Crearqció es un colectivo joven que nace en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Valencia. Se trata de un grupo heterogéneo de gente, con sueños e inquietudes diferentes, pero que comparten la firme convicción de que juntos llegan más lejos. Se interesan por el espacio público y la ciudad, los cuales constituyen su escenario de acción, ese lugar donde sus proyectos toman forma.
Entre sonrisas y virutas de madera los miembros de Crearqció reciben a Mito | Revista Cultural en su actual taller en Carlet. Allí se observa el recorrido de un trabajo constante que evoluciona y del que se encargan de elaborar, con cariño y precisión, desde las primeras ideas hasta su materialización.
.
Revista Mito: Muchas gracias por recibirnos. Empecemos por situarnos en contexto, ¿cómo y cuándo surgió Crearqció?
Crearqció: Crearqció surgió porque necesitábamos un nombre para algo que estábamos haciendo y no sabíamos qué era. Todo empezó en un curso de urbanismo con el profesor Rafa Rivera, en el que nos juntábamos fuera de clase para aprender a hablar en público y en el que tratábamos temas diferentes cada vez. Desde ese grupo, que por aquel entonces se llamaba Arquitertulia, empezamos a hacer otras cosas, a interesarnos por otros temas, y surgió la posibilidad de colaborar con Mujeres Grandes, y tras eso con Comboi a la Fresca, donde empezamos a poner en práctica aquellas ideas que surgían en los debates. Son dos proyectos que se solaparon en el tiempo y que marcaron el inicio de Crearqció, en 2011, a partir de un grupo de alumnos que participábamos en Arquitertulia. El nombre en si del colectivo nació casi como una necesidad, porque no sabíamos cómo presentarnos más allá de decir que éramos un grupo de amigos con gran interés por hacer cosas nuevas y diferentes; necesitábamos un nombre. Especialmente, el momento de sentarse a escribir ese nombre llegó cuando tuvimos que rellenar la ficha para participar en Comboi a la Fresca. Nos vimos con la necesidad inmediata de definirnos y, así, nació Crearqció. Una vez ya teníamos un nombre, fue cuando de verdad empezamos a creernos todo esto, a creer que podíamos hacer cosas como eso que éramos.
Crearqció en acción © Crearqció
RM: Con el nombre de Crearqció, habláis de crear, de arquitectura y de acción. ¿Cómo se materializan esos conceptos dentro del colectivo?
QÓ: El nombre surgió como un amalgama de las inquietudes que teníamos cuando todo esto surgió y que seguimos teniendo. Básicamente, todo vierte de esas tres patas. De la necesidad de crear con cada cosa que hacemos, de aportar nuestra parte creativa en cada proyecto. Entendiendo creatividad en el sentido de experimentar. La arquitectura aparece, no como la concebimos normalmente, sino como la materialización de cosas, como el proceso de convertir esas ideas en algo real. La acción se traduce en que no sólo pensamos cómo se pueden materializar esos proyectos, sino que los llevamos a cabo. Al nacer Crearqció, teníamos muy claro que si formábamos esto no era para dedicar el tiempo a pensar o discernir, sino para actuar. Finalmente, esos tres principios que forman nuestro nombre, el crear, la arquitectura y la acción, forman también parte de cada uno de nuestros proyectos.
.
RM: Habéis comentado que lleváis ya varios años juntos. ¿Cómo ha ido evolucionando el colectivo a lo largo de este tiempo?
QÓ: Crearqció evoluciona al mismo ritmo que evolucionamos la gente que lo formamos, pues somos nosotros mismos los que vamos proyectando nuestras inquietudes en el colectivo. De ese modo, es cómo vamos avanzando hacia adelante. Además, hemos tenido la suerte de que mucha gente de Valencia nos ha tenido en cuenta para llevar a cabo las locuras que tenía en la cabeza y, sobre todo, en un primer momento crecimos gracias a eso; al apoyo y la confianza que ciertas personas nos fueron brindando.
