Llamamos jeroglíficos a esas imágenes talladas en los muros de los templos y tumbas, pero no eran ni la lengua ni la escritura cotidianas en el Antiguo Egipto.
Los jeroglíficos son, sin duda, la escritura más conocida del Antiguo Egipto. Están presentes en los numerosos monumentos de la cultura faraónica que aún se conservan desde el delta del Nilo hasta Nubia (en el norte del actual Sudán), pero no eran, en ningún caso, de uso común.
La término jeroglífico no es egipcio, sino que deriva de dos palabras griegas: hieros, que significa sagrado, y glypho, que significa grabar, esculpir. Es decir, los griegos consideraban esta escritura como una especie de grabado sagrado, lo cual es bastante exacto, puesto que los egipcios llamaban a ese tipo de escritura mdw nTr (medu netcher), es decir, palabras sagradas o palabras del dios.
Pero, ¿cuándo y dónde tuvo origen esta escritura?
Hasta hace relativamente poco tiempo se pensaba que la escritura nació hacia el año 3000 a.C. en Mesopotamia, pero los descubrimientos del egiptólogo alemán Günter Dreyer[1] en la tumba U-j de Abidos durante la década de los años 80 del siglo XX pusieron en duda esta teoría. Se trata de una de las tumbas más importantes del Antiguo Egipto, datada en el año 3250 a.C., aún en época predinástica. Debió pertenecer a un rey del Alto Egipto, como así lo demuestra la gran dimensión del edificio funerario, la distribución interior de las estancias, la importancia de la cámara funeraria con respecto al resto de habitáculos y, sobre todo, los restos cerámicos de marfil y de madera hallados en el interior, ya fueran propiedad del difunto en vida o como ofrendas funerarias.
Los restos más significativos son las llamadas etiquetas, pequeñas piezas cuadrangulares de marfil o hueso, con entre uno y cuatro centímetros de lado, y con un orificio en una de las esquinas, lo que permitía sujetarlas mediante un cordel a las ofrendas funerarias e identificarlas. Lo más importante de ellas son las imágenes talladas, pues representan palabras o frases completas: son una forma arcaica de los signos de la escritura jeroglífica definitivamente constituida. Las inscripciones incluyen cifras, indicando la cantidad que se ofenda, y nombres breves con su procedencia. Sirvan como ejemplo estas dos etiquetas:
Etiquetas halladas en la tumba U-j de Abidos. Grupo de Alumnos Coursera Egiptología.
Cada una de ellas contiene tres signos. De estos tres signos, los dos ubicados a la derecha, con ligeras variantes formales, son idénticos en las dos etiquetas. Se trata de una serpiente y de una montaña, símbolos que se leen conjuntamente como Dw (dyu), que significa montaña. En cuanto al tercer signo de cada inscripción, en la etiqueta de la izquierda se trata de un cielo del que pende un astro y sirve para escribir la palabra egipcia grH (guerej), que significa noche u oscuridad; en la etiqueta de la derecha, un ibis crestado que sirve para escribir la palabra egipcia iAxw (iaju), que significa luz. De manera que las inscripciones pueden leerse Dw grH, o Montaña de la oscuridad, y Dw iAxw, o Montaña de la luz.
Los cuatro símbolos diferentes representados en estas dos etiquetas se repitieron a lo largo de toda la historia del antiguo Egipto con exactamente el mismo significado, lo que demuestra que la escritura, como tal, nació en Egipto hacia 3300-3200 a.C., varios siglos antes que en Mesopotamia.
Lógicamente, una cultura con cuatro mil años de historia evoluciona a la par que lo hace su escritura, existiendo diferencias entre la lengua hablada y su escritura. Cronológicamente, respecto a la lengua hablada, podemos diferenciar entre el egipcio temprano, el egipcio antiguo, el egipcio medio o clásico, el egipcio de tradición, el neoegipcio, el demótico y el copto, mientras que, en escritura, encontramos el jeroglífico (como escritura monumental y como escritura monumental sagrada), el hierático (como escritura cursiva y como escritura cursiva sagrada), el demótico y el copto. Estas lenguas y escrituras convivieron en diferentes etapas históricas, perdurando la escritura jeroglífica más que ninguna otra, conservando los mismos signos y estructuras gramaticales. Hablamos, por tanto, de una escritura de referencia para los lingüistas, pero no fue la única del Antiguo Egipto.
Las lenguas del Antiguo Egipto.
