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Mito | Revista Cultural
Sociedad

La épica del migrante. Entrevista a Natividad Obeso, presidenta de AMUMRA

Por Marina Klein el 7 septiembre, 2014 @Marina_Kle
Construir la identidad desde otro lado, fuera de las fronteras, fuera de lo conocido y de lo reconocido.

 

Empezar a ser en otro lugar, desde otro lugar, tener que rearmarse, buscar nuevas estrategias. Ser uno mismo pero en otra parte, perderse a veces un poco porque los parámetros han cambiado y parece que todo el mundo se ha vuelto loco, y después, volver a encontrarse.

Ser una migrante mujer, ser guerrera; que el viejo rostro individual se vuelva un rostro nuevo de causas colectivas y necesarias.

Luchar al mismo tiempo contra la estigmatización y la xenofobia, y contra el desarraigo, la soledad, la falta de plata, la ciudad adversa y fría… Y vencer.

amumra-764087AMUMRA[1] es una ONG de Derechos Humanos que trabaja esencialmente con mujeres inmigrantes y refugiadas en Argentina y promueve desde ese lugar la construcción de ciudadanía y consolidación de derechos.

Como organización estuvo involucrada en la creación de la nueva Ley de Migraciones que es una de las más avanzadas del mundo. También se puso al hombro la lucha por una legislación justa para las trabajadoras de casas particulares que ya está en vigencia.

Desde el 2001, cuando el primer grupo de mujeres se juntó para reclamar por el acceso a la educación universitaria de sus hijos, la organización viene realizando una tarea permanente para mejorar el nivel de vida de las mujeres migrantes y refugiadas en el país.

Entrevistamos en su oficina a Natividad Obeso[2], presidenta y fundadora de AMUMRA, quien tiene una historia y tanto que contar.

 

Revista Mito. Contame de vos y de AMUMRA

Natividad Obeso. Yo vine hace 20 años. Era empresaria en mi país y estaba muy bien económicamente, no tendría por qué haber migrado.

Yo era padre y madre de 4 hijos y padre de 6 hermanos, y era distribuidora de Sociedad Cervecera en mi pueblo. Estaba muy bien económicamente pero en ese momento estuvo el problema del terrorismo en mi país y los terroristas a los empresarios nos pedían cupos y bueno, era nuestra vida o era que nos mataran… o era proteger a tu familia. Entonces bueno, yo decidí proteger a mi familia y obviamente tenía que dar cupo a los terroristas.

 

R.M. ¿A qué le dicen en Perú dar cupo?

N.O. Es dar un dinero que ellos nos dicen en tal lugar, porque ni siquiera se lo damos a ellos, o sea, ni siquiera los conoces, todo era como que te mandaban decir y tenías que dejar el dinero en tal lugar si no te mataban y empezaban a matar a tu familia y todo eso.

Y después bueno, también yo fui secuestrada por los terroristas y después que me liberaron, el gobierno me acusa a mí de terrorista… me acusan entonces de los dos lados.

Entonces bueno, en ese momento como te digo, yo era padre de 6 hermanos, porque mi padre había fallecido; entonces era como una gran responsabilidad, mi madre viuda y mis hermanos que estaban en toda la flor de la juventud. Yo tenía que ayudarlos, apoyarlos para que estudien. Y con 4 hijos, porque yo era padre y madre de 4 hijos.

 

R.M. ¿Porque tu marido…?

N.O. Digamos que sufrí violencia desde que logré conocer el amor.

 

R.M. ¿Qué pasó cuando el gobierno te acusa de terrorismo?

N.O. Me tuve que ir… Porque encima me tenía yo que auto-culpar y decir que sí era terrorista para que la policía me pueda dejar salir. Porque en ese momento se había dado la ley del arrepentimiento en mi país. Entonces cuando a mí me llevan esposada, detenida, me preguntan que si yo soy terrorista y yo digo que no, porque no lo era. Yo le prestaba mis camionetas a la policía para que hagan patrullaje. Pero es como todo, es siempre la burocracia, la corrupción… eso es en todo el mundo… Y muchas veces somos la gente inocente los que tenemos que pagar las consecuencias.