Por otra parte, el grupo también ha fluctuado mucho, en lo referente a las personas que lo formamos. La otra semana nos preguntaban ¿quién es Crearqció?¿Es un grupo abierto?¿Nos podemos apuntar? No es que seamos un grupo abierto o cerrado. Nosotros nos definimos, principalmente como un grupo de amigos, que se amparan bajo un paraguas de un nombre que es Crearqció. Ha habido momentos en que hemos sido diecinueve bajo ese paraguas o momentos en los que hemos sido seis; ahora somos entre ocho y diez. Al ser, principalmente, un grupo de amigos, la gente que se ha unido al colectivo siempre ha sido gente cercana a nosotros. Crearqció, aunque no nos gusta hablar en tercera persona pues no es un ente que esté flotando en el ambiente, podríamos decir que funciona como una corriente. Así, si te acercas y entras en la corriente de ese momento, y sabes seguirla, entonces te atrapa. Y otras veces, tal vez, la misma corriente te va llevando por otros caminos y te sales tú mismo del caudal. Por tanto, no es un proceso de establecer un criterio para decir quién forma parte de Crearqció y cuándo. A veces, nos gusta decir que es como el amor. En una relación, nunca dices «a partir de hoy estamos juntos», sino que surge a lo largo de un proceso, de ir quedando, de hacer cosas juntos, hasta que llega un momento en el que reflexionas y te das cuenta de que ha surgido esa relación.
RM: Si nos centramos en vuestro trabajo, observamos una gran diversidad tipológica de proyectos.
QÓ: Sí, al final, qué proyectos entran a Crearqció, y cómo, es el eterno dilema. Nosotros no queremos definirnos por el qué hacemos, sino que nos define más el cómo desarrollamos todo lo que llevamos a cabo, porque al ser un grupo de gente muy heterogénea, tampoco tenemos unos objetivos comunes que apunten hacia una única dirección. Al contrario, nos gusta y nos interesa todo, y la forma de hacer eso, el cómo, es juntos. Eso es lo único que tenemos claro. Lo importante no es qué tipo de proyectos desarrollamos, sino que los estamos llevando a cabo, que nos estamos moviendo juntos. Y es esa amistad que nos une la que fundamenta la forma que tenemos de trabajar conjuntamente, sin importar si vamos a desarrollar una instalación en algún sitio o a preparar la comida.
RM: Con esta diversidad de la que hablamos, además, vais demostrando cada vez mayor madurez y complejidad. ¿Cómo aplicáis lo aprendido a los nuevos proyectos?
QÓ: Al adquirir más experiencia, vamos profundizando los conocimientos e incluso la forma de gestionar los proyectos. Al principio, cuando habíamos de solucionar algo, disponíamos de las herramientas de las que dispone un estudiante de arquitectura, pero tras varios años de involucrarnos en todo tipo de proyectos, hemos ido desarrollando recursos que no hubiésemos podido aprender desde la escuela. Son cosas que ahora nos parecen muy obvias, pero que en realidad hemos ido aprendiendo con la práctica, a lo largo de todo este proceso. Un ejemplo sería el elaborar un presupuesto. En la escuela de arquitectura nunca te enseñan a hacer un presupuesto, pero después, en la vida real, sin presupuesto no puedes funcionar. Y nosotros hemos ido aprendiendo así; haciendo, fracasando y volviéndolo a intentar. Al fin y al cabo, la vida es así también, por lo que nuestra historia se puede contar por la cantidad de aciertos, pero sobre todo por la cantidad de fallos. El fallo en un proyecto es un acierto en el siguiente y, así, vamos evolucionando y ampliando nuestro bagaje y nuestros recursos.
Espacio Sonoro, Off_Hz © Crearqció
RM: Haciendo una retrospectiva por todo el trabajo que habéis realizado, ¿qué proyectos consideráis que han sido clave para Crearqció?