De forma general, se podría agrupar las lenguas del antiguo Egipto en dos grandes fases: en la primera fase la lengua egipcia era una lengua sintética (expresión léxica y gramatical con pocas palabras) y, en la segunda, una lengua analítica (expresión léxica y gramatical con gran número de palabras). De la primera fase pueden considerarse el egipcio temprano, el egipcio antiguo, el egipcio medio o clásico y el egipcio de tradición; de la segunda, el neoegipcio, el demótico y el copto.
El egipcio temprano es la lengua de la época predinástica y del dinástico temprano (entre los años 3300-2700 a.C.). En ella están expresados los primeros testimonios escritos, aunque el escaso número de documentos no permite profundizar en su estudio.
El egipcio antiguo es la lengua del Reino Antiguo (dinastías I-VIII, entre los años 2700-2200 a.C.), considerada por los egiptólogos la primera etapa de la lengua. En ella se escribieron numerosos documentos oficiales y textos regios, como por ejemplo decretos o inscripciones monumentales; se reflejaron textos con fórmulas fijas, sobre todo en inscripciones funerarias, que también incluyen algunos textos biográficos, con enumeraciones de títulos y cargos de altos funcionarios. También se escribieron los Textos de las pirámides, aunque con algunas características y ortografía especiales.
El egipcio medio o egipcio clásico es el que más perduró, incluyendo el primer período intermedio, el Reino Medio, el segundo período intermedio y parte del Reino Nuevo (dinastías IX-XVIII, entre los años 2200-1350 a.C.). Es la lengua que en la actualidad sirve de base para aprender la gramática egipcia y como punto de partida para estudiar el resto de lenguas egipcias debido a sus similitudes con el egipcio antiguo. Se usó como escritura monumental sagrada hasta la época grecorromana, y en ella están escritos los relatos más conocidos, como la Historia de Sinuhé, El náufrago o Los cuentos maravillosos. También se escribieron los Textos de los ataúdes.
Durante el Reino Nuevo y en tercer período intermedio (dinastías XVIII-XXIV, entre los años 1350-650 a.C.), la lengua hablada y escrita fue el neoegipcio, que presenta alguna variaciones respecto al clásico aunque conserva su estructura. Se usó en documentos comerciales y cartas, pero no en textos sacros. Con ella se escribió el Poema de Qadesh, que cuenta la famosa batalla de Qadesh entre Ramsés II y los hititas, cuya victoria se atribuyen los dos países; y también la guerra que mantuvo Ramsés III contra los pueblos del mar, que sí ganó el soberano egipcio. También se escribió ficción, como el conocido relato de Los dos hermanos.
En época tardía y grecorromana (dinastías XXV a época romana, entre los años 650 a.C. – 452 d.C.) apareció el demótico, lengua con la que se escribía en libros y documentos oficiales. En el año 452 se data la última inscripción conocida en demótico. Es una lengua hablada y escrita tanto para textos oficiales como para decretos, pero no para textos sagrados. Esta lengua es una de las tres que aparecen en la Piedra de Rosetta, cuyo texto sirvió (junto al copto) a Jean-François Champollion base para el desciframiento de los jeroglíficos en el siglo XIX. En ella se escribieron textos narrativos, instrucciones y textos proféticos.
El copto es la lengua egipcia más tardía, apareciendo a partir del siglo III de nuestra era. El nombre de la lengua es el mismo que recibían los descendientes cristianos de los antiguos egipcios, los coptos. La palabra copto deriva de la palabra griega Aigyptos, Egipto. Después de la conquista árabe, en el año 640, el copto fue poco a poco reemplazado por el árabe y se extinguió como lengua hablada en el siglo XVII. En la actualidad, en las iglesias coptas aún se lee la liturgia en esta lengua, aunque no sea entendida por los feligreses. Los textos más conocidos son los de Nag Hammadi, fechados entre los siglos IV y VI de nuestra era, con los llamados evangelios apócrifos y algunos textos apocalípticos.
El copto resulta altamente interesante en el estudio de las lenguas del antiguo Egipto, ya que anota las vocales y permite ver las diferencias dialectales del egipcio, que no son evidentes en la escritura jeroglífica, hierática o demótica, puesto que estas no escriben las vocales, solo las consonantes.
Las escrituras del Antiguo Egipto.