Entonces bueno, tuve que… La fiscal me pregunta como tres veces si yo soy terrorista, las tres veces le digo que no y bueno… El policía me lleva a un costado y me dice que tengo que decir que sí, que tengo que decir que sí soy terrorista porque si digo que no me quedo detenida ahí para siempre, hasta que se pueda demostrar que soy inocente. Entonces tuve que decir que sí, que era terrorista, para que me puedan dejar ir.

Y es algo que ya… todo esto yo ya lo he asumido pero veo la indiferencia de la gente. De gobiernos, de instituciones, de la sociedad… – a Natividad se le caen de vez en cuando algunas lágrimas, a mí también.

Entonces bueno, la policía misma sabía que yo no era terrorista y tuve que decir que era terrorista. Agarré mi camioneta, fui a 100, fui a mi pueblo, metí en mi camioneta a mis hijos, entregué la empresa que tenía y agarré a mi madre y a mis hijos y me fui a otro departamento.

Dejé instalados a mis hijos con mi madre y yo tuve que venir acá, a este país.

Yo vi a mis hijos después de 5 años recién. Y regresé a mi pueblo después de 16 años…

Y a veces ya ni quiero contar mi historia porque digo ¿para qué la cuento si nadie puede entender? Y quizás esto me ha hecho madurar tanto como para poder cambiar un poquito la conciencia de mi colectivo migrante.

Porque hay mucha gente que tal vez padece igual que yo, de repente más que yo… pero que no tiene la fuerza suficiente, las agallas como para salir y decir esto no puede ser, esto no puede pasar así. Y mi mismo dolor se convirtió en lucha, se convirtió en fuerza, se convirtió en soluciones para nuestra gente… Y así nació Natividad Obeso en este país. Amo este país, dicho sea de paso, porque en medio de toda esta situación conocí gente muy buena argentina, maestras mías que en lugar de tirarme abajo me ayudaron a crecer. Y quizás por ellas será que soy así ahora y cada día el Señor me da nuevos rumbos en mi vida, nuevos cambios, nuevas respuestas para mi colectivo. Y también a veces golpes, golpes fuertes como para ver si es que me levanto.

Yo regresé después de 16 años a mi país. Un día decidí regresar a mi país después de 16 años.

07 Mujeres migrantes en ArgentinaMujeres migrantes en Argentina

R.M. ¿La idea era ir de visita o para quedarte?

N.O. No, regresé para quedarme.

.

R.M. ¿Y qué pasó?

N.O. Mataron a mi hijo de 29 años, un joven que estaba en cuarto año de arquitectura acá. –El aire de la oficina parece que se solidifica con esa respuesta y las lágrimas salen a chorros-.

Entonces media vuelta y volví a este país que me aceptó, y me di cuenta que mi lugar no es ese lugar, que el Señor me llevó a otro lugar y ahí debo estar.

 

R.M. ¿Lo de tu hijo pasó en Argentina o en Perú?

N.O. En mi pueblo. Estuve 11 meses y medio con mi hijo en terapia intensiva, las 24 horas con él, a su lado. Le doy siempre gracias a Dios que me permitió estar 11 meses y medio al lado de mi hijo y luego después se lo llevó el Señor.

Así es que bueno, esa era Natividad y sigo liando en el camino. Es mi convicción, es mi verdad, mi trabajo, es mi voluntariedad lo que me hace muchas veces enfrentarme a organismos, a instituciones que son burocráticas, que son maltratadoras, que son politiqueras.

Encima con mentiras… entonces como yo ya he soportado la mentira más baja y cruel que puede existir en el mundo…

Pero bueno, hemos construido lo que hemos construido durante muchos años, ad honorem, muchas veces sin comer, en situaciones muy difíciles… Pero hemos construido esto.

