Por Vanesa Gaido y Laura Blanco
El presente es el primero de una serie de artículos en los que hablaremos del camuflaje en la Naturaleza y sus diferentes manifestaciones. El “Pulpo mimo” representa, sin lugar a dudas, una de las mayores expresiones de inteligencia: su capacidad de camuflaje no se acota a los cambios de coloración, sino que se extiende a la capacidad de imitar conductualmente tanto a sus presas como a sus depredadores.
El “Pulpo mimo”. Adaptación inteligente. ¿Mimetismo o camuflaje?
Ante todo vamos a intentar establecer una respuesta al interrogante planteado comenzando por definir (y diferenciar) “mimetismo” de “camuflaje”: mimetismo hace referencia a la semejanza entre organismos que no guardan relación entre sí, pero de la que obtienen una ventaja funcional (los casos más conocidos de mimetismo afectan a la percepción visual) y camuflaje refiere a un animal que, mediante cambios visibles en su apariencia exterior, se asemeja a objetos inanimados (con la finalidad de parecer “no comestible” y, de ese modo, pasar desapercibido para sus depredadores, o sus presas en el momento en el que caza).
En artículos posteriores nos referiremos a los “insectos hoja” y a ciertas mariposas que emplean tácticas de camuflaje y mimetismo, respectivamente. Dedicamos el primero de los trabajos a este fascinante animal puesto que es, a nuestro entender, una especie en la que se dificulta aplicar uno de los dos términos de referencia exclusivamente. Siendo imposible quitar la mirada “antropológica” a nuestros escritos, luego de leer bibliografía específica y de ver numerosa cantidad de videos sobre el denominado “Pulpo Mimo”, se nos plantearon interrogantes acerca de la “inteligencia” (y sus definiciones), la función de la misma en la adaptación y, una pregunta fundamental: ¿es aquella una cualidad exclusiva del Homo sapiens? La respuesta que surgió fue “NO”, el desafío era justificar esa negación tan rotunda. A continuación desarrollamos algunas de las características del Thaumoctopus mimicus que nos hacen llegar a esta conclusión (abierta a debate, por supuesto) y que ubicó, a nuestros ojos, a esta especie en el primer lugar de las Obras Maestras del Camuflaje.

Mimic Octopus, Steve Childs
¿Por qué sostenemos que denominar al Pulpo mimo como un imitador o un camuflador es insuficiente? Porque este animal expresa respuestas conductuales dependiendo de qué tipo de estímulo recibe, es decir, no solo cambia su color o el movimiento de su cuerpo, sino que despliega una serie de acciones que tienen relación directa con el animal al que van dirigidas. Tiene la capacidad de desarrollar similitudes con más de 15 especies (serpiente marina, pez león, lenguado y camarón mantis, entre otras) lo que demuestra su increíble ductilidad al momento de imitar conductas. Para dar algunos ejemplos puntuales: cuando es atacado por peces damisela el Thaumoctopus mimicus muta el color de dos de sus extremidades (a negro y amarillo) y esconde las seis restantes, adoptando no solo la coloración, sino también la conducta de la serpiente marina rayada, depredador del pez damisela. Para imitar al pez lenguado comprime su cuerpo dorso-ventralmente y esconde los tentáculos para hacer encajar su silueta a la forma del pez y poder realizar los movimientos ondulatorios típicos del lenguado. Simula estar muerto para evitar ser atacado por algunos de sus depredadores (cuando las estrategias de imitación o camuflaje no son posibles) para lo cual se queda completamente inmóvil y cambia la coloración de su piel a un color gris claro, lo que lo hace parecer una masa sólida y estática.
Cripsis tal vez sea, en términos biológicos, la palabra que más se ajuste para definir el tipo de comportamiento que describimos anteriormente, aunque generalmente cripsis y camuflaje se emplean sinonímicamente. Algo similar ocurre con la definición de aposematismo (que hace referencia a la capacidad de imitar comportamientos peligrosos para alejar a los depredadores) puesto que se asocia esta característica con el mimetismo.
