Por José Sarzi Amade y Leonor Taiano
En esta ocasión, José Sarzi Amade y Leonor Taiano Campoverde entrevistan a Ezequiel Teodoro, autor de la novela El manuscrito de Avicena, quien habla sobre su amor por la escritura y ofrece importantes detalles sobre las razones que lo llevaron a escribir una obra que combina elementos de la novela histórica y la novela policial.
Ezequiel Teodoro[1] nació en Ceuta en 1971 y su constante ir y venir por diversos parajes de la geografía española lo han llevado a vivir en lugares como Málaga, Sevilla o Madrid.
Durante la adolescencia comenzó a dar sus primeros pasos como escritor, principalmente con relatos y poesía, que le hicieron ganar diversos certámenes. Debido a su pasión por las letras, Ezequiel Teodoro comenzó a asistir a diferentes cursos de literatura; el más prestigioso, sin duda, fue el que imparte la famosa Escola de Escritura del Ateneu de Barcelona.
Además de escritor es periodista. Comenzó a ejercer en 1989, en El Periódico de Ceuta. Después colaboró con el periódico señero de Ceuta, El Faro de Ceuta, donde consolidó su formación, lo que le llevó, años más tarde, a ser contratado por El Pueblo de Ceuta, donde por primera vez su trabajo como periodista es recompensado con un sueldo. En su etapa ceutí también fue corresponsal de la agencia de noticias Europa Press.
Posteriormente, en 1999, le ofrecen trasladarse a Málaga para seguir trabajando en la misma agencia, esta vez como redactor, y apenas seis meses más tarde le ascienden a responsable de la sección de Economía en Andalucía. En 2005 decidió dar un cambio a su vida y aceptó un empleo en Madrid, como jefe de prensa adjunto del Ministerio de Fomento, donde permaneció durante seis años.
A lo largo de estos 25 años de trabajo periodístico no abandonó nunca su gran pasión, la escritura, y siguió preparándose y leyendo para mantenerla viva. Como resultado de esta pasión, nació su primera obra El manuscrito de Avicena (2011), de la que hablaremos en esta entrevista[2].
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Revista Mito: Buenos días Ezequiel, muchas gracias por esta entrevista.
Ezequiel Teodoro: Gracias a vosotros por la amabilidad de haber contado conmigo.
Revista Mito: ¿Por qué optó por escribir una novela que combina elementos de la novela histórica y la novela policial?
Ezequiel Teodoro: De pequeño, mientras mis amigos se entusiasmaban con las aventuras de Indiana Jones para conseguir el santo grial, yo además me preguntaba cómo había llegado el monje guerrero a la cueva donde custodiaba ese objeto tan preciado. ¿Qué había tenido que ocurrir para que un arqueólogo se encontrase en los años 30 a un monje de la Edad Media? Es decir, siempre me ha seducido cómo el pasado se conforma para llegar a ser lo que es en la actualidad. Pero a ello además uno mi pasión por la acción y la aventura, por el entretenimiento en definitiva. Al fin y al cabo, soy hijo de mi tiempo, en los que las novelas y películas de acción copan las listas de los más leídos. De ahí que quisiera crear dos mundos, el actual, más policiaco, y el de épocas anteriores, que aunque histórico también podríamos decir que es una trama policiaca a través del tiempo.
Revista Mito: ¿Por qué decidió combinar períodos históricos distantes y sociedades diferentes?
Ezequiel Teodoro: Tenía muy claro que quería contar una historia a través de momentos distintos de la Historia. Me apetecía unir diversas épocas con un nexo común, como una especie de hilo que cosiera diferentes momentos históricos, para que el lector pudiera comprender cómo nos influye el pasado. Somos producto de los fracasos y los éxitos que nos preceden, aunque haya mucho desmemoriado que piense que el pasado no tiene nada que ver con él. Somos lo que somos por lo que fuimos.
Revista Mito: ¿Fue difícil crear relacionar las diversas tramas paralelas que se encuentran en la obra?
Ezequiel Teodoro: Realmente sí. Hay que tener en cuenta que la trama antigua contiene su propia trama, pero la más moderna cuenta con dos historias paralelas hasta bastante avanzada la novela. Es decir, debía cruzar tres tramas importantes, además de varias sub-tramas, y conseguir que todas llegaran a un mismo punto. Tuve que ir y volver sobre la novela en muchas ocasiones para modificar partes de una u otra trama, pues a medida que avanzaba surgían nuevos elementos en una de las líneas que alteraban lo que ya había escrito en otra.
Revista Mito: ¿Cómo creó cada uno de los personajes?