O sea, esto es a pulmón, esto es solamente con la bendición de mi Señor. O sea, digo, esto no es mío, esto es de Dios, porque el Señor me trajo acá a este país. Yo vine en un momento cuando Argentina tenía la peor política migratoria y la verdad es que a partir de este momento mi lucha empezó primero conmigo y creo que es algo que muchos organismos y organizaciones no toman en cuenta

Después que murió mi hijo me entregué al Señor. Y no dejo esto porque mi hijito antes de morir me dijo que no lo deje. Quizás es algo fuerte pero como él estuvo conmigo… de hecho el logo de AMUMRA es algo que él hizo.

Yo le decía ¿pero por qué pusiste una mujer adentro del mundo? Y me decía él: porque la mujer es la que da todo, de la mujer es todo, de la mujer salimos los hijos hombres.

Así que bueno, a partir de ahí empezó la lucha…

11 Ningun ser humano es ilegalNingún ser humano es ilegal

R.M. Contame un poco de tus primeros tiempos en Buenos Aires

N.O. Yo vine en el 94 y en el 1999 llegaron acá mis hijos por primera vez a la argentina, después de 5 años… Yo acá trabajé de todo acá en este país. Vendí chocolates…

Antes de llegar, en el colectivo, ya nos conocíamos todos porque hacía un mes que nos íbamos conociendo cada vez que íbamos a la empresa. Era como que salía un colectivo cada 15 días de Perú y nos conocíamos todas en la agencia, nos íbamos conociendo…

Entonces cuando vine… Porque yo soy de la sierra del Perú, de Cajamarca. Yo soy de la sierra norte del Perú, donde el Inca Atahualpa entregó los dos cuartos de plata y uno de oro.

Entonces me dijeron señora, usted va a llegar al Sheraton. Como yo conocía el Sheraton de Perú dije bueno, voy a llegar al Sheraton. Yo venía con mucho dinero, venía con dólares de mi país… Yo era empresaria, había vendido mi camioneta, había vendido un montón de cosas…

Entonces cuando llego, el gran Sheraton era una casa tomada, una fábrica tomada donde las balas pasaban por encima mío en las noches… Drogas, de todo había…

Era horrible antes el tema del migrante acá.

 

R.M. ¿Venían en un micro todos juntas? ¿Cómo pasaban la frontera?

N.O. En ese momento acá no pedían visa entonces entraba todo el mundo. Además era que el dólar era igual al peso por eso la gente se desesperaba por venir acá. Y yo como no sabía… acordate que yo era de la sierra… Porque me podría haber ido a Estados Unidos o a otro lugar porque no tenía problemas, pero bueno, lo primero que me salió fue venir para acá.

Además cuando me llevaron a la fiscalía me dice el policía: lo más urgente posible váyase de acá señora porque si ahora la detienen, chau

Entonces bueno, llegué y no sabes… Fue casi una semana, 3 o 5 días… ya no me acuerdo bien, pero fueron de mucho dolor. Yo no era de ese grupo social, digamos… Era un grupo donde era todo tragos, todo licor, drogas, había de todo… Antes era así la migración acá.

Por eso es que a veces le digo a la gente que sufre de amnesia, creen que la política migratoria o todas estas situaciones que hay ahora han sido de la noche a la mañana y todo de color de rosas. Y no, tuvimos que luchar, meter los pies en el barro, ver qué es lo que hacíamos, una lucha muy incansable.

Entonces bueno, una chica un día me dice señora, yo sé que este no es su lugar. Porque yo vine toda bien alhajada, alhajas de oro… Porque así estábamos acostumbrados en mi pueblo a andar, era nuestra cultura.

Entonces bueno, a partir de ese momento yo sufrí mucho, me dijeron que tenía que comprarme una cucheta. Fui, compré cucheta, todo lo que es sábanas, frazadas…

 

R.M. ¿Para quedarte ahí, en ese lugar tomado?

