La llama del futuro
Esparcí la vida en cada ciudad
guardando mis recuerdos en cajas.
Naftalina para el hilo,
humedad concreta
que absorbe, sin querer, las paredes del destino.
Soy una sombra,
el proyecto que quise ser,
el adivino rotativo.
La droga que no mata
ni tampoco deja vivir.
Una palabra bonita
y labios que chocan contra los labios
en carne de derrota.
Un cubo con más cubos
formando el rompecabezas infinito,
¿qué le pido al futuro?
Un ritmo, una constante
el ayuno del mendigo
la mirada del truhán
el amor de la madre
y el frío del proxeneta.
Pido al futuro que no se detenga
y si se detiene, que me congele con él,
con el puño cerrado
de pie y parado
viendo la vida pasar
como el truco visual del tren.
Le pido al futuro que sea libre
que chorree mi tinta
que clame de dolor
que no exista
que se apague
como la llama del futuro
que me queme
como la llama
del pasado que me quemé
que se consuma
que sea el analfabeto perfecto
para entenderse a sí mismo.
Ordéname
Si todo es desorden
me conformo con que ordenes
veinte flexiones
al calor de la evaporación
de veinte flexiones.
Ordena a que me ordenes
cada cajón con su fauna
y ordena el ángulo que desintegra una galleta
en pedazos
con la mano.
Ordena el balanceo de una bossanova,
ordéname la mano que te soba
la boca que te bebe
la ameba que te chupa.
Ordéname si estoy desordenado,
desde el arañazo de mi gato
hasta mi cicatriz de bicicleta.
Ordena cada frágil movimiento de unos labios
que se quedan secos
fríos y secos
cada vez que se ordenan.
Ordéname dentro de un orden no establecido
un cliché mal parido
como la sinfonía de todos los enamorados.
Y ordena mi aburrimiento
mis ganas de pasar inadvertido
mis ataques de ira contra el aire
o mis ataques al aire contra la ira.
Ordéname cómo ordenar mis orejas,
cómo convertirlas en cejas y decir
“entre oreja y ceja”
porque ahí morirá el orden,
que saldrá contra el aire y posiblemente
choque contra el fragmento de mi reja
que está ahí, entre oreja y ceja
o ceja y oreja
y será que podré ordenarme,
decirme que no he escrito todo
con el tufillo fétido de la sinfonía del amor,
sino como un pastel donde los ingredientes
informes y desordenados
me avisan de que ya es hora de cerrar los ojos.
Ser madre de un golpe de calor. Selección de poemas – Brasil, Eslovenia, Asturias – 2009-2012
Portada: Futuro | Luis Zaf
¿CÓMO CITAR ESTE ARTÍCULO? : «La llama del futuro | Ordéname». Publicado el 25 de marzo de 2016 en Mito | Revista Cultural, nº.31 – URL: |
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