Ezequiel Teodoro: Excepto el protagonista más importante, Simón Salvatierra, fueron surgiendo con la historia. Quería un personaje muy humano, con debilidades, con ambigüedades, incluso a veces bastante pasivo. Una especie de antihéroe, o héroe a la fuerza. Ello me obligaba a tener otros personajes más o menos secundarios que le empujaran en la carrera por el manuscrito, que le aportaran conocimientos o simplemente que le apoyaran moralmente en sus momentos de debilidad. Así surgió Javier Dávila, el agente, pero también Alex Anderson, un personaje muy fuerte.
Revista Mito: Muchos de sus personajes se desenvuelven en binomio (Bin Laden y Aymán Al-Zawahiri, Javier y Simón, Jeff y Alex, etc.) ¿Qué función desempeñan estos parejas en el desarrollo del argumento?
Ezequiel Teodoro: No me lo había planteado nunca así (jeje). Tal vez al ser mi primera novela no confiaba demasiado en la fortaleza de cada personaje por sí mismo, y siempre les he concedido a todos un apoyo, una especie de contrapunto que les diera el pie durante la novela. Realmente la función que hacen Javier y Jeff es la misma en relación a Salvatierra y a Alex, el del amigo con ciertos conocimientos que el protagonista no posee. No lo es tanto en el caso de Bin Laden y su lugarteniente; pues en este caso el verdadero protagonista es el segundo.
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Revista Mito: Usted ofrece detalles particulares sobre el modus operandi de los agentes de las diferentes agencias de inteligencia europea ¿Cómo obtuvo estos detalles? ¿Son producto de su creatividad literaria o de investigaciones de campo?
Ezequiel Teodoro: Hay un mix. Se trata de ficción, por supuesto, por lo que en gran medida jugaba con mi propia creatividad. Sin embargo, he de decir, que leí mucho acerca de cómo operan estas agencias, tanto en otras novelas como en libros de no ficción.
Revista Mito: Un aspecto que llama la atención de su novela es que usted utiliza nombres de personas que son verdaderamente identificables (entre ellos Bin Laden, el emir Nuh II y el propio Avicena) para los personajes que pertenecen al mundo musulmán y tiende a usar nombres poco localizables, probablemente ficticios, para los personajes occidentales ¿A qué se debe esta particularidad de su obra?
Ezequiel Teodoro: Realmente no es así. Uso personajes históricos reales, y la mayor parte de la novela histórica transcurre en Persia y Jerusalén, pero también aparece un personaje muy conocido en nuestro país: Álvarez de Mendizábal, quien fuera presidente del Gobierno de España y creador de la famosa desamortización de Mendizábal. Además, aunque tangencialmente, también ronda por la novela el Cid Campeador. Es decir, use aquellos nombres reales que podían aportar a la historia mayor verisimilitud.
Revista Mito: ¿Cuál es la función de la Gran Biblioteca en la novela?
Ezequiel Teodoro: Es la fuente de la sabiduría, la cuna del conocimiento. Lo que vino a ser oriente: la luz cuando en occidente éramos aún unos bárbaros. Es una pena que ardiese pues consiguió ser una de las más importantes de la zona en la época de los samaníes.
Revista Mito: ¿Por qué recurrió al recurso del manuscrito perdido/encontrado?
Ezequiel Teodoro: Como pasa en El Halcón Maltés, o en miles de novelas, lo importante no es lo que se busca, sino qué ocurre mientras se busca.
Revista Mito: ¿Qué pensaría Avicena del “manuscrito” de Ezequiel Teodoro?
Ezequiel Teodoro: Espero que le hubiese gustado (jeje). Yo he intentado retratar su humanidad más que su inteligencia, no sé si él hubiera estado de acuerdo con ello. Desde luego que era un gran sabio, eso todos los sabemos, pero a mi me interesaba conocer a la persona que había detrás. Al joven un tanto soberbio que fue, pues era difícil no serlo siendo como era el mejor de los médicos con tan sólo 17 años, al hombre independiente que no quiso doblegarse a los emires para los que trabajó, y sobre todo al anciano comprensivo con los defectos de los más, sabio de sabiduría de vida más aún que sabio de conocimientos.
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Revista Mito: ¿Cuáles son sus planes para el futuro?
Ezequiel Teodoro: Un editor me dijo una vez que se notaba que yo quería contar historias. Y eso es lo que pretendo: seguir contando historias.
Revista Mito: Muchas gracias por responder a nuestras preguntas. Ha sido un verdadero placer entrevistarlo
Ezequiel Teodoro: Gracias a vosotros por el tiempo que habéis dedicado a la entrevista y sobretodo a leer la novela, pues en vuestras preguntas reconozco las horas de lectura de El manuscrito de Avicena. Espero que la hayáis disfrutado.