridimensional, uso de materiales idóneos (cámaras de luz, cámaras claras, microscopios, escenarios, etc), aplicación correcta de la luz sobre la forma para que todas las estructuras del espécimen u objeto a ilustrar sean perfectamente representadas. Cada tipo de ilustración a realizar se lleva a cabo teniendo en cuenta no solo aquello que va a ilustrarse sino también el papel en el que va a ser impreso y la técnica que se utilizará para realizarlo, puesto que no todo puede ser ilustrado empleando cualquier técnica ni sobre cualquier superficie: por ejemplo, para ilustraciones botánicas no se utiliza representación tridimensional (muy raramente sí) y generalmente se elige el rayado horizontal o el punteado en Rotring.
Las ilustraciones que elegimos para el presente artículo están realizadas en dos técnicas diferentes. La Comadreja está realizada en scratchboard: la técnica consiste en raspar líneas sobre un fondo negro con trinchetas, gubias o herramientas similares (en este caso hoja de papel alto impacto pintada con tinta Rotring negra), es como se percibe en la imagen, una técnica ideal para representar el pelaje de los mamíferos.

Comadreja © Vanesa Gaido
El cráneo está realizado en grafito con esfuminos sobre papel cartulina Bristol, que por su particular textura permite la acumulación del grafito en los lugares en los que el ilustrador así lo desee para generar el efecto de que la ilustración “sale” del papel. Los huesos pueden ilustrarse empleando técnica de rayas paralelas, también, y sobre muy variados soportes (cartulina estucada, cartulina, papel ilustración, Schoeller, etc.)
Finalmente, diremos que, una Ilustración Científica está correctamente realizada cuando al digitalizarla y agrandar o reducir la imagen no se pierden ninguna de sus estructuras.

Cráneo © Laura Blanco
Quienes nos dedicamos a este hermoso arte no podemos menos que decir que encontramos en el mismo una manera de sintetizar ciencia y arte de una forma completa. Porque, como dijimos al inicio del artículo, los Ilustradores Científicos nos diferenciamos de los Artistas Plásticos solo en las licencias personales que estos últimos pueden permitirse en sus trabajos. Nosotros debemos apegarnos a las normas, pero no por eso nuestro trabajo deja de ser un arte en todo el significado de la palabra.
Bibliografía
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· Loomis, Andrew “Ilustración creadora”, 1954, Hachette, Buenos Aires.
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