Cae el telón
Cae el telón
sus ojos son almejas cerradas
moluscos babosos que dan círculos hacia dentro
se trata de una fauna nueva, un alumbramiento:
el ojo cerrado, torso de escarabajo,
duro el sueño que sueñan sus ojos,
sin interrupción ni publicidad,
duro el ojo que mece el sueño,
y que sin duda alguna,
morirá al abrirse el telón.
Brasil. Marzo, 2009
Contraseñas
Nos pasamos la vida rellenando casillitas
con contraseñas que a su vez son estrellitas
mi contraseña es viaje
de un vuejo que no pierde el gusto por los chistes
del olor a jabón a lavanda permisiva
de una uña catapultada después de ser mordida
del paréntesis largo de una tarde de sol
de una carpeta vacía de sueños
de una bolsa de supermercado con envases
de un bolígrafo reventado por dentro
porque la contraseña de todo ello
también son las estrellas que pasan desapercibidas.
Enero, 2011
Divisiones
Nos dividimos en doscientas catorce partes.
No tienen zapatos, sí tienen zapatos.
No comen más de una vez al día, sí comen más de una vez al día.
Son los que limpian las calles, son los que ensucian la calle.
Son los que conducen un autorickshaw, son los que cogen el autorickshaw.
Son los que empujan, son los que son empujados.
Son los que esnifan cola, son los que proporcionan cola.
Son los que padecen, son los que curan.
Ciudadanos que piden, ciudadanos que dan.
Primera división, segunda división, tercera división.
Piramidal: vaca, mono, pájaro, gato, perro, ratón, lagartija, hijos del asfalto.
Son los que venden, son los que compran.
Son los que comen más carbohidratos, son los que comen más proteínas, son los que no comen nada.
Son los colonizadores, son los colonizados.
Son los globalizados, son los glocalizados.
Son los que están escuálidos, son los que están obesos.
Nos dividimos en doscientas catorce mil partes.
En sonido de tambor y estruendo de petardo.
Son los que alimentan a la rueda, son los que fabrican la rueda.
Son los que miran con cara de pena, son los que dan pena con solo mirarlos.
Son el corazón por formar dentro de un vientre debajo de un puente delante de mí.
Y la división que existe entre sus huellas y yo.
Nueva Delhi. Noviembre, 2014
Las tallas de la ciudad
Tallan sobre mis yemas las salamandras de la noche
que suben y atrapan los mosquitos con la boca
sobre los cristales de polvo
sobre la faz de la ciudad contaminada
sobre la mortandad de los cuerpos que se envuelven con sábanas
y que devuelven la mirada de alguien menos vivo que yo.
Talla sobre mis pómulos la viruela endemoniada
que no para de hacer presencia en otras caras
sobre el vagón donde las mujeres viajan
sobre la pregunta en hindi con respuesta errada
sobre la gravedad de las higueras que se envuelven con el tráfico
y que devuelven el olor de un verano más vivo que yo.
Nueva Delhi. Diciembre, 2014
Las últimas cosas
Atención a las cosas que se hacen por última vez en mucho tiempo.
El viaje en coche por carreteras de laurisilva
la inmersión en el océano
el caos del tráfico
el polvo mágico de las noches con ron.
Atención a los amigos reencontrados
al humor del padre resplandeciente
a la generosidad de la madre
al paseo por la ciudad plana
y al cansancio de los amigos, de las vértebras dislocadas.
Las anomalías de una generación sintética,
sin ética,
anquilosada en placeres de incógnito.
Atención al final de los días
en una isla viva y densa
de altos parajes.
Atención a la última frase dicha
al batido de naranja y fresa.
Atención al tiempo que invertimos
en hacer las últimas cosas.
Noviembre, 2009
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¿CÓMO CITAR ESTE ARTÍCULO? : «Cae el telón». Publicado el 30 de junio de 2016 en Mito | Revista Cultural, nº.34 – URL: |
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