Publicado en el año 1964, Viejas historias de Castilla la Vieja es un relato corto, compuesto por pequeñas historias, a través de las cuales Miguel Delibes, además de abordar el fenómeno migratorio de la Castilla rural, refleja la problemática existente en el marco rural castellano y los dilemas de la vida en el campo.
Gran conocedor de los problemas de su Castilla natal, el escritor vallisoletano ha optado señalar el fenómeno migratorio a través de Isidoro, protagonista de sus Viejas historias de Castilla la Vieja, un chico de pueblo que va a estudiar a la ciudad y allí se da cuenta de su condición de pueblerino. El Isidoro lleva consigo el sentimiento de “patria chica” del castellano, el apego al terruño y la nostalgia clavados en el alma.
Francisco Umbral (2003), subraya que en libros como Viejas historias de Castilla la Vieja encontramos al verdadero Delibes, un Delibes que no está sujeto a ningún compromiso formal ni ideológico, ambientándonos inmediatamente en la rusticidad de un mundo donde hay chopos y palomas, e incluso culebras centenarias. El escritor muestra que las migraciones del hombre hacia la ciudad también son el reflejo de las contradicciones sociales existentes en los campos castellanos, históricamente existentes, pero acentuadas con el advenimiento del sistema capitalista de desarrollo que, además de crear nuevas necesidades, acaban estimulando las migraciones para la urbe, donde, supuestamente, está el progreso.
El progreso que “invita” al hombre a abandonar su terruño, acaba marginándolo, ya que el fenómeno migratorio parece un factor necesario para el propio desarrollo del referido progreso. En esta perspectiva, en Viejas historias de Castilla la Vieja, la escritura de Delibes es cortante, una vez que el escritor se viste de un lenguaje prosaico de los hombres del campo para conseguir el efecto de simbología: la alucinación en la crudeza de la discriminación que excluye al campesino de la posibilidad de progresar.
Con una sutileza que le es peculiar, Delibes recoge y registra anécdotas de los pueblos castellanos con una riqueza y naturalidad prosaica contundente, lo que demuestra su gran conocimiento del entorno geográfico castellano. Por otro lado, demuestra que siempre ha estado al corriente de todo lo que ocurre en el marco rural de su tierra natal, de cómo es la vida en el pueblo: las siembras, las cosechas; las matanzas, las fiestas; los enamoramientos, los asesinatos; el cuidado con la tierra o con los animales, etc. Sin ninguna exageración, el escritor vallisoletano se refiere a la vida en el marco rural de manera sumamente reiterativa, demostrando una preocupación casi excesiva con la realidad con que la que se enfrentan las poblaciones rurales. Por otro lado, el autor subraya las circunstancias que les obligan a los pueblerinos a abandonar su tierra, para ir en búsqueda de mejores condiciones de vida. Delibes resalta que el migrante castellano está obligado a huir de su mundo para emprender un viaje sin destino, hacia lo desconocido…y con el regreso “en abierto”.
Si en su terruño la vida del campesino no le es nada fácil, bastante más difícil va a ser una vez que abandona su entorno y va en búsqueda de la supervivencia en los centros urbanos. Las migraciones ocurren en virtud de la ausencia de políticas públicas, destinadas al desarrollo del campo, consistiendo la clave para la reducción de las poblaciones rurales del marco rural castellano. Al “huir” de su entorno rural, el migrante se enfrenta con un mundo totalmente incierto, estando obligado a lidiar con un futuro muchas veces ajeno a sus perspectivas, sus anhelos y/o sus necesidades. Por otro lado, encuentra también un mundo reacio al suyo, a su cultura, a su experiencia y costumbres; un mundo un mundo que le fragmenta, le margina, le destruye.
Emigrante, ¿Qué hacer en Vigo?
La firme posición de Miguel Delibes ante las migraciones – y todo lo que ello supone – se extiende a niveles mucho más amplios de lo que se puede imaginar. El autor siente la necesidad de, a través de la subjetividad, despertar la sensibilidad de la sociedad en general para los cambios de orden político-social, fundamentales para el mantenimiento de la vida en el campo, para el equilibrio del planeta y del propio desarrollo y equilibrio social, en un mundo tan lleno de desigualdades.
