Pocas biografías de científicas están tan llenas de controversia como lo es la de Rosalind Franklin, la biofísica británica cuya investigación fue crucial para encontrar la estructura del ADN[1].
Transcurre la tarde del 7 de septiembre de 1940 en Gran Bretaña; horas antes, la mayor colección de aeronaves bélicas nunca antes vista por el ser humano avanza hacia la isla cruzando el Canal de la Mancha. Comenzaba así el mayor bombardeo de la Segunda Guerra Mundial, cuando cerca de 300 bombarderos y 600 naves de pelea cruzaron el canal para destrozar Londres y el Estuario del Támesis, así como la moral de los británicos. Desde antes, convencidos del inminente ataque hacia la Gran Bretaña, el país se puso en alerta y emitió la palabra secreta Cromwell a todas las islas, unidades militares e iglesias para preparar a la gente. Ese día todas las áreas residenciales del Londres Oriental y Suroriental fueron devastadas, matando a 430 civiles y dejando alrededor de 1600 heridos.
Tras el bombardeo de aquel día Winston Churchill declaró que «Él [Hitler] ha encendido un fuego que arderá con una constante y consumidora flama hasta que el último vestigio de tiranía nazi haya sido quemado de Europa». El bombardeo continuó las siguientes 76 noches, devastando Liverpool, Manchester, Swansea, Cardiff, Bristol, Southampton, Edimburgo y otras ciudades británicas más. En la Universidad del King’s College, en Londres, muchos trabajadores y estudiantes fueron evacuados a escuelas en otras ciudades. A su regreso, verían cómo la furia alemana había dejado en ruinas algunos de los edificios de la escuela más vieja de Londres, el King’s College.

Autobús sumido en un cráter de bomba sobre la calle Balham, en el Balham Underground, en el sur de Londres, 14 de octubre de 1940.
Una científica nata
Rosalind Ellise Franklin nació el 25 de julio de 1920 en el barrio de Notting Hill, Londres. Fue hija de Ellis Franklin (1894-1964) y Muriel Franklin (1894-1976), familia judía de banqueros mercantes muy importante en la Gran Bretaña, con miembros de ella integrando el gabinete del Primer Ministro; sin duda de los primeros judíos en Inglaterra en lograrlo. Rosalind fue la segunda de cinco hijos, David el mayor, Colin, Roland y Jenifer, la menor.
Rosalind destacó desde el comienzo en actividades como los deportes y las competiciones, actividades que siempre se asociaron a los niños. Ellis era uno de los más conservadores en su familia, por lo que las discusiones en casa sobre política y temas de la sociedad eran comunes cuando los familiares iban a visitarlos, discusiones en las que Rosalind se mostraba muy inteligente, lógica, determinada y articulada. De su infancia se sabe que no era afecta a las muñecas, más bien a las naves, el dibujo, la fotografía y la lectura. Estudió en la Escuela para Señoritas de St. Paul, donde destacó en las clases de física y química[2] y, a la edad de 15 años, decidió que su vocación sería la de ser científica pese a la renuencia de su padre.
En 1938, Rosalind entró al Newnham College, en Cambridge, donde estudió Química. En aquel entonces no se expedían títulos universitarios a las mujeres, por lo que la calificación en los finales era la que contaba para que las mujeres comprobaran su grado de bachiller: Rosalind logró una clasificación de Honores de Segunda Clase en 1941. Para este momento la guerra estaba en su apogeo y fue el 10 de mayo de 1941 que terminó el bombardeo a ciudades británicas por parte de la Luftwaffe alemana. Contrario a las intenciones de Hitler y Göring, más que mermar la moral británica, la galvanizó.