QÓ: Podríamos decir que, por un lado, la intervención sonora en el Espacio de la Gallera, del cierre del Ciclo Off Herzios del año pasado, porque fue una intervención rápida y eficaz, en la que pudimos compactar conjuntamente muchos conocimientos adquiridos a lo largo de nuestra práctica. Conocimientos logísticos, de gestión económica… e incluso a nivel personal; fue una satisfacción para el orgullo propio, por el trabajo bien hecho, por sentir cómo habíamos evolucionado. Se trata de un proyecto que desarrollamos para otro colectivo mayor, que es la organización de Off Herzios. Empezamos con ellos hará ya cuatro años, encargándonos de habilitar un espacio pequeño para una actuación sonora y, luego, eso evolucionó en proyectar una serie de diez espacios en galerías de arte de la ciudad de Valencia, y uno en el Museo de Bellas Artes de la misma ciudad. Nos encargábamos de crear un lugar en el que las personas pudiesen sentarse y disfrutar del arte sonoro. Ese arte sonoro acabó por enganchar a nuestro colectivo, por emocionarnos e involucrarnos completamente. De este modo, llegamos a plantearnos que sí, estábamos haciendo arquitectura, una arquitectura que debía dar respuesta a las necesidades de ese ciclo sonoro; por lo que, para explicar lo que hacemos dentro de esa dinámica, concluimos que debíamos explicar la arquitectura con una intervención sonora. Y eso hicimos, creamos un espacio sonoro. El hecho de llegar a ese punto, de plantearnos eso y llevarlo a cabo, fue una experiencia muy gratificante. Fue un proyecto que nos demostró confianza, propia hacia nosotros mismos, y de otro colectivo hacia nuestro trabajo y esfuerzo.
Otro proyecto que ha sido muy importante para nosotros ha sido la realización de la exposición VIPS; la cual refleja sobretodo cómo hemos aprendido a madurar en conjunto. Mientras que la intervención en La Gallera fue el proyecto referente como una solución proyectada y construida; VIPS es un referente en cuanto al trabajo en equipo. Es un proyecto muy nuestro. Hasta el momento, Crearqció siempre había colaborado con otros, pero los proyectos que habían germinado desde dentro no se habían desarrollado tanto. Con esta exposición, en cambio, hemos sido los responsables de todo, hemos sido los comisarios y los autores de la exposición, no de los edificios que se exponían, pero sí del material que se ha generado; permitiéndonos poder controlarlo todo en todo momento, lo cual nos ha demostrado, con gran satisfacción, el valor del trabajo colectivo.
RM: Si nos trasladamos a los proyectos que lleváis entre manos, encontramos entre ellos una falla I+E. ¿Cómo surgió ese proyecto?
QÓ: Sí, la falla es el reto de este año. Nos atrajo la idea de realizar este proyecto pues, en una falla, participan esas tres ramas que, como comentábamos, forman parte de nuestro nombre y nuestra identidad, y que nos gusta incorporar en nuestros proyectos. Además, todos en el colectivo somos cercanos al mundo fallero. El que sea I+E nos invita a reflexionar sobre el concepto de falla y sobre el papel de los diferentes agentes que intervienen en ella. Así, este proyecto nace y se nutre del no entender el monumento como un objetivo que va a nuestro nombre, sino como el proceso que nos hace llegar a ese resultado; un proceso en el que, evidentemente, los falleros tienen que estar incluidos desde el primer momento.
Nuestra intención inicial fue participar con alguna comisión fallera en Valencia y empezamos a elaborar un currículum fallero para poder ir presentándolo. Sin embargo, antes de que acabásemos de preparar ese currículum, ya teníamos claro que la falla que íbamos a desarrollar sería la que estamos haciendo ahora en Carlet. La cuestión es que nos planteamos que, si íbamos a llevar a cabo este proyecto, qué menos que colaborar con una falla que a alguno de nosotros le afectase directamente, porque de ese modo los conoces mucho mejor y ellos a ti, siendo más fácil conectar y motivarles para que confíen en tu trabajo. En este caso, uno de nosotros pertenecía desde hace tiempo a la comisión y durante años les había estado inculcando esa necesidad por hacer algo diferente, instruyéndoles que hay otra manera de hacer fallas, que existen otros tipos de monumentos, otra forma de organización y maneras distintas de afrontar las actividades que se organizan desde el grupo de falleros.