La lengua egipcia evolucionó, como se ha descrito en el apartado anterior, desde el egipcio temprano hasta el copto, en una clasificación que comprende unas siete etapas. Sin embargo, tan solo se escribió de cuatro formas diferentes: jeroglífico, hierático, demótico y copto. De los términos anteriores, los dos primeros se refieren únicamente a sistemas de escritura, mientras que los dos últimos se aplican a lengua y escritura.
En primer lugar, se ha de tener en cuenta que las escrituras jeroglífica, hierática y demótica son autóctonas, es decir, se crearon en Egipto para anotar la lengua egipcia, mientras que la escritura copta usa el alfabeto griego. Las tres primeras no transcriben las vocales, por lo que combinan una gran cantidad de signos de diferente lectura, ya sean fonéticos, léxicos o semánticos, mientras que el copto -que sí incluye las vocales-, al ser alfabético, solo tiene un tipo de signo, que se corresponde con un fonema.
La escritura jeroglífica mantuvo su sistema gramatical y léxico hasta su desaparición en el año 394 d.C. Se usaba para lo sagrado y lo divino, es decir, todo lo relativo a dioses y templos, conformándose como una escritura monumental con una función áulica (real, oficial o administrativa) indudable.
Se trata de una escritura pictográfica, con signos que son imágenes o figuras que representan seres, elementos naturales, edificios, objetos, acciones o procesos de la realidad. Al ser una escritura que se esculpía, grababa o pintaba, los soportes empleados son duros, encontrándose, por ello, en muros, obeliscos, estelas, estatuas, ataúdes, escarabeos[2] y objetos de lujo en los ajuares de la élite.
El jeroglífico se puede escribir tanto en líneas horizontales como en columnas verticales e, indistintamente, de derecha a izquierda o de izquierda a derecha. Sus imágenes forman parte de la decoración de los elementos arquitectónicos, por lo que guardan estrictamente las reglas de simetría que regían en los monumentos egipcios; además, deben encajar dentro de iconografía representada (dioses, reyes, personajes, etc.).
Jeroglíficos tallados en muro del templo de Luxor. PXhere.
El hierático debe su nombre a, bien la palabra griega hieratikos (sacerdotal), o bien a la expresión grammata hieratika (caracteres sacerdotales). Puede considerarse como una escritura cursiva del jeroglífico, estando los signos generalmente enlazados entre sí. De hecho, los egiptólogos transcriben los textos hieráticos a jeroglífico para traducirlos. Esta escritura puede presentar signos de puntuación, como puntos negros o rojos, que delimitan frases o párrafos.
Dado que se trató, en primer momento, de una escritura para textos literarios y administrativos, los soportes para ésta fueron los papiros, las tablas de madera o los ostraka[3], usándose la tinta negra, en la mayor parte del texto, o la roja, normalmente en encabezados de frases o párrafos. Esta escritura pasó a ser en etapas tardías, sobre todo en la grecorromana, una escritura destinada a usos sagrados y funerarios, escribiéndose con ella, por ejemplo, textos relacionados con conjuros mágicos.
Se escribía en líneas horizontales o en columnas verticales, y siempre de derecha a izquierda. Su alineación no responde a ninguna regla estilística o de simetría, puesto que no se se consideraba arte ni tenía un carácter monumental, como sí ocurría con el jeroglífico.
El texto de esta fotografía está escrito en hierático, con tinta negra, resaltando algunas frases con tinta roja[4].
Papiro Edwin Smith. Papiro médico escrito en hierático. Jeff Dahl.
El demótico, al igual que el hierático, puede deber su nombre a una palabra griega, en este caso, demotikos (popular, con el sentido de ser utilizada en la mayor parte de los ámbitos) o bien derivar de la expresión grammata demotika (caracteres populares). Esto no significa que fuera usada por el pueblo -alrededor de un 95% era iletrado-, sino que era la más común de las escrituras. El término demótico se usa tanto para la lengua como para la escritura de esta etapa.
Los egipcios llamaban a esta escritura sS n Sat (sesh en shat), que significa escritura de cartas o escritura de documentos, indicando precisamente que esa era su finalidad, la administrativa; no obstante, escriben todo tipo de textos -salvo los más sagrados-, usándose tinta negra un soporte duro, como la ostraka, o blando, como lo sería el papiro.
La grafía es una simplificación -o una transformación- de la escritura hierática, estilizando los signos y uniéndolos entre sí, siendo ya bastante diferente de la escritura original jeroglífica. Aparece escrito en líneas horizontales y de derecha a izquierda, tal como aparece en este ostrakon de época ptolemaica.
