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La exposicion temporal, inaugurada el pasado 28 de octubre y visitable hasta el próximo 17 de enero de 2016, cuenta con el comisiariado de William Jeffett y la Fundació Joan Miró, y con el patrocinio de Fundación BBVA.
«Servirme de las cosas encontradas por divino azar, hierros, piedras, como me sirvo de un signo esquemático dibujado por azar sobre el papel o de un accidente ocurrido también por azar. Es tan solo esto, esta chispa mágica lo que cuenta en arte.» – Anotación de Joan Miró en un cuaderno personal, c. 1942, Fundació Joan Miró, Barcelona.
A lo largo de toda su trayectoria artística, el proceso creativo de Joan Miró (Barcelona, 1893) puede leerse a partir de la relación que entabla con el objeto, desde sus primeras pinturas hasta sus esculturas en bronce, pasando por los collages y assemblages. La muestra Miró y el objeto profundiza por primera vez de forma monográfica en esta indagación de Miró en torno al objeto, rastreando su presencia y su evolución en todas sus etapas artísticas.
La Fundación BBVA patrocina este proyecto impulsado por la Fundació Joan Miró que ha contado con la labor curatorial del comisario William Jeffett, responsable de exposiciones del Dalí Museum de Saint Petersburg (Florida, Estados Unidos) y reconocido experto en la obra mironiana, así como con el apoyo del departamento de Conservación de la Fundació Joan Miró.
La exposición parte de la inclinación constante del artista hacia los objetos, que lo lleva a recolectar durante toda su vida los hallazgos más variados con la intención original de ambientar su taller y crear una determinada atmósfera creativa. Miró comparte con los dadaístas y surrealistas la predisposición por la sorpresa, y con su característica sensibilidad poética acaba encontrando una fuente de inspiración en estos descubrimientos accidentales.
Joan Miró. Objeto, 1931. Óleo, aislante, clavos, madera quemada, arena y elementos de relojería sobre madera. 27 x 13,5 x 6,8 cm. Colección particular, París © Successió Miró, 2015
De esta manera, muy pronto, este gusto que Miró siente por el objeto le lleva a representarlo en sus pinturas y a incorporarlo luego en sus collages, cerámicas y esculturas. Miró lo relataba con estas palabras en una carta de 1936 a P. Matisse: «Me siento atraído por una fuerza magnética hacia un objeto, sin premeditación alguna, luego me siento atraído por otro objeto que al verse ligado al primero produce un choque poético, pasando antes por ese flechazo plástico, físico, que hace que la poesía te conmueva realmente y sin el cual no sería eficaz».
La muestra se despliega en seis ámbitos de estudio que investigan cómo el artista evoluciona desde la representación pictórica del objeto hasta la incorporación física del mismo en la pintura, a través del uso de procedimientos como el collage y el assemblage. Un proceso que, en muchos aspectos, significó, a finales de los años veinte, un desafío frontal a las artes plásticas. En palabras de Jeffett, «ya en 1927 [Miró] había utilizado la expresión “quiero asesinar la pintura” para expresar que quería destruir una cierta idea de la pintura entendida como pintura de caballete o tela. Esto le llevó enseguida a utilizar objetos y assemblages de objetos colocados en una relación poética que sugería una forma de representación más allá de la pintura, una intervención en el mundo real».
La exposición revela cómo, en la década siguiente, el artista va introduciendo gradualmente materiales más heterodoxos y antiartísticos en su obra hasta considerar su propia pintura como un objeto, igual que las imágenes pictóricas generadas por la aplicación del collage. Una transformación que revela su profunda crisis respecto a la pintura convencional y que sitúa al objeto en sí mismo en el centro de una nueva orientación poética en su obra.
Miró y el objeto evidencia cómo esta tendencia culmina tras la Guerra Civil española y la Segunda Guerra Mundial, con la incursión de Miró en la cerámica y la escultura. Una línea de trabajo esencial durante los últimos años de su trayectoria, como lo fue también el denominado segundo «asesinato de la pintura» o «antipintura». Sobre este concepto, Jeffett apunta: «Miró exploró por primera vez la idea de la antipintura en 1930 en una serie de telas en las que calculó con gran precisión la composición para luego eliminarla tachando la imagen. […] En 1974 Miró realizó una serie de telas quemadas para su gran retrospectiva en el Grand Palais de París. Al mismo tiempo propuso una serie de esculturas en bronce, hechas también a partir de assemblages de objetos, cerámicas y tapices, como expresiones poéticas más allá de la pintura». Obra nueva, radical y desafiante que lo posicionaba como un creador vital e innovador. El artista tenía 81 años.