N.O. Si, para quedarme en ese lugar. Era por Juan B. Justo y Darwin, era una fábrica tomada ahí… Pero ahí estuve unos días y una chica me dijo que a la vuelta alquilaban.

Entonces fui ahí a donde alquilaban, con mi cucheta. Pero me cobraban 150 pesos la noche con mi cama, la que yo había llevado, y la de encima la alquilaban. Era un abuso. Un abuso impresionante. Vivíamos… eran 9 cuchetas, 18 personas. Hombres y mujeres entreverados. Tú no tenías ni un poco de intimidad, yo me tenía que envolver con todas las sábanas, toda envuelta en la cama para poder cambiarme. Nos bañábamos con agua helada. No te imaginas todo lo que sufrí…

Ahí me dijeron que tenía que venir acá a Once a una agencia para que pueda trabajar. En ese tiempo no se podían hacer los papeles.

 

R.M. ¿Y de qué ibas a trabajar?

N.O. De trabajadora de casa particular… Hasta ayer había tenido 4 empleadas y a una semana estaba yo trabajando en una casa.

09 ManifestaciónempleadashogarManifestación de empleadas del hogar

R.M. ¿Y sabías limpiar?

N.O. Si porque nosotros en nuestros pueblos nos acostumbran a todo nuestros padres. Pero obviamente no sabía mucho con todos esos productos que había, porque te daban un balde con más de 10 productos y en nuestro pueblo era más con cosas caseras…. Era muy distinto.

Entonces un día me mandan a trabajar, nunca me olvido, por acá a la vuelta, en la avenida Belgrano. Era creo que un tercer o cuarto piso. Y fui. Cuando la señora me da un balde lleno de productos y me dice bueno, acá está, empezá por el baño, yo no sabía cuál era el producto pero soy una persona muy hábil. Entonces bueno, empecé a limpiar pero mi cultura era una y la de la señora era otra.

Entonces me dice ¿cómo te llamás? Me llamo Natividad. Me dice Natividad, me alcanzás la pava (***). Yo buscaba la pava y no encontraba por ningún lado la pava. Para mi la pava era la pava, era el animal. Entonces buscaba, en el balcón, todo… Entonces entro y le digo señora, me puede dar un poquitito de maíz que los animalitos vienen cuando les damos maíz.

La señora me sacó volando, me dice ¡qué te crees vos, sos una inútil! Me discriminó, me grito y ahí no más me dice bueno, está bien, pasame el tacho (****). Ahí le paso yo la pava porque en mi pueblo le dicen a la pava, tacho.

Me gritó de todo. Ahí yo le dije señora, me puede por favor abrir su puerta, yo me voy. Me abrió la puerta y yo creo que desde el lugar donde estaba hasta acá, Plaza Once, vine corriendo. Cómo corría, desesperadamente, llorando desesperada.

Y bueno, de ahí fui nuevamente a la agencia… Después vendía chocolates por acá… Cuando vendía chocolates un día me llevó la policía, me llevó a la comisaria en Ramos Mejía, me metieron en un calabozo, me quitaron todas mis alhajas… Fue impresionante todo lo que realmente sufrí.

Y ahí entré en un shock porque yo venía de una situación muy fuerte, había dejado mis hijos… Y eso me hizo entrar en un shock y quedé como sin memoria…quedé en un shock nervioso.

O sea, a veces salía, veía a un niño y corría al niño porque creía que era mi hijo. Muy doloroso.

 

R.M. ¿Y pudiste tener acceso a un tratamiento?

N.O. Cuando vinimos de Perú vinimos varios, entonces venia el hermano de mi amiga y que es ahora mi esposo, y él me ayudó mucho.

Me ayudó mucho. La verdad que le agradezco mucho a él porque incluso dos veces me quise suicidar porque era desesperante…

Él había encontrado trabajo antes que yo y él me ayudaba muchísimo porque yo mi plata la tuve que enviar de vuelta al Perú porque en el lugar donde estábamos a una chica le sacaron toda la plata entonces antes de que me la saquen se la volví a mandar a mi familia.

