La evolución de la palabra distemperança y su contexto
El análisis fonético de la evolución de la palabra y la pragmática que le da sentido a la obra de Juan de Mena, desde una perspectiva de la poética y la mitología griega.
Juan de Mena escribe El Laberinto de Fortuna en el siglo XV. Aproximadamente diez años después de que Juan II de Castilla firmara el Tratado de Medina del Campo, Mena le entrega el manuscrito de su poema. Podemos hablar de una obra relevante de la Edad Media en estos sentidos: aportes a la creación literaria, la inmovilidad sujeta de la moral, y un corpus bastante amplio del español medieval.
El Laberinto de Fortuna, más allá de ser una reflexión sobre la fortuna, es una reivindicación moralista y política de la época. Los textos de la Edad Media siguen estos criterios; los poetas líricos muchas veces estaban sujetos a la orden eclesiástica ¿Calïope era una falacia?
Para la mitología griega, Calïope representa la musa de la poesía épica e histórica. Juan de Mena la evoca desde su protagonista lírico:
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Tú, Calïope, me sey favorable
Dándome alas de don vistüoso,
Por que discurra por donde non oso;
Conbida mi lengua con algo que fable,
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Mena menciona a la fama en el verso 21: levante la Fama su boz inefable
La invocación de Calïope podría referir a la misma interpretación que da Juan de Mena del nombre <<Calíope>> en el comentario a la copla XL de la Coronación: “este nombre Calíope viene del griego calon, que significa ‘bueno’, y de fonos que significa ‘sonido’; Calíope quiere decir ‘buen sonido’. Y en cuanto a las cosas que el hombre hubiera de representar y decir sobre ciencia y sabiduría es preferible en un modo dulce y de suave manera. Estableciendo éste término, Calíope es un estilo”.
El estilo “Calíope” de la poesía de mena se ve reflejado en los juegos que hace dentro de sus versos. La inminencia primordial de enaltecer la lengua culta desde su origen, el latín, influye en la estructura interna de las estrofas. Este “embellecimiento” de la lengua representa el conocimiento de Mena sobre la retórica y una influencia subversiva del mester de clerecía.
A partir del siglo XVI, aproximadamente, empezaron cambios fonéticos importantes en la evolución de la lengua española. Desde la perspectiva de Mena, a más de cinco siglos, la evolución fonética tiene sus bases en Calíope.
Dentro de la estrofa X del Laberinto de Fortuna encontramos una palabra que podemos analizar desde la tipología de cambios del español:
tu temperamento es distemperança
’Distemperança’, viene del latín distemperantia. Para Mena era importante incluir en su obra un español “culto”, lo que en siglo XV sería una aproximación al latín. Dudaríamos un poco si en realidad en la época los hablantes usaban distemperança, o si el uso estaba normado por ellos.
Si seguimos la tipología de cambios del romanceamiento la palabra pudo haber evolucionado así:
‘distemperantia’ /distempe’rantja/ > /distempe’ran a/ > /distempe’rants͡ja/ > /distempe’rants͡→ja/ > /distempe’rantsa/ > ‘distemperança’ (siglo XV, aproximadamente).
Esta evolución del trozo fónico /tja/ a /ça/ se explica gracias al diptongo /ja/ donde la vocal /j/ (en su grafía “i”) por distribución complementaria es una semiconsonante. La semiconsonante /j/ en un diptongo por lo regular recibirá el nombre de ‘yod’. Las yod en la evolución de la lengua tendrán un papel importantísimo. Por ejemplo, en la palabra que acabamos de analizar, la yod es la culpable de que Juan de Mena escriba distemperança, que en cinco siglos evolucionará a ‘destemplanza’.
Cabe rescatar, también, que en portugués se conserva intacta distemperança y en italiano la sibilante ç se asimila en un fonema alveolar fricativo sonoro /z/ distemperanza.
Probablemente Mena nunca se haya dado cuenta de que la influencia de su estilo Calïope iba más allá de querer conservar una lengua “culta”. La musa Calíope decidió que su influencia épica, lírica e histórica trascendería en la poesía del Laberinto de Fortuna a través de la moral y de literalidad para ser también un corpus de la destemplanza desfasada de la evolución de la lengua.
Portada: Atenea junto a las musas © Frans Floris