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El pasado 18 de febrero se abrió al público en el Museo Thyssen-Bornemisza la exposición Obras maestras de Budapest: del Renacimiento a las Vanguardias. Un recorrido por la Historia del Arte narrado a través de 90 obras procedentes de la capital húngara.
El fin del invierno nos ha sorprendido en el Museo Thyssen-Bornemisza con la llegada del mejor patrimonio húngaro en una que podrá verse en Madrid hasta el 28 de mayo. En muchas ocasiones no somos conscientes de la forma en que contribuyen a la identidad de un país los museos nacionales y el modo en que sus colecciones han sido atesoradas. En ese sentido, normalmente nos quedamos con los ejemplos más cercanos, como es en España el Museo Nacional del Prado, cuyo grueso de sus colecciones provienen de las colecciones privadas de los Habsburgo y Borbones. Sin embargo, la historia de Hungría y su coleccionismo fue bastante diferente. En primer lugar debemos tener presente que la ciudad de Budapest solamente cuenta con 144 años de existencia, porque surgió como resultado de la unión política de tres ciudades: Buda, Óbuda y Pest en 1873.
Asimismo, el coleccionismo húngaro no estuvo vinculado a la familia real húngara, sino a la alta nobleza y al alto clero, de manera que la colección de arte europeo que acabó depositándose en el Museo de Bellas Artes de Budapest (Szépmüvészeti Múzeum) en una fecha tan tardía como 1906 fue el resultado de juntar cuatro colecciones particulares: la de los Príncipes de Esterházy (la más famosa), la del patriarca de Venecia János Pyrker, la del humanista Miklós Jankovich y la del obispo de Nagyvárad Arnold Ipolyi, que era la única que poseía arte húngaro.
El almuerzo, h. 1618-1619. Diego Velázquez. Óleo sobre lienzo, 96×112 cm. Budapest, Museo de Bellas Artes
Esta dicotomía entre arte europeo y arte húngaro se mantuvo en el Museo de Bellas Artes de Budapest hasta que se creó la Galería Nacional de Hungría (Magyar Nemzeti Galéria) en 1957, situándola en el antiguo castillo de Buda, momento en que se hizo una división ostensible entre el arte extranjero y el nacional. No hay que perder de vista que tras el desmantelamiento del Imperio Austro-húngaro, consecuencia de la Iª Guerra Mundial, Hungría sufrió una enorme crisis económica, por lo que su política de adquisición de obras de arte se centró en el arte húngaro, que era mucho más económico que el europeo.
El proyecto en el que el Estado húngaro está embarcado actualmente – cuya realización ha permitido que las obras expuestas hayan visitado Madrid y otras ciudades europeas- consiste en crear un complejo museístico semejante al que podemos ver en Berlín y unir por fin y de forma coherente el desarrollo del arte húngaro al del arte europeo. Este recorrido lineal y conjunto es precisamente la tesis que podemos ver reflejada en la exposición.De este modo, la muestra está dividida en ocho etapas que siguen en sentido cronológico la evolución del Arte Occidental desde el Renacimiento hasta las Vanguardias históricas, con la salvedad de una sala temática dedicada a la representación de la mujer en el siglo XIX.
Bizcocho de semillas de amapola, 1910. Adolf Fényes. Óleso sobre lienzo. 80×87 cm. Budapest, Galería Nacional de Hungría
Entre las obras más destacadas encontramos un dibujo de Leonardo da Vinci (c. 1490), un fantástico retrato de hombre joven de mano de Durero (c.1500-1510), la famosa Madonna Esterházy de Rafael Sanzio (1508), una Salomé de Lucas Cranach el viejo (c. 1530), una Magdalena penitente de El Greco (1576-77), por no hablar de la excelente colección de pintura española que se conserva en el museo, posiblemente una de las mejores colecciones de arte español en el extranjero y que procedía también de los fondos de la colección privada de los Esterházy.
Además de los grandes nombres del arte europeo de la Edad Moderna y de la Edad Contemporánea como puedan ser Manet, Monet, Pissarro, Gauguin o Cézanne, el visitante no debería perder la pista a los grandes maestros húngaros que llevaron desde París la modernidad a su tierra. Es el caso de Mihály Munkácsy con un soberbio retrato del compositor Ferenc Liszt, de József Rippl-Rónai con un retrato de mujer que nos recuerda mucho a la pintura de Ramón Casas y al imaginativo Pál Szinyei-Merse, que nos tuvo un buen rato buscando a su enigmática alondra.
Como complemento a la exposición, el Museo Thyssen-Bornemisza ofrece un ciclo de conferencias que tendrá lugar entre el 9 de marzo y el 6 de abril (http://www.museothyssen.org/thyssen/ficha_actividad/490), así como otras actividades que buscan promover el conocimiento de la cultura húngara en España.
Portada: Bodegón con frutas y copa Römer, 1644. Pieter Claesz y Roelof Koets. Óleo sobre lienzo, 105,5x145cm. Budapest, Museo de Bellas Artes
¿CÓMO CITAR ESTE ARTÍCULO? https://revistamito.com/obras-maestras-budapest-museo-thyssen-del-renacimiento-las-vanguardias/ : «Obras maestras de Budapest en el Museo Thyssen: del Renacimiento a las Vanguardias». Publicado el 7 de marzo de 2017 en Mito | Revista Cultural, nº.41 – URL: |
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