Este fascinante animal ha sido descubierto recientemente (1998) en las costas de Sulawesi, Indonesia. La sorprendente capacidad para llevar a cabo los cambios que describimos anteriormente ha despertado la curiosidad de científicos en todo el mundo puesto que, como se ha observado, su estrategia para escapar de los depredadores es “hacerse visible” transformándose en aquellas criaturas temidas por estos. Especialistas de la Academia de Ciencias de California y de varios institutos de conservación natural en Indonesia han realizado análisis de ADN para determinar cómo funciona esta peculiar estrategia.
La Dra. Christine Huffard, quién trabaja en Conservation International Indonesia, explica en un estudio publicado en el Biological Journal of the Linnean Society que «Los parientes cercanos de los T. mimicus usan colores apagados y camuflaje para ocultarse con éxito de los depredadores». Este hecho llevó a la científica a realizarse una interesante pregunta «¿Por qué el T. mimicus en su lugar llama la atención sobre sí mismo y en repetidas ocasiones abandona el camuflaje heredado de sus antepasados en favor de un modelo nuevo y audaz?» Los investigadores creen que sus habilidades son una sustitución ventajosa porque la mímica podía burlar a los depredadores haciéndoles creer que se trata de un pez plano venenoso.
El Dr. Healy Hamilton, quién dirige el Centro de Biodiversidad Aplicada de Informática de la Academia de Ciencias de California, consultado al respecto, opinó que: «A pesar de que la imitación de los peces planos por el pulpo mimo está lejos de ser perfecta, puede ser lo suficientemente buena para engañar a los depredadores con los que vive […] En el tiempo que tarda un depredador en hacer una doble mirada, el pulpo puede ser capaz de escapar”.
Los estudios para determinar las causas de tales comportamientos continúan. En este breve artículo quisimos, no solo presentar a la especie y sus características, sino permitirnos llevar el diálogo un poco más allá cuestionando nuestros prejuicios acerca de la inteligencia, puesto que, como sostuvimos anteriormente, consideramos que esta especie tan interesante presenta características conductuales que solo podrían enmarcarse dentro del ámbito de aquella capacidad.
Conclusiones
Como podemos apreciar, es pertinente el planteo acerca de la adaptación inteligente, puesto que si nos atenemos a la definición de inteligencia que la refiere como “la capacidad de resolver positivamente situaciones problemáticas”, sin lugar a dudas, el Pulpo Mimo es un experto en esta materia. Tales cuestionamientos nos llevan, necesariamente, a replantearnos la discusión acerca de cuáles son las motivaciones que, como humanos, nos llevan a sugerir que el Homo sapiens es la especie inteligente por antonomasia y no nos permiten diversificar los conceptos de inteligencia, impidiéndonos apreciar la innumerable cantidad de muestras de esta capacidad en los demás seres. Inferimos que parte de este planteamiento tiene directa relación con el “especismo” que derivará en situaciones de dominancia y verticalidad en nuestra relación con las demás especies. En muchas de estas situaciones se evidencia que la evolución de la inteligencia del género Homo no necesariamente redundó en conocimiento empático del resto de las especies, sino que, innumerable cantidad de hechos nos demuestran que nuestra supuesta superioridad (inferida a partir de capacidades distintivas como los son el habla y la capacidad de reflexión) ha sido empleada para someter y maltratar, no solo a las restantes especies que conviven con nosotros, sino que hemos extendido esa cuestionable actitud a la relación con los miembros de nuestra propia especie.
Tal vez sea el momento de detenernos y mirar a nuestro alrededor dejando que los velos de innecesaria superioridad caigan, para que, despojados de la peculiar soberbia humana podamos comprender que nuestro entorno nos acompaña en este fascinante viaje que es la vida y la evolución. “Superioridad” e “inferioridad” son etiquetas humanas que habilitan la dominación, en todos sus sentidos. Cuestionarnos a nosotros mismos es la única manera de lograr una convivencia armónica en la que todos obtengamos lo que necesitamos para vivir. Ni más ni menos. Inteligencia adaptativa… ¿o inteligencias?
Portada: Mimic Octopus, Steve Childs