Newnham College, Steve Cadman
Es por eso que Rosalind decidió dedicar sus tiempos de vacaciones universitarias a realizar trabajos de servicio comunitario en el Comité de Refugiados Germano-judíos en Woburn House, Londres. Al terminar su grado, consiguió una beca de investigación con su supervisor R. G. W. Norrish, y entre 1942 y 1946 realizó investigaciones que contribuyeran al desarrollo favorable de la guerra para los británicos al trabajar para la Asociación Británica de Investigaciones sobre la Utilización del Carbón (BCURA, por sus siglas en inglés British Coal Utilisation Research Association), para quienes estudió la microestructura y porosidad del carbón, del carbón vegetal y del grafito, publicando cinco artículos y consiguiendo en 1945 su grado de doctora por parte de la Universidad de Cambridge. Sus investigaciones condujeron a la producción de la máscara de gas, un aditamento que para Gran Bretaña representaba una gran ventaja bélica.
En 1947, recién acabada la guerra, consiguió una oferta de trabajo para el Laboratorio Central de Servicios Químicos del Estado en París, con Jacques Méring, donde perfeccionó sus técnicas de cristalografía con rayos X para materiales que no cristalizan perfectamente, como el carbón; es a esta área a la que dedicó casi toda su vida profesional, publicando un artículo al año. Durante ese tiempo en Francia se enamoró de las costumbres francesas más igualitarias que las costumbres convencionales inglesas, prefiriendo vivir siempre en condiciones de la tercera clase que de los de la primera. Vivió de manera modesta y simple en un departamento del 6ème Arrondissement haciendo de su rutina cruzar frente a la catedral de Notre Dame de camino a su laboratorio en el Quai Henri IV.
Fue en Francia donde se comenzó a crear un crédito alrededor de su nombre, mientras amaba su trabajo. Amaba el proceso de hacer ciencia ¿Cuánta gente puede enojarse porque se le conceda una semana de descanso de sus labores cuando en las revisiones de rutina para los trabajadores con rayos X se les confirmaba una sobrexposición?
Su llegada al King’s y la odisea del ADN
Sin embargo, la noción de que las oportunidades científicas eran mejores en Inglaterra que en Francia, nación que estaba en proceso serio de reconstrucción, junto con las presiones familiares y el consejo de la prestigiosa cristalógrafa Dorothy Hodgkin, convencieron a Rosalind, no sin cierta renuencia, de regresar a su hogar. El director de la unidad especial de biofísica en el King’s College, en Londres, John Randall, decidió invitar a Rosalind para que trabajara en su laboratorio de Biofísica; primero le ofreció trabajar con proteínas, para luego ofrecerle el ADN. Sin embargo, su personalidad, sus maneras afrancesadas y sus tendencias no tradicionales serían un constante objeto de fricción con sus muy diferentes colaboradores en King’s.
En enero de 1951 se le asignó a la unidad de investigación del ADN en los laboratorios de un edificio que se encontraban debajo del cráter de una bomba[3]. Su equipo de trabajo incluía a Maurice Wilkins, un personaje tímido, indirecto, que difícilmente sostenía una mirada y poco calculador, mientras que Rosalind era más bien seria, intensa, rápida y asertiva. A este choque de personalidades se le aunó un malentendido: Randall asignó todo el trabajo de difracción del ADN a Rosalind sin informarle a Wilkins, quien realizaba todos los estudios sobre la estructura del ADN en King’s y a la llegada de Rosalind se encontraba ausente; Wilkins pensó que trabajaría junto a ella a pesar de que a Rosalind se le dijo expresamente lo contrario. La verdad era que Wilkins esperaba una asistente, no a alguien más capacitado. Wilkins rivalizaba antes con un equipo de trabajo similar en la Universidad de Cambridge dedicado a dilucidar la estructura del ADN, sus amigos Francis Crick y James Watson. Esta rivalidad incentivada por los malentendidos ocasionados por Randall pudo haber influenciado la actitud que Wilkins tomó hacia Franklin y que comunicaría a sus amigos en Cambridge, Crick y Watson.
Rosalind no estuvo contenta en el King’s College, donde encontraba sorprende que hubiera un área común en la que no se permitía el acceso a las mujeres y, a sólo meses de su llegada, en el laboratorio nacía un molesto y sarcástico sobrenombre, Rosy (mismo que se haría popular por un libro que sería publicado en 1968).