Bueno, ahí empecé a trabajar. A los 5 años vinieron mis hijos y no podían estudiar ni el secundario ni la universidad.

Yo me acuerdo que fui a la Consultoría del Pueblo, Gobierno de la Ciudad… A todos los organismos, Acción Católica… A todos los organismos, nadie me dio respuesta.

 

R.M. ¿Ibas vos sola a esos lugares?

N.O. Sí, sola, sola. Si no conocía a nadie.

Y bueno, ahí empezó mi lucha y logré que mis hijos entren a estudiar el secundario y el universitario.

Y alguien se enteró y vino a verme.

 

R.M. ¿Era otra mujer en la misma situación que vos?

N.O. Sí, otra mujer. No en mi misma situación pero con respecto a los hijos, lo mismo. Entonces le digo bueno, perfecto, pero tenemos que luchar las dos.

 

R.M. ¿Y también era de Perú?

N.O. Sí, del Cuzco, de las sierras

Entonces me dice mira, acá hay un diario, por qué no ponemos un avisito, de repente hay otras mamás igual que nosotras ¿qué te parece? Y pusimos un aviso y pluufff

 

R.M. ¿Un aviso clasificado?

N.O. Sí, en un diario de la comunidad. ¡No sabés la gente que vino! No tenés idea. No soy la Blanca Nieves pero parecía la Blanca Nieves con todos sus enanitos. Hicimos mucha incidencia, en ese momento estaba el Doctor Echeverry como rector de la Universidad de Buenos Aires.

Y bueno, como ya teníamos el antecedente de mi hijo que lo habían recibido en la UBA entonces luchamos, luchamos muchísimo, pero a la vez ya hacíamos jornadas, hacíamos incidencias en varios lugares y trabajábamos en paralelo… Y en el 2003 logramos que entren los primeros 41 jóvenes migrantes a la universidad. Y en diciembre del 2003 se aprueba la Ley de Migraciones.

Todo el mundo cree que eso fue fácil, y no. O sea, nosotros trabajamos mucho el tema de la incidencia. Teléfono, correo electrónico, documento por mesa de entrada para que nos sellen, movilizaciones, jornadas.

02 actividad03La migración es un derecho humano

R.M. ¿Todo esto dentro de la comunidad peruana o se fueron sumando más?

N.O. No, de ahí nosotros abrimos el paraguas. La organización de Mujeres Migrantes es de todas las nacionalidades.

A partir de ahí decidimos armar una organización amplia, inclusiva de todas las migrantes y a partir de ahí venimos trabajando muchísimo. En el 2003 logramos la personería jurídica de la organización como mujeres migrantes en general, como AMUMRA… Hemos trabajado muchísimo.

Las que trabajamos en la organización trabajamos por convicción. Yo siempre les digo que yo sueño con ser una excelente organización, un referente en el tema migratorio en el ámbito latinoamericano y sé que lo vamos a lograr.

Ahora nos están invitando a muchos lugares, yo por ejemplo ahora, en unas semanas voy a viajar a Tailandia, otras compañeras se van a Santa Fe, otras compañeras se van a Mar del Plata… O sea, fue eso. Al principio la única que viajaba era yo porque las otras compañeras la mayoría trabajaba con cama.

Pero eso sí, no se puede construir sin confianza y sin fe. Por más que digan que sí es mentira. Yo tengo la experiencia propia de mi vida, recién a más de 10 años logré la confianza porque tu misma convicción la tienen que tener tus compañeras, eso tiene que ser así, sino no se construye. Y cuando es así todas aportan, todas nos preocupamos, todas ponemos un granito de arena sin juzgarnos, sin pelear, sin discutir. O sea, pasamos un documento, cada uno lo alimenta como puede y luego después nos juntamos y discutimos todo en general. Eso es hermoso. Nunca en mi vida creí que se iba a dar y se dio.

