La Sala kubo-kutxa acoge hasta el 16 de octubre, la primera gran retrospectiva del artista Jesus Mari Lazkano. A través de más de un centenar de obras (lienzos de grandes formatos, dibujos, cuadernos de notas, etc.) se muestra su trayectoria artística de más de tres décadas de trabajo.
La evolución pictórica que la muestra pone de manifiesto es en palabras del comisario Javier González de Durana, “el resultado de dos causas entrelazadas: de una parte, un permanente viaje de reflexión en torno a la pintura como profesión, la imagen pictórica como representación y la naturaleza como entorno, y, de otra parte, sus múltiples periplos por diversas y ocasionales geografías, a veces muy cercanas, a veces tan lejanas como imaginarias”. La pintura de Lazkano resulta del constante transitar por la historia del arte y por el mundo que históricamente se ha visto afectado por el arte.
Jesus Mari Lazkano (Bergara, 1960) es, además de artista, profesor titular de Pintura en la UPV, en cuya facultad de Bellas Artes obtuvo en 1994 el doctorado por su tesis De la distancia entre lo formal en arquitectura y la arquitectura como imagen.
Además de en el País Vasco ha realizado numerosas exposiciones individuales en EEUU, China, Suiza, Indonesia, España, e Italia. Sus estancias en ciudades como Nueva York, Chicago, Dallas o Roma han estructurado su trabajo en sucesivas series temáticas, que constituyen un referente continuo en su pintura.
Interesado en la integración de la pintura en el espacio público, ha realizado importantes obras de grandes dimensiones como en la Torre Iberdrola, de Cesar Pelli, en Bilbao, una obra de 6 x 15 metros.
En 1985 recibió el premio Gure Artea y en 2007 el Premio Titanio, del Colegio de Arquitectos Vasco-Navarro, que distingue a aquellos artistas que aportan conocimientos arquitectónicos. Este mismo año ha sido nombrado académico de número de Jakiunde, Academia de las Ciencias, Artes y Letras del País Vasco.
En 1998 fue becado en la Academia de Bellas Artes en Roma, y desde entonces mantiene una estrecha relación con Italia. Su trabajo se acompaña de cuidadas ediciones facsímiles de los cuadernos de dibujo realizados en sus viajes y de numerosos catálogos monográficos con textos del autor.
Entre sus exposiciones, destacan tres en Bilbao: la de 2003 en la Sala BBK; una individual en el Guggenheim en 2007; y su gran retrospectiva en el Bellas Artes en 2010, que supuso un punto de inflexión hacia una nueva mirada del paisaje.
Su obra se encuentra en colecciones y museos de varios países, entre los que cabe señalar el Museo Château du Montbéliard, la Colecione Bulgary en Hong. Kong y Los Ángeles, International Finance Corporation Washington o los Museos Guggenheim y Bellas Artes de Bilbao. Desde 2012 reside entre el País Vasco y Nueva York, y es a partir de esa fecha cuando se produce un giro temático en su obra, especialmente en torno al paisaje neosublime.
La muestra antológica de la Sala kubo-kutxa arranca en la sala situada a la entrada con gran cantidad de obra de pequeño formato, dibujos, cuadernos, anotaciones, etc. a modo de un atlas que dibuja la trayectoria y el modo de trabajar de Lazkano.
En la sala principal nos encontramos con los lienzos de grandes formatos que caracterizan la obra de este autor. Comienza por las obras de los años 80 donde su mundo aparece poblado de ventanas, puertas, pasadizos, etc. Lo fronterizo, los espacios intermedios, los lugares de paso, como si la pregunta de dónde me encuentro y hacia dónde me dirijo estuviera rondando la cabeza del artista, azuzada por la incertidumbre que todo umbral produce antes de ser atravesado.
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