Rosalind Franklin trabajó con un estudiante de doctorado que antes estaba tutelado por Wilkins, Raymond Gosling, con quien realizó los trabajos de difracción sobre preparaciones de ADN. Ellos tomaban fotos del ADN y descubrieron que existían dos configuraciones de ADN, las que ellos denominaron A «seca» y B «húmeda». Debido a que era más fácil trabajar con la configuración B, Franklin y Gosling realizaron estudios con ésta. Las imágenes requerían de una exposición a rayos X de alrededor de 100 horas utilizando un precario equipo con el que contaba el laboratorio en ese momento y que ella misma calibró. John Desmond Bernal, uno de los más reconocidos científicos de Gran Bretaña y pionero en cristalografía con rayos X, dijo una vez, tras la muerte de Rosalind, que «Como científica, la señorita Franklin se distinguió por su extrema claridad y perfección en todo lo que realizó […] Sus fotografías estuvieron entre las más hermosas fotografías de rayos X de una sustancia jamás tomadas».
En noviembre de 1951 Rosalind dio un coloquio en Londres sobre las dos fotografías, concentrándose en la A que poseía mayor información que la B, ambas mostrando una aparente forma helicoidal. A dicho coloquio asistió James Watson. Poco después, Watson y Francis Crick invitan a Wilkins y a Franklin, junto con sus equipos, a opinar sobre su modelo del ADN. Franklin declaró que ese modelo, de tres hélices, no correspondía con la realidad, al poseer un décimo menos de agua que el ADN real. Fue un choque entre dos enfoques: el experimental de Franklin y el teórico-deductivo de Watson y Crick. La demostración avergüenza al director del laboratorio Cavendish y suspende el trabajo sobre la modelación del ADN.

X-ray ensemble, Genome Biology
En mayo de 1952, Franklin produce en su laboratorio la mejor imagen de la configuración B del ADN. La cataloga como Foto 51 y continúa con su trabajo en la imagen A. Por esas fechas, surge un apodo aún más molesto que el anterior: La Dama Oscura; lo que motiva a Rosalind a arreglar su salida del King’s al año siguiente. La Foto 51 es vista por Wilkins, que para ese entonces llevaba tiempo comunicando los resultados del King’s a los estudiantes de Cambridge Crick y Watson.
El 30 de enero de 1953, Watson viajó a Londres con un manuscrito a punto de imprimirse con una propuesta realizada por Linus Pauling, incorrecta pues se parecía a la que ellos habían propuesto, sobre el ADN. Como Wilkins no estaba en el laboratorio, corrió al laboratorio de Rosalind, donde le dijo su urgente mensaje de que todos deberían colaborar en los estudios del ADN antes de que Pauling descubriera su error[4]. Durante la entrega del mensaje, Watson dio a entender a Franklin que ella no era capaz de interpretar sus propios resultados, haciéndola enojar. Cuando Wilkins llegó, la conmoción lo dirigió hacia el par, donde respaldó a Watson. Al sentir conmiseración por su amigo, Wilkins fue al cubículo de Franklin y extrajo sin su consentimiento la foto 51 que Rosalind había tomado y que le había mostrado a Wilkins tiempo antes. Watson, a cambio, dio a Wilkins el famoso manuscrito de Pauling y Corey.
La foto 51 mostraba claramente la estructura que debía tener el ADN y dio al par de Cambridge la información necesaria para construir un modelo del ADN, el de la doble hélice. En febrero de 1953, Francis Crick y James Watson comenzaron a construir el modelo del ADN, aunque Franklin mostró siempre reticencia a construir un modelo sin conocer suficiente de la estructura de la molécula. Rosalind estaba arreglando su salida del King’s y su transferencia a Birkbeck College.

DNA X-Ray Diffraction Studies 1953, Historical marker, King’s College, London. Seth Anderson
A mediados de febrero de 1953, Max Perutz encontró una copia del reporte escrito al comité de biofísica del Consejo de Investigación Médica que vistó el King’s en diciembre de 1952 donde aparecían muchos de los cálculos realizados por Franklin, entre ellos las anotaciones de que Rosalind pensaba que las cadenas de ADN eran simétricamente antiparalelas, es decir, una cadena complemento de la otra. Max Perutz era director de tesis de Crick y le mostró el reporte.