Debido a la reconocida posición que superioridad la urbe que se autosobrepone al mundo rural, Delibes utiliza su literatura como un vehículo que transmite su preocupación con el destino del universo campesino, desarrollando una prosa fértil de consciencia crítica e implicación con las cuestiones del desarrollo rural, desbordantes de palabras sencillas, carentes de preciosismos literarios, pero con una abundancia de intencionalidad verbal grandiosa. En Viejas historias de Castilla la Vieja, al presentar a Isidoro como el personaje migrante, Miguel Delibes deja claro que el que abandona su terruño para ir en búsqueda del progreso en los grandes centros urbanos no logra desvincularse de su “primer” mundo, tampoco logra el pretendido progreso, puesto que emprende un viaje desde la nada. De este modo, el escritor de Castilla acciona su discurso crítico, poniendo en tela de juicio cualquier idea determinista que “pinta” al hombre como un mero fruto del medio y/o de las circunstancias que le ha tocado vivir, destacando que es la mano del propio hombre el principal causante de las desigualdades. Todo eso, apoyado en pilares múltiples que sustentan el poder, como la indiferencia, el egoísmo, el utilitarismo, etc.
En medio a unas circunstancias de postguerra, a veces se intenta escapar del dolor de la miseria y el hambre, emprendiendo un viaje hacia lo desconocido o lo incierto, con tal de encontrar un remanso de paz y dignidad. Tal como el Isidoro, el personaje fragmentado, que supera sus miedos y se lanza a la “aventura” de establecerse en un mundo “civilizado”. El personaje es consciente de lo que provocan las emigraciones, de lo indiferente que resulta el mundo del progreso ante la sencillez de la aldea. El vacío de la postguerra estimula el cambio de ideas, la toma de consciencia en cuanto a la necesidad de plantar cara a lo preestablecido, a ser consciente de la realidad y emprender nuevos caminos que llevan al cambio.
Santiago de Aravalle (Ávila), José Antonio Cotallo López
En Viejas historias de Castilla la Vieja, podemos observar que la realidad del marco rural está caracterizada por la ausencia de proyecto de futuro, condenada a la despoblación y al abandono. Por consiguiente, la vida en el entorno rural tiende a desaparecer junto a sus tradiciones, junto a su futuro: no hay lucha, tampoco hay intento de fijación del hombre en el campo; no hay esperanza, no hay salida más que migrar hacia las ciudades, en búsqueda de la supervivencia.
Con la mirada puesta en las Viejas historias de Castilla la Vieja, intentamos señalar la dimensión de esta obra del escritor castellano, cuyo alcance nos hace reflexionar sobre el contexto de la postguerra española, debido a su connotación ético-política, pero fundamentalmente histórico-social, con una eficacia retórico-reflexiva impar. Ante ello, sin perder de vista que en el marco rural, además de Isidoros, existen existe una infinidad de personas sin perspectiva de futuro, ni certeza de lo que les espera en el futuro y que luchan constantemente en pro de la supervivencia, teniendo como única esperanza asegurar la supervivencia con dignidad. Por otro lado, Miguel Delibes nos trasporta a su Castilla natal y nos hace seguir, quizás, replanteando nuestras actitudes con relación a la vida en el marco rural y, además de eso, nos invita a conocer la profundidad del mundo rural que, muchas veces, queda escondida tras las “cortinas de humo” de los centros urbanos, ofuscado por eel mundo llamado “civilizado”.
Portada: Peñaranda del Duero (Burgos), Julián Ocón
BIBLIOGRAFÍA
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DELIBES, Miguel. (2010). Viejas historias de Castilla la Vieja. Madrid, Alianza Editorial.
LOZANO, José Jiménez. (2003): Respirando el Mundo in Miguel Delibes: Homenaje académico y literario. Ed. María Pilar Celma. Universidad de Valladolid, págs. 138-144.
SAMANIEGO, Pilar de la Puente (1986). Castilla en Miguel Delibes. Salamanca. Ediciones Universidad de Salamanca.
SOBEJANO, Gonzalo. (1970). Miguel Delibes: la busca de la autenticidad. Novela española de nuestro tiempo. Madrid, Prensa Española, Col. “El Soto, 10”.
UMBRAL, Francisco.(2003). Lectura de Viejas historias de Castilla la Vieja in: Miguel Delibes: Homenaje académico y literario. Ed. María Pilar Celma. Universidad de Valladolid, págs. 145-149.