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En la Biblioteca Nacional de España hasta el 11 de septiembre
La Biblioteca Nacional de España inauguró a principios de junio, una exposición sobre los precursores de los llamados libros desplegables o pop-up. Aunque hoy en día estos libros se asocian a la literatura infantil y su popularización procede del siglo pasado, los libros con elementos móviles tienen una larga y desconocida historia de más de 700 años. Además, hay libros pop-up sobre todos los temas: astrología, adivinación, medicina, arquitectura, retórica… Pero, sobre todo, astronomía y navegación, que son los que podrán verse en esta muestra de más de medio centenar de obras, manuscritos, dibujos e impresos datados entre los siglos XV y XVIII.
La sala de las Musas de la BNE acoge la que probablemente sea la exhibición más completa de los ejemplares de libros móviles más antiguos que se conservan. La exposición Antes del pop-up: libros móviles antiguos en la BNE, comisariada por Gema Hernández Carralón en colaboración con Mercedes Pasalodos Salgado, posee más de cincuenta muestras de entre los siglos XV y XX, que tratarán de acercar al público la desconocida historia de estos volúmenes.
El concepto pop-up hace referencia a libros que guardan en su interior elementos interactivos y figuras tridimensionales hechas de papel. Un término acuñado por la empresa Blue Ribbon Books en 1932, que ilustra de manera gráfica la idea de movilidad por la que se distinguen estos ejemplares.
Giovan Battista Della Porta (ca. 1535-1615) De furtiuis literarum notis, vulgo De ziferis libri IIII / Ioan. Baptista Porta neapolitano autore. – Neapoli : apud Ioa. Mariam Scotum, 1563. – Portada con escudo xilográfico del Rey Felipe II.
Estos pequeños tesoros esconden dentro de sus cubiertas numerosas piezas y estructuras como lengüetas, pestañas, solapas, carruseles o ruedas, realizadas con hasta 12 técnicas diferentes, que los convierten en obras con un atractivo añadido. Son productos editoriales elitistas y que resultan caros debido al proceso manual que requieren, pero se trata de creaciones casi mágicas que tienen su punto de atracción en la interactividad. El lector debe tirar, abrir, girar, destapar… en definitiva, tocar el libro de manera activa, lo cual hace que se sienta parte de él.
Estas figuras de la llamada ingeniería del papel y de las artes gráficas comenzaron a hacerse populares durante el siglo pasado y hoy en día están relacionadas con los niños. A pesar de ello, en realidad son libros con una larga trayectoria y que abarcan temas tan diferentes como la arquitectura, la astrología, la adivinación o la retórica. Los primeros ejemplares datan del siglo XIII, cuando a algunos manuscritos se les añadieron volvelles, construcciones de papel en forma de rueda, formadas por discos unidos por un pivote central que permitía su movilidad. Eran muy utilizados, sobre todo, en libros de astronomía y medicina, para facilitar la interpretación de diferentes datos y favorecer su pedagogía.
Portada: Rafael del Valle y Aldabalde La mujer representación gráfica de su estructura en siete láminas sobrepuestas. – Madrid : Bailly-Bailliere e hijos, 1909
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