Mientras eso sucedía en Cambridge, en Londres la salida de Rosalind del King’s implicaba, por insistencia de Randall, que la biofísica dejara en King’s sus trabajos sobre ADN y los entregara a Wilkins. Para el 28 de febrero de 1953, Watson y Crick sintieron que habían resuelto el problema y en el pub The Eagle, localizado frente a la Universidad de Cambridge, declaró que ellos habían descubierto el secreto de la vida, a pesar de que sabían que aún faltaban datos para completar el modelo. Su trabajo quedó completo el 7 de marzo de 1953, un día antes de que ellos recibieran una carta por parte de Wilkins donde les informaba que Franklin finalmente abandonaba el King’s y que podían «poner todas las manos en la bomba». El 6 de marzo de 1953 llegaron a la revista Acta Crystallographica, en Copenhague, dos manuscritos de Rosalind sobre la forma A del ADN, donde ponía de manifiesto la estructura helicoidal del ADN. Wilkings conoció el modelo de sus amigos hasta el 12 de marzo de ese año, y por esas fechas Gosling habría informado a Rosalind de tal modelo, poco después del 17 de marzo de 1953 (cuando escribió un borrador de artículo sobre la estructura del ADN en su configuración B).

Entrada al bar The Eagle, en Cambridge. Aquí anunciaron James Watson y Francis Crick que habían encontrado «el secreto de la vida» © Omar R. Regalado Fernández
El 10 de abril, Frankiln escribió a Crick pidiéndole permiso para ver su modelo. Rosalind nunca pudo deshacerse de su escepticismo ante la producción de un modelo con tanta premura, pero reconoció que el modelo parecía ser el correcto. Rosalind nunca fue consciente de que su trabajo había ayudado directamente al equipo en Cambridge. El 25 de abril de 1953, Crick-Watson, Wilkins y Franklin publicaron una tríada de artículos en la revista Nature, donde los artículos del equipo del King’s quedaron como confirmaciones del modelo de Crick y Watson. Franklin reconoció que sus datos parecían coincidir con el modelo Crick-Watson, sin saber que esta coincidencia era porque fueron sus ideas las que produjeron el modelo en primer lugar.
Rosalind y sus trabajos en Birkbeck
La comunidad científica tardó en adoptar el modelo de Crick-Watson como el definitivo, y a pesar del escepticismo de Rosalind hacia tal modelo, ella publicó sus descubrimientos y observaciones previas que lo confirmaban en Acta. Rosalind dejó de dedicar todo su trabajo al ADN y comenzó a enfocarse en sus nuevos estudios en el Birkbeck College sobre los virus del mosaico del tabaco, reclutada por el físico John Desmond Bernal, un irlandés comunista que se volvió famoso, entre otras cosas, por el impulso que dio a las mujeres cristalógrafas. En 1954 Rosalind conoció a Aaron Klug, con quien inició una valiosa colaboración y una relación muy diferente que la que tuvo con Wilkins en King’s. En 1955, Franklin volvía a figurar en la revista Nature, al publicar un artículo donde indicaba que las partículas del virus del tabaco eran todas de la misma longitud, tirando el paradigma del virólogo eminente Norman Pirie.
El equipo de Franklin y Klug en Birkbeck fue bastante productivo, al realizar estudios sobre la estructura del ARN, que conformaba el genoma del virus del tabaco, y lograron proponer un modelo para el virus del tabaco que sería expuesto en la Feria Mundial de Bruselas.
A mediados de 1956, mientras realizaba un viaje de negocios a los Estados Unidos, Rosalind comenzó a tener un deterioro de salud y tras un proceso operatorio en el Reino Unido se descubrieron los dos tumores que tenía en su ovario. Esto inició un periodo de convalecencia y hospitalización en los que fue visitada por Anne Sayre, su biógrafa, Francis Crick y su esposa Odile, con quien tenía una gran amistad, y con Roland y Nina Franklin, así como con sus sobrinos y sobrinas. A pesar de su estado y de haber iniciado el tratamiento contra el cáncer, ella y su equipo continuaron con su trabajo produciendo siete artículos más en 1956 y seis más en 1957, cuando su grupo comenzó con los trabajos sobre el virus de la poli y obtenían financiamiento del Servicio de Salud Pública de los Institutos Nacionales de Salud de Estad Unidos.