Ostrakon con inscripción demótica, época ptolemaica. David Liam Moran.
El copto se refiere tanto a la lengua como a la escritura de la última etapa evolutiva de la lengua egipcia. La palabra copto deriva del gentilicio árabe qibt, nombre con el que los árabes denominaron a los habitantes del país tras su conquista en el año 640, y este, a su vez, de la palabra griega Aigyptos, egipcio.
Copto también significa cristiano de Egipto, lengua de los cristianos de Egipto y escritura de los cristianos de Egipto, puesto que cuando los árabes conquistaron el territorio, los habitantes de la zona habían adoptado el cristianismo como religión.
Inscripción litúrgica en copto del s. V-VI en el Alto Egipto. Infinite Bistromathics.
La principal diferencia con las otras tres anteriores es que es alfabética. Los signos escogidos fueron los griegos, ya que fue la lengua que empezaron a usar las dinastías ptolemaicas; a este alfabeto se le añadieron siete signos procedentes del demótico, que correspondían a siete fonemas propiamente egipcios que la lengua griega no tenía.
Con ella se escribían todo tipo de textos, también religiosos y administrativos, siendo escrita en líneas horizontales de izquierda a derecha. Puede estar esculpida en soportes duros o escrita con tinta sobre papiro, pergamino, madera, ostraka o tejidos.
La Piedra Rosetta.
La lenguas egipcias fueron olvidadas tras la invasión árabe; el copto, pese a ser usado en los rituales cristianos, era una lengua muerta. Fue entonces cuando el jeroglífico pasó a ser un enigma indescifrable o mal interpretado, del que se ignoraba que pudiera ser transliterado al hierático y al demótico.
Piedra de Rosetta en el Museo Británico. Hans Hillewaert.
Fue a partir del año 1798, cuando Napoleón Bonaparte organizó su famosa Expedición a Egipto, cuando se hizo posible descifrarlo. En 1799, un soldado francés hallaría de forma casual una piedra basáltica negra con inscripciones que estaba siendo usada como material de construcción de un fuerte en la localidad de Rosetta, a unos 65 km. al nordeste de Alejandría.
La piedra presentaba el mismo texto esculpido en tres lenguas: jeroglífico, demótico y griego. Tras leer y traducir el texto en griego, los estudiosos de la época se dieron cuenta de que se trataba de un decreto real escrito en las tres escrituras del país; el demótico y el griego como lenguas y escrituras oficiales; y el jeroglífico, la escritura tradicional de las estelas con textos promulgados por los reyes.
Escritura jeroglífica, demótica y griega en la Piedra de Rosetta.
El desciframiento no resultó tan sencillo como al principio imaginaron. Sería el lingüista francés Jean-François Champollion quien, con el uso adicional del copto, encontraría la clave de su lectura.
Portada: Etiquetas de la tumba U-j en Abidos. Günter Dreyer.
Para saber más:
- Cervelló Autor. Escrituras, lengua y cultura en el antiguo Egipto.
- Jacq, Christian. El enigma de la piedra.
- Gardiner, Alan. Gramática egipcia. Una introducción al estudio de los jeroglíficos.
[1] Günter Dreyer (Cappeln, Alemania, 1943 – Valencia, España, 2019), egiptólogo, asiriólogo y arqueólogo.
[2] Escarabeo: figura de piedra o cerámica con forma de escarabajo, utilizada como amuleto.
[3] Ostrakon (singular) – ostraka (plural): fragmento de piedra o cerámica sobre que servía de soporte a la escritura.
[4] El Papiro Edwin Smith es el documento sobre cirugía más antiguo conservado. Escrito en hierático en el antiguo Egipto sobre el 1600 a. C., el texto describe observaciones anatómicas y el examen, diagnóstico, tratamiento y prognosis de 48 tipos de problemas médicos con exquisito detalle. El documento, un papiro de 468 cm de largo por 33 cm de ancho, datado a principios de la dinastía XVII, parece estar escrito por escribas de diferente época; es copia de textos más antiguos como lo evidencia su vocabulario y gramática arcaica. El papiro se expuso por primera vez, desde 1948, en el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York, del 13 de septiembre de 2005 al 15 de enero de 2006. Coincidiendo con la exhibición, James P. Allen, el conservador del museo, preparó una traducción íntegramente nueva del papiro, que se incluyó en el catálogo de la exposición. (Wikipedia)
1 Comentario
3 septiembre, 2020 at 16:53
Excelente exposición