Sesión participativa con los falleros © Crearqció
Al final, el mensaje ha calado, y todos han aceptado nuestra propuesta. Una propuesta en la que todos los diferentes actores deben involucrarse conjuntamente. Y así, desde Crearqció estamos haciendo un proyecto en el que los falleros van a tener, dentro de un margen de seguridad que es el que nosotros tenemos que ofrecer, la falla que puedan/quieran tener; pues se trata de realizarla en conjunto, a través de un proceso participativo. Hasta el momento, el artista fallero venía y decía: «la falla va a ser esto», y esa era la comunicación que se establecía, siendo todas las decisiones propias del artista y ajenas al personal fallero. Pero este año, eso no es así. En este caso, los «artistas falleros», que seríamos conjuntamente Crearqció y la gente de la falla, vamos a estar colaborando, codo con codo. La gente va a venir a visitarnos y a trabajar en nuestro taller e, igualmente, los miembros de Crearqció vamos a participar en las actividades que los falleros puedan organizar. Como decíamos, se trata de producir una falla conjuntamente, a lo largo de un proceso.
Construyendo falla © Crearqció
RM: Junto a todo este trabajo que realizáis, seguís estudiando en la Escuela Técnica de Arquitectura de Valencia, que es donde nacisteis como grupo. Sin embargo, ya estáis todos a punto de cerrar ese capítulo y se abren otras puertas, ¿cuál es el siguiente paso?
QÓ: El siguiente paso, el cual hemos asumido como una necesidad colectiva, es acabar; entregar todos los Proyectos Finales de Carrera. Se dará de manera escalonada, pues cada uno sigue sus ritmos, pero vamos a tratar que, contra todo pronóstico, no se pare la actividad del colectivo. Para ello, vamos a pasar por entender que las entregas de los PFC formarán parte del trabajo de Crearqció. Así, después de la falla nos concentraremos en eso; sin perder el horizonte, pues entendemos que entregar el Proyecto Final de Carrera es simplemente otro paso para seguir hacia adelante.
Mientras vamos acabando, iremos intercalando algunas otras actividades. De momento, ya tenemos planeado un viaje en primavera, para seguir con la actividad del ciclo de Cosas Vistas, y también alguna jornada de reflexión interna del colectivo.
Tras eso, el siguiente paso será ampliar esto que somos, esto que tenemos. Ya estamos intentando profesionalizar esto y, por tanto, estamos en el proceso de adquirir esa actitud profesional antes, incluso, de tener un título que lo avale. ¿Qué tipo de proyectos haremos? Eso no lo sabemos, pero creemos que tampoco es importante. Lo importante es generar todas esas herramientas y conocimientos que nos permitan afrontar los nuevos proyectos que vayan surgiendo, siempre dando espacio a los sueños conjuntos y, también, a los individuales; de modo que el colectivo no impida al individuo, sino que el individuo nutra al colectivo. Ni somos todos iguales, ni queremos serlo, y eso se traduce en que también debemos respetar nuestras inquietudes personales. La clave es encontrar las fuerzas para permanecer unidos, trabajando, viendo qué proyectos llegan y cómo vienen. Y puede que llegue el día en el que no tengamos ningún proyecto y entonces nos planteemos por dónde buscar, pero de momento eso no ha pasado. Esto se debe a que siempre hay algún miembro de Crearqció con algún sueño individual o un interés especial en alguna cosa, que nos ofrece a los demás la oportunidad de involucrarnos conjuntamente en esa inquietud personal. Así, las fuerzas y las energías se multiplican, y aquello que empezó como un sueño o viaje de uno solo, llega a enriquecernos a todos. Con esta forma de trabajar, se aportan siempre cosas nuevas y surgen diferentes perspectivas sobre un mismo aspecto, aumentando la calidad de este recorrido colectivo.
