Aracnofóbicos…. ¿Deberían abstenerse?
Muchos hemos visto películas de ciencia ficción en las que grandes animales y monstruos aterrorizan y devoran todo a su paso. Y hubo un momento en el que algo muy similar a una araña de ese estilo deambulaba por nuestro planeta.
Hace alrededor de 350 millones de años, durante el período Carbonífero, nuestro planeta tenía un clima muy cálido y el ambiente continental comenzaba a llenarse de vegetación (lo que conllevó a un aumento en los niveles de oxígeno) y, gracias a la ausencia de ágiles depredadores, los invertebrados adquirieron tamaños muchísimo más grandes que los actuales.
Es aquí dónde va a prosperar nuestra amiga, hace 300 millones de años, perteneciente a los llamados artrópodos, animales que se caracterizan por tener un esqueleto interno (exoesqueleto), cuerpo dividido en segmentos y apéndices articulados. Este tipo de animales son muy difíciles de fosilizar, ya que no presentan partes duras; por ello son muy comunes en inclusiones de ámbar y menos frecuentes como impresión, dejando registradas la forma de sus cuerpos.
El fósil de este artrópodo fue hallado en 1980 casi por casualidad en la localidad de Bajo de Veliz, al noreste de la provincia de San Luis, Argentina, por el paleontólogo argentino Mario Hünicken, en una cantera de rocas lutitas (rocas de grano muy fino, usadas en los pisos de las construcciones, más comúnmente llamadas lajas). Este ejemplar es muy similar a otras formas encontradas en Escocia y Sudamérica.
Réplica de fósil de Megarachne servinei en el Museo Nacional de Historia Natural (Naturalis) en Leiden, Países Bajos | Ghedoghedo
La primera vez que la vieron, los paleontólogos le consideraron una araña de casi 45 cm de largo, 64 cm entre pata y pata, con 5 pares de apéndices, a la que bautizaron Megarachne servinei, por si quedaba alguna duda de su gran tamaño. Se identificó como araña por la forma del cuerpo, la posición del tubérculo ocular, el saliente anterior del caparazón como un par de quelíceros y la estructura circular posterior como el abdomen. Pero hubieron algunas características que desconcertaron a los paleontólogos: la ornamentación cuticular inusual, la sutura dividiendo el cuerpo y el borde anterior de pala de los quelíceros, además de la falta de conservación de características distintivas del grupo de los arácnidos, lo que provocó un debate sobre su interpretación como una araña.
Reconstrucción de Megarachne servinei como una araña gigante. Modelo en el Museo de Historia Natural de Génova, Suiza | Fritz Geller-Grimm
Esto llevó a que los paleontólogos usaran todo su ingenio y sus conocimientos para compararlo con todo lo que se conocía hasta el momento. Luego de numerosos estudios, en 2005, basados en rayos X, y nuevos ejemplares encontrados en la zona de San Luis en diferente estado de conservación, se consideró que Megarachne sp forma parte del grupo de los Euriptéridos, comúnmente conocidos como escorpiones de mar; a pesar del nombre, se considera que este extraño arácnido sería más bien de agua dulce, por el tipo de roca circundante, y es considerado por los paleoentomólogos como una rareza de gran tamaño dentro de este grupo. Se evidenció que el primer ejemplar encontrado, y en el que se basó toda su descripción inicial, si bien estaba en muy buen preservado, estaba incompleto en la zona más distal del cuerpo y los datos faltantes se pudieron recopilar a partir de los hallazgos del año 2005.
Reconstrucción de Megarachne como un euriptérido, o escorpión de mar | Nobu Tamura
Hoy podemos encontrar copias de este ejemplar en muchos museos de todo el mundo, pero los originales se encuentran en el Museo Dora Ochoa de Masramón, en la Ciudad de San Luis, Argentina, y el primer ejemplar utilizado para la descripción de esta especie se encuentra muy bien custodiado dentro de la bóveda de un banco.
Para saber más:
- Mario A. Hünicken (1980). «A giant fossil spider (Megarachne servinei) from Bajo de Véliz, Upper Carboniferous, Argentina». Boletin de la Academia Nacional de Ciencias, Córdoba, Argentina 53: 317-341.
- Camacho, H. (2008) «Los invertebrados fósiles». Editorial Vázquez Mazzini, Buenos Aires, Argentina.
¿CÓMO CITAR ESTE ARTÍCULO? : «La araña que te engaña». Publicado el 10 de junio de 2016. Mito | Revista Cultural, nº 34 – URL: |
1 Comentario
Muy bueno e interesante artículo. Pero recomiendo la revisión de estos artículos por personal de la facultad de letras. El verbo ‘hubieron’ no está usado (conjugado) correctamente. Saludos cordiales.