Por eso digo que es un poco la convicción de que tú vas construyendo con la convicción que esto tiene que cambiar y tiene que cambiar desde nosotras.

Yo soy feliz ahora, soy abuela, tengo mis nietos, he pasado de todo… Mi nietecito también el año pasado falleció porque cuando a mi hijito me lo asesinaron mi hijita estaba embarazada, tuvo una mala praxis y el hijito nació con parálisis cerebral infantil pero tuvimos la suerte de tenerlo dos añitos con nosotras en los que le dimos de todo a esa criatura. Mi hija es una excelente madre, yo la admiro mucho. Y después el Señor la bendijo con otra criatura.

Tengo tres nietas que son los ojos de la abuela.

Amo mucho a mi familia. Sobre todo también los amo porque me bancan en todo esto.

 

R.M. ¿Y ahora no trabajas más limpiando casas, no?

N.O. No, no. Trabajé cinco años y después logré formar una empresita acá. Formé los primeros locutorios para hablar por teléfono en conferencia a Perú pero en el 2001 se fue todo al tacho…

Ahí le dije a mi esposo: abre tu empresa porque la verdad que yo no quiero que las cosas se confundan. Mientras que yo esté en esto no quiero dar pie a comentarios.

 

R.M. Entonces estás full time acá

N.O. Sí, estoy full time porque cada vida, cada persona que entra por la puerta es una historia. Cada persona que entra por la puerta es un problema y cada persona que sale por la puerta es una solución para nosotras. O sea, tratamos de darles una contención, un apoyo. Acá las tratamos a todas por igual, siempre que vienen les decimos que este es un pedacito de su país. Acá ustedes siéntanse incluidas. De hecho mi celular es el celular de todas las migrantes. Cualquier cosa que necesiten, cualquier cosa que quieran yo estoy ahí donde me llamen, yo voy ahí donde me llamen.

También participo de un montón de actividades.

05 Tribunal_de_Mujeres_Migrantes_-_Argentina_-_2006_Tribunal de Mujeres Migrantes en Argentina (2006)

R.M. ¿Qué es lo que están haciendo ahora como AMUMRA?

N.O. Nosotros desde hace 3 años… Después de que falleció mi hijo yo quise dejar la AMUMRA pero mi hijito me dijo que no la dejara. Y las chicas también cuando yo me fui al Perú me dijeron que acá era todo un poco difícil porque todas trabajaban…

Porque cuando yo me fui a Perú yo las dejé con local, con todo pero como te digo, acá hay que tener mucha convicción para hacer las cosas. Y cuando vine no habían pagado nada, no habían pagado balance de 2010, no habían pagado balance de 2011… Entonces yo tuve que volver a reabrir todo, reinscribir la organización. Y bueno, a partir de ahí empezamos.

Entonces me llama una organización que es Fondo de Mujeres del Sur y me dicen Natividad, queremos darles un proyecto. Ahí les digo no, no… no queremos nada porque siempre presentamos proyectos y la verdad es que nunca nos salen. Enviamos todo lo que es de nosotros… Obviamente esos proyectos nunca los hice yo, los hacían otras personas que eran profesionales, y nunca salió nada.

Entonces me llamaron como tres veces y dije bueno, les voy a ser muy sincera ¿ustedes me darían para una computadora, para una impresora, para iniciar todo este trabajo? Porque la verdad es que eso es lo que necesitamos porque hasta ahora la organización, antes de irme a Perú, estaba en mi casa, yo daba mi computadora, mi impresora, tinta, papel, todo era mío.

Ahora mi familia me dijo hasta acá mamita, basta por favor.

Y me dijeron sí. Cuando me dijeron sí dije ¡no lo puedo creer!

Presentamos un primer proyectito que era para fortalecimiento institucional y por eso tenemos toda nuestra oficina. Nosotros le pedimos mucho a Dios por Fondo de Mujeres del Sur porque realmente hacen una muy buena tarea para organizaciones civiles de base.