RM: Actualmente, la práctica de la arquitectura se encuentra en un periodo de reflexión, de reencontrase a sí misma, ¿cuál sería vuestra aportación a este debate?
QÓ: Creemos que un aspecto que define nuestra forma de acercarnos a la arquitectura es el hecho de colaborar colectivamente, como un conjunto de arquitectos, como un grupo de amigos que hacen arquitectura. Y eso siempre lo valoramos mucho, pues en lugar de tener las herramientas de un individuo, contamos con la visión de nueve o diez personas distintas, lo cual enriquece mucho el trabajo. A su vez, ese trabajo colectivo nos aporta humildad; lo cual, en esta profesión, creemos que es necesario. En nuestro equipo no existe ese individualismo o nombre propio encabezando cualquier cosa que se haga, sino que todos formamos parte de esto por igual. Puede que cedas parte de tu individualidad y tu orgullo propio personal, pero ganas mucho más. En esta profesión es difícil llegar a ese punto, pues existe mucha competitividad y muchas ganas de llegar a ser algo, a ser un nombre. Pero hay que aprender a no tener tanto apego a ello. No hay que rivalizar, sino sumar.
Otro aspecto que tenemos en cuenta en nuestros proyectos, y que creemos debería aplicarse más al ámbito de la arquitectura, es el utilizar recursos que estén al alcance de nuestra mano. Nos hemos obsesionado un poco con el dinero como materia de cambio, por lo que cuando no hay dinero, parece que no hay nada. Pero eso no es así, los recursos existen, están ahí. Nosotros hemos desarrollado proyectos con presupuestos ínfimos, por lo que hemos aprendido a gestionar muy bien los recursos que tenemos al alcance, con el fin de proporcionar el mejor resultado posible con ellos. Ya sea paja, madera, o cualquier otro material, intentamos realizar el mejor proyecto que seamos capaces de conseguir, reutilizando y reciclando los materiales, devolviéndoles su dignidad, en lugar de descartarlos y enviarlos al contenedor. Y esto que hacemos nosotros a pequeña escala, es directamente trasladable a la arquitectura de escala mayor. Nos suelen preguntar: «entonces, ¿hacéis de todo menos arquitectura?» Esta confusión se debe a que se suele entender la arquitectura únicamente como la construcción de edificios, generalmente de nueva planta; mientras que, ideas como la reutilización y rehabilitación de edificios existentes, quedan en un segundo plano, como arquitectura de segunda. Nosotros creemos en el reciclaje y la reinterpretación de espacios. Para conseguir eso sólo hay que esforzarse un poco más, ceder a ese orgullo individualista que comentábamos antes y reinterpretar, repensar y recrear. Si, además, esto se hace de forma colectiva, los resultados se enriquecen mucho más.
RM: Ya para terminar, ¿qué consejos daríais a otros compañeros que, como vosotros, están acabando la carrera de arquitectura?
QÓ: Posiblemente lo principal sea que te apasione lo que hagas. En estos momentos en los que, tristemente, hay que asumir muchas veces que no vas a cobrar lo bien que deberías, es especialmente importante que, por lo menos, aquello que hagas te llene emocionalmente; puesto que si un trabajo está mal pagado y además te odias a ti mismo por hacerlo, ya no es sólo una crisis económica, sino una crisis de espíritu. Y contra eso se debe luchar con todas las fuerzas.
Muy importante, también, es creer siempre en uno mismo; hay que creerse que todo está a nuestro alcance. Al final, en la carrera de arquitectura siempre nos lo dicen, que nos preparan para todo, un poco; es decir, un poco para muchas cosas diferentes. Y nuestra clave está en creer que todas esas cosas que aprendemos no se limitan a las asignaturas de la escuela, sino que abarcan mucho más. Nos preparan para ser creativos, para mirar hacia delante, para proponer soluciones. Se trata de una carrera propositiva que te invita a expandir horizontes y abrir mil miras y decir: «todo está al alcance de la mano».
Portada: La sonrisa de Crearqció © Todas las imágenes son propiedad de Crearqció
Sin comentarios