El Petracreator
Hay un copo de nube que sostiene una torre
lo demás está por descubrirse.
Al sostén del mundo le falta un seno destornillador,
esconde pijas que amamanta rocas;
crea flojas avenidas.
Hace tiempo que los pájaros no vuelan alto,
escurren en traje por insurgentes.
En noche de remolinos soplas para vengarte del viento
desgarrando tu vientre.
Dentro de la torre, mi amor, se hundió mi barco de papel;
creí en la calca de viajar juntos.
Nadie miente cuando ama más el hombre es instinto,
ninguna ventana sostiene tiempos.
¡Ni dios abarca tanto!
¿Será mi realidad tus secretos calcinados,
el granito que quieres comer?
Hacemos de piedra lo que queremos perder,
por eso andamos con el corazón petrificado.
La criatura más parecida al gato es la mujer,
come, huye, gime y rasguña.
Cuya luna se oculta en la Tierra
regresas a crecer con lava cuajada en tus parpados.
Dentro del silencio los grillos me nombran su rey.
El diálogo entre tu ausencia y el sexo
muestra más verdad que la historia de nuestros siglos,
porque nos devora el infinito al vestirnos.
Aceptamos el infierno para arder en el cielo.
Sobre graba en el copo
pido permiso para continuar en el mundo;
Despedrado, salgo a crear una nueva torre.
Lunasticio
Tu risa campaneante la hora justa de mi muerte anuncia,
renuncio a la memoria de los roídos recuerdos.
Sacudo las telarañas de tus adioses bonitos;
los abrazo, los beso, los muerdo y los mastico.
Retiro la ponzoña de tus ausentes pasos,
mis limitados cubos sin luz prendida exploras.
Exploto los fractales nacidos de tu oscuro bien,
para quemar el mal que tu hermoso ser deja al pasar.
Lunáticos, locos de luna,
soldados de Melancolía;
un par de siniestros vagos
mudos ante lo innombrable.
En la orilla muerta del rio
somos poemas mutilados,
de forma y letra carentes.
Nunca el ojo clausuramos
al arte que aún no nace.
Escultores del firmamento,
viajeros moleculares.
Rápidos por volar lento
sobre el eclipse de tierra;
con nave y oxigeno ausentes.
La penumbra de tu figura lejana todos mis mundos abarca,
como a Santa Lucía el dióxido vecino de mi aliento en construcción.
En torno a un sol girar no es suficiente, por eso creces y creces.
Cada noche más galaxias iluminan tu intelecto moreno,
cortan la soga de tu cabello y ejecutan mi amor en domingo.
La ciudad despide al ciego, que te miro feliz, volar en el rio.
De todo tienes tanto,
destruyes paraísos
con gritos tormentosos;
protegidos por tigres
de una mirada triste,
eclipsada, rota.
Enseñas a vivir
al distante corazón
sangriento de piedras,
con silencios que matan.
Portada: Ombres et lumière | Fidber
¿CÓMO CITAR ESTE ARTÍCULO? : «El Petracreator». Publicado el 2 de mayo de 2017 en Mito | Revista Cultural, nº.43 – URL: |
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