En 1957, Rosalind es remitida al Royal Marsden Hospital tras una recaída. Regresó a trabajar en enero de 1958 y fue ascendida como Asociada de Investigación en Biofísica. El 20 de marzo de ese año volvió a recaer y moriría el 16 de abril en Chelsea, Londres, con 37 años de edad, de una bronconeumonía, carcinomatosis secundaria y cáncer de ovario. Se sospechó que la enfermedad había sido desarrollada por una exposición prolongada a los rayos X que le dieron su fama.
Reconocimiento póstumo
La vida de Rosalind Franklin está llena de controversias en torno a cuánto fue que el silencio histórico sobre su participación en la investigación del ADN se debió a rivalidades profesionales y cuánto a cuestiones sexistas.
En 1961 el trabajo sobre el ADN fue reconocido finalmente cuando se realizaron las nominaciones al premio Nobel de 1962, tiempo durante el cual Watson, Crick y Wilkins continuaron buscando confirmar su modelo de 1953. En 1962, Watson, Crick y Wilkins fueron laureados con el Premio Nobel de Fisiología; la Sociedad Nobel no otorga reconocimientos póstumos y tampoco permite que el premio sea compartido por más de tres individuos. La Sociedad Nobel permite que tras cincuenta años sea posible conocer a los que han sido nominados para un premio, por lo que en 2008 se confirmó que Rosalind Franklin nunca fue nominada ni para el Premio en Fisiología o Medicina, ni para el de Química. Si bien en una entrevista para Scientific American, Watson declaró que una buena idea hubiera sido que él y Crick hubieran sido laureados con el Premio de Fisiología mientras que Wilkins y Franklin con el de Química. Infortunada y tristemente el nombre de Franklin nunca fue considerado.
Muy poca gente en el mundo sabía de la existencia de Rosalind Franklin hasta que en 1968 fue publicado un libro con carácter autobiográfico escrito por James Watson, titulado La Doble Hélice, donde relataba una especie de carrera para dilucidar la estructura de la doble hélice y que como instrumento literario utilizaba a Rosalind como una villana. Esta obra ha sido ampliamente criticada por la injusta imagen que relata de Rosalind y por algunos tintes sexistas. Cuando la Universidad de Harvard quiso publicar el libro decidió pedir la opinión de todos los allí mencionados; tanto Crick como Wilkins dirigieron cartas diciendo que la obra de Watson era en muchos sentidos engañosa. Wilkins, por ejemplo, mencionó que Watson en ningún momento decía que Franklin murió y que lo que sobre ella decía no era verdad. Para Crick, por otra parte, el libro no hacía justicia sobre lo que significaba hacer ciencia.
En contraposición se publicó la biografía Rosalind Franklin y el ADN por Anne Sayre, donde destaca que el libro de Watson no da una visión equilibrada de la biofísica ni de su relación con Maurice Wilkins en el King’s College y desató controversias sobre el modo en que Crick y Watson usaron la información que Rosalind obtuvo, ya que si bien ella murió sin saber que su material había sido utilizado para su modelo, Wilkins sí lo supo. También se puede alegar mucho a las circunstancias, ya que Max Perutz refirió a Crick un trabajo sin publicar difícil de citar y en el artículo de Nature de Crick y Watson reconocieron: «Estamos demasiado en deuda con el Dr. Jerry Donohue por su constante consejo y crítica, especialmente en las distancias interatómicas. También hemos sido estimulados por el conocimiento de la naturaleza general de los resultados experimentales no publicados y las ideas del Dr. M. H. F. Wilkins y de la Dra. R. E. Franklin y sus colaboradores en King’s College, Londres». Por lo que el descrédito de Franklin es, por el momento, más bien debido a un silencio histórico debido a las circunstancias, como reconoce en parte la biógrafa Brenda Maddox, en su obra La Dama Oscura del ADN.