Sostienen el relato de la muestra cerca de 120 obras, entre pinturas, cerámicas y esculturas, que abarcan un extenso período que va desde 1916 hasta 1981 y que proceden del fondo de la Fundació Joan Miró y de las principales colecciones públicas y privadas de Europa y América. La exposición incluye, además, con una selección de objetos originales que el artista coleccionó a lo largo de su vida como fuente de inspiración o material para sus composiciones.
Miró y el objeto se completa con dos series de fotografías de los años sesenta de Claude Gaspari y Planas Montañá que documentan el proceso de trabajo de Miró respecto a los objetos. El visitante encontrará también dos documentos fílmicos de apoyo: una película de 1939 sobre el ballet Jeux d’enfants de Bizet y el documental de Francesc Català-Roca sobre las telas quemadas de Miró.
Finalmente, se ha producido para la ocasión un audiovisual que divulga las tesis principales del proyecto con intervenciones del propio comisario, William Jeffett, Joan Punyet Miró, nieto del artista, el ceramista Josep Llorens Artigas y Rosa Maria Malet, directora de la Fundació Joan Miró y que puede visionarse en el tercer ámbito de la muestra.
La selección, de fuerte impacto visual y profundo rigor científico, incluye obras que nunca se habían podido ver en España, entre las que destacan la pintura- objeto Retrato de una bailarina (1928), procedente del Centre Georges Pompidou de París o Los juguetes (1924), del Moderna Museet de Estocolmo. Sobresalen también las obras La espiga de trigo y La lámpara de carburo, dos naturalezas muertas de 1922-1923 llegadas del MOMA, expuestas por última vez en la Fundació en 1993.
Joan Miró. Femme, 1946. Mujer. Escultura-objeto. Hueso, piedra de afilar, hierro y óleo sobre gres. 51,7 x 23,3 x 19,7 cm. Fundació Joan Miró, Barcelona © Successió Miró, 2015.
La muestra exhibe por primera vez juntos en Barcelona cuatro objetos ensamblados de la escasa y delicada serie que Miró realizó en 1931 y reúne también, entre los collages expuestos, dos relevantes obras de 1929, una de las cuales se integrará en la colección como nuevo depósito, junto con el collage- pintura de 1933, Pintura. Asimismo, entre sus obras de madurez cabe destacar Cadre-objet [Cuadro-objeto] de 1972 y Les oiseaux de proie foncent sur nos ombres [Los pájaros de presa se extienden sobre nuestras sombras, 1970], un óleo sobre piel de vaca que presidirá el último ámbito de la muestra.
El proyecto se completa con una publicación que incluye textos testimoniales, interpretativos y de análisis firmados por el comisario William Jeffett, el artista Perejaume, Joan Punyet Miró, nieto del artista, y Didier Ottinger, director adjunto del Centre national d’art et de culture Georges-Pompidou, París.
La Fundació Joan Miró ha diseñado una propuesta de actividades que incluye una actuación de danza contemporánea en el interior de las salas de la exposición, a cargo de Lali Ayguadé, y un programa educativo que cuenta con un espectáculo de teatro del objeto titulado Menut cabaret, de la compañía Sola & Tully y los talleres El objeto invisible, a cargo de CLICme y Volúmenes inesperados, organizado por el colectivo Experimentem amb l’ART. Además, la jornada especial que la Fundació dedica habitualmente al mundo de la edición en torno a las fiestas navideñas también se vinculará este año a la exposición.
La muestra se inaugura el próximo 28 de octubre de 2015 a las 19.30 h y se podrá visitar hasta el 17 de enero de 2016 en la Fundació Joan Miró. En primavera de 2016, la muestra se presentará en CaixaForum Madrid.
En Miró y el objeto, el visitante descubrirá al Miró que desafió la pintura y que, precisamente mediante su diálogo con el objeto, contribuyó a una transformación capital de la concepción del arte.
Portada: Joan Miró. Nature morte I, 1922-1923. Naturaleza muerta I (La espiga de trigo). Óleo sobre tela. 38 x 46 cm. The Museum of Modern Art, Nueva York. Adquisición, 1939 © Successió Miró, 2015.
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