-
Artilugios bosquianos: Sjon Brands, se exhibe por primera vez en nuestro país, cuenta con la colaboración de la Embajada de los Países Bajos e incluye más de una docena de piezas contemporáneas inspiradas en el imaginario de este genio de la pintura.
-
Esta muestra mantiene su esencia narrativa medieval desde una mirada surreal y dadaísta, según explica Amparo López, conservadora-jefe del Museo Lázaro Galdiano y comisaria de la exposición.
La Fundación Bosch y Bosco comenzó su viaje al pasado y al presente de El Bosco el 1 de abril de 2016. Su programa sigue la ruta del famoso tríptico El Jardín de las Delicias (1490-1500) que fue pintado en ‘s-Hertogenbosch, ciudad natal de El Bosco y posteriormente trasladado a Breda, Bruselas, San Lorenzo del Escorial hasta llegar finalmente a Madrid, en un periplo que duró 500 años. Ahora en 2016 esta fundación holandesa quiere rememorar el recorrido que siguió esta extraordinaria obra de arte e implicar a artistas, historiadores, políticos e instituciones educativas y culturales con el objetivo de favorecer el intercambio cultural en torno a la figura de El Bosco conectando así pasado y presente.
Una de las actividades que se van a realizar en el Museo Lázaro Galdiano como parte de las actividades programadas por Jheronimus Bosch 500 que organiza la Fundación Bosch y Bosco es la muestra Artilugios bosquianos del artista Sjon Brands que se inauguraró el pasado 2 de junio.
Artilugios bosquianos es una traviesa exhibición de pájaros extraños y exuberantes, un reino flotante de plumas, coladores de té, lámparas, botellas, interruptores, cajas de cerillas, engranajes, cepillos, jarras, anillas de cortina, bujías, calaveras y mucho más, según explica la comisaria de la muestra.
El artista holandés Sjon Brands (Holanda, 1948) crea, con materiales que encuentra en su casa o en la cocina de su madre, en granjas, ferias o incluso con objetos que le traen sus amigos, aves del paraíso dadaístas y grotescas aeronaves con alas. Entre sus influencias, además de El Bosco, señala al artista dadaísta alemán Kurt Schwitters (1887-1948) conocido por su collages y assemblages construidos con materiales de desecho -que denominó Merz- sinónimo del nuevo arte multidisciplinar que realizaría a partir de entonces, libre de las convenciones artísticas tradicionales y que daría nombre a sus poemas, su revista (Merz), su teatro y sus construcciones arquitectónicas; y también a otros creadores como Dalí o Magritte. Su proceso creativo, explica, nace de la observación continua tanto en su taller como en su jardín o en su deambular por las calles de su ciudad. El resultado que se muestra en varias salas del Museo Lázaro Galdiano son una serie de caricaturas multicolores de nuestra existencia, un conjunto alegre de rarezas humanas y vicios que a veces nos complican la vida, pero que sin lugar a dudas hacen que merezca la pena ser vivida, revela Sjon Brands. Son “imágenes que nos parecen llegar volando directamente de la reserva surrealista de El Bosco” añade Amparo López. Las piezas de este artista conviven con las obras de la Colección Lázaro, como La visión de Tondal, recientemente atribuida al taller de El Bosco.
El artista busca sorprender al público y a su vez lograr que reconozca los componentes de sus piezas para así alimentar su fantasía e imaginación. Tras su exhibición en el Museo Lázaro Galdiano, la muestra viajará al Jheronimus Bosch Art Center en ‘s- Hertogenbosch y en el 2017 a Sudáfrica.
La exposición, que podrá visitarse hasta el 11 de septiembre de 2016, es, como afirma Amparo López, “Arte Dadá con un sustrato y una poética que nos acerca a la figura de El Bosco”.
Sin comentarios