En el prefacio del libro, Watson declara que describe sus impresiones al momento de los eventos y no al momento de escribir el libro; en el epílogo, que en realidad no logra resarcir el daño a la memoria de Rosalind en su libro, Watson escribió: Dado que mis impresiones iniciales sobre Franklin, tanto personal como científicamente (como está registrado en las páginas iniciales de este libro) estuvieron equivocadas, quiero decir algo sobre sus logros, y describe su excelente trabajo y las barreras que tuvo que superar por ser mujer en el campo de la ciencia.
A partir de 1980 es que el trabajo de Rosalind en el área del ADN comenzó a ser reconocido, además de que muchas instituciones científicas dieron cuenta de su gran trabajo no solamente en el estudio del ADN, ya que muchos artículos de su autoría fueron publicados. Si Rosalind supo que su trabajo fue usado de manera subrepticia, tal vez no le importó porque Rosalind amó la ciencia por el trabajo que implicaba y no tanto por el reconocimiento y el mérito que la humanidad pocas veces hace hacia la misma.
Dedico este artículo en primer lugar a Rosalind Franklin, cuya biografía ayudó a definir mi vocación como biólogo; en segundo lugar a la Universidad Nacional Autónoma de México, porque por ella es quien soy ahora; y finalmente al King’s College London, que fue mi hogar por seis meses y gracias al cual aprendí mucho más sobre mí.
I dedicate this article firstly to Rosalind Franklin, whose biography encouraged me to follow my vocation as a biologist, in second place to Universidad Nacional Autónoma de México, because thanks to it is that I am who I am today; finally, to King’s College London, which was my home during six months and thanks to which I learnt a lot about myself.
Fuentes consultadas
Elkin, Lynne (2009, Marzo 1) Rosalind Elise Franklin. Jewish Women: A Comprehensive Historical Encyclopedia. Jewish Women’s Archived. Consultado el 20 de febrero de 2014, de http://jwa.org/encyclopedia
Franklin, Stephen (2003, Abril 24) My aunt, the DNA pioneer. BBC News. Consultado el 18 de febrero de 2014, de http://news.bbc.co.uk
Gary Glassman (Escritor, productor, director, editor), Sigourney Weaver (Narradora), Brenda Maddox (Consultora) (2003) Secret of Photo 51 [Documental] Producción NOVA, por Providence Pictures, Inc., para WGBH/Boston en asociación con la BBC, France 2, Multimedia France Productions y Centre National de la Cinématographie. Estados Unidos.
Klug, Aaron. (1968) Rosalind Franklin and the Discovery of the Structure of DNA. Nature 219: 808–813.
Watson, James D. (1980) The Double Helix, Critical Edition ed. Gunther Stent. New York (la edición original se publicó en 1968).
[1] Si bien en el lenguaje científico la expresión correcta es DNA, puesto que es un símbolo adoptado por convención para referirse al ácido desoxirribonucleico en todos los idiomas, en este artículo se adopta ADN por no hacer alusión a un símbolo químico sino a la frase «ácido desoxirribonucleico», más conocida como ADN por la comunidad hispanoparlante.
[2] St. Paul’s Girl’s School fue una de las primeras instituciones que enseñaba física o química a las mujeres que cursaban sus rigurosas clases.
[3] Los laboratorios donde se realizaron las investigaciones sobre la estructura del ADN fueron diseñados en el Cuadrángulo del Campus Strand, que fue severamente dañado durante el Blitz alemán. Randall había logrado usar los fondos del King’s College para que entre los laboratorios construidos para Física e Ingeniería Civil, estuviera uno dedicado a la biofísica, campo nuevo de la ciencia que abriría con fondos del Medical Research Centre (MRC).
[4] Si Pauling tenía acceso a los datos que el King’s producía, fácilmente habría dilucidado su error y ajustado su modelo del ADN. Crick estimó un periodo de un mes a mes y medio para resolver el problema de Pauling.