POEMA 44
Viene la muerte y se instala
en tu riñón
tu boca
o tus pulmones,
te taladra la sien
o desquicia tu sístole
y tu diástole.
Se amarra
como un ancla de inciertos
en tu hipófisis,
tapona tus arterias
o te ahoga
de tos sanguinolenta.
Le hace zancadillas
al frágil porvenir
y se come tus huesos
como un pac-man,
o invade tu torrente
con furias de probeta
y vergüenzas genéticas.
La cosa es que ahí está.
Apática y paciente,
callada, estéril, prolija.
Tan ingenua y tan muerte.
Usa cada mañana tu cepillo de dientes.
Se sienta a tu costado
en la mesa del bar,
amarga tu café,
ahuyenta a tus afectos,
y hace un guiño burlón
ante cada punzada
o mareo de alerta.
Ella sabe que al fin de cuentas gana.
Pero uno no es tan fácil.
Uno silba hacia adentro
aquello de Beethoven,
sonríe fugitivo,
abraza con más pausa,
prueba todos los postres,
entibia cada copa,
rehúsa puñaladas dialécticas
y revive en las faldas
que vuelan en la acera.
Mañana nos veremos
y si no, paciencia.
.
POEMA 46
La madrugada
es una cueva de fantasmas,
piratas y corsarios
navegando al garete,
con el nombre en la boca
de una isla inventada,
bogando siete mares de insomnio,
tras medio mapa tramposo
y galeotes azuzados
por un grillo sensible,
que tañe su violón
en los tunales,
ebrio de ajenjo y ron,
para mi trova de añoranza,
que rehúye al oro tardío
del sueño que aún no llega.
.
POEMA 47
Y si el amor no fuera
el rebaño apacible de los días,
pastando en la licitud de la costumbre
y colmando de estiércol
los prados de la vida?
Si bajo el agua
verde y serena
de tránsito seguro
surgiera el borbollón,
perdiendo al débil saltamontes,
en las fauces atroces
de la insatisfacción y el desaliento?
Y si el amor
es este gorrión melancólico
anidando entre tus pechos,
que a pico y pluma
te escarba el corazón
y reposa en tu ombligo
su vuelo clandestino?
Puede que en el almácigo
de la certidumbre
prenda la mala hierba
de la duda vital,
la gramínea perenne
reclamando tu viento
bajo la densa alameda
o el trébol de acertijos
que te brinde en franqueza
sus cuatro mejores hojas?
Quizás.
Ojalá el otoño
no haya tumbado aún
la fruta sin mordisco.
Imagen de portada: After-life. Mónica Morales
¿CÓMO CITAR ESTE ARTÍCULO? : «Poemas 44, 46 y 47». Publicado el 5 de junio de 2015 en Mito | Revista Cultural, nº.22 – URL: |
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