Y bueno, después nos llamaron y nos dijeron que nos iban a dar otro proyecto. Entonces ahí yo dije bueno, vamos a hacer una carpa itinerante para mujeres migrantes, internas y externas, sobre derechos laborales, prevención del trabajo esclavo, la trata… Todos los proyectos hasta ahora son de mi autoría los que han salido.

Trato de plasmar lo que las mujeres piden, ellas piden que haya justicia para ellas, que realmente las incluya, que sean bien tratadas, que sean respetadas, que quieren tener información… Entonces eso es lo que armamos y nos aprobaron también ese proyectito y nos dijeron que ese proyectito era por tres años. Este es nuestro último año.

Pero sobre todo creo que nos empoderaron, nos enseñaron mucho. Nos ayudó muchísimo. Tenemos nuestros materiales, nuestros propios materiales que también son de nuestra propia autoría. Tenemos nuestras propias fotografías….

04 Mujeres inmigrantes bolivianas en ArgentinaMujeres inmigrantes bolivianas en Argentina

R.M. Qué hacen, contame un poco

N.O. Con lo de la carpa nosotros vamos con proyector, con una notebook, con internet móvil y hacemos asesoramiento de regulación migratoria, les sacamos los turnos, les imprimimos los turnos. Les hacemos charlas, les damos capacitación. Vamos por los barrios.

Ahora empezamos de nuevo la próxima semana, empezamos en la Villa 11114. Vamos a los consulados, a las plazas… A donde la gente nos diga que podemos ir. Entonces bueno, vamos.

También vimos que hay poca investigación reciente, hay del 2009, del 2010, del censo fue lo último que hubo. Pero con lo del censo no estamos muy convencidas porque hay mucha gente que es migrante que dice que es de Salta o de Jujuy porque les da miedo.

Entonces hicimos nuestra propia investigación que vamos a presentarla ahora. Se llama Mujeres Migrantes en Argentina. Hicimos mil encuestas a mil mujeres.

También hemos hecho una investigación sobre violencia a mujeres migrantes. Todas las investigaciones las llevamos a cabo nosotras con algunos profesionales.

Para nosotros la migración es un derecho humano. Nosotros trabajamos el tema migratorio no sólo en el ámbito nacional sino internacional, concientizando.

Creo que acá es un ejemplo, en Argentina, que realmente fuimos los propios migrantes que tratamos de sacar la Ley de Migraciones. No quiero decir que fuimos los únicos sino que realmente fue lo que prácticamente convenció a todos los diputados, a todos los senadores para que se pudiera aprobar esa ley. Si bien cada organismo hizo lo que había que hacer, el puntapié inicial lo dieron las organizaciones de base, el propio colectivo migrante. De hecho la Ley de Migración no la sacamos como peruanos, como bolivianos, como paraguayos, la sacamos como migrantes en Argentina.

Entonces quizás eso tiene un poco AMUMRA, nosotros acá armamos muchas estrategias, además cuando vamos por un objetivo, hasta que no nos digan que sí, nosotros no bajamos los brazos. Nosotros vamos todos los días por el sí. Trabajamos sobre el sí.

Ahora estamos haciendo unas mesas de diálogo en el congreso. El 29 de agosto va a ser la tercera, sobre Migración y Trata; la primera fue sobre Migración y Trabajo y la segunda sobre Migración y Acceso a la Justicia. La verdad, muy importante, muy interesante porque sacamos conclusiones y a la vez propuestas.

Ahora también hemos terminado una investigación sobre Víctimas Sobrevivientes de la Trata que lo voy a presentar yo ahora en Tailandia.

 

La entrevista termina. A la oficina chiquita en el barrio porteño de Once, bien en frente de la plaza, ya llegaron varias de las voluntarias que ayudan a que esto pueda seguir funcionando. Antes de irme una antropóloga y una psicóloga ya habían iniciado sus tareas y una mujer se va con un trámite resuelto. El teléfono suena todo el tiempo, escucho lo que dicen las chicasque contesta y son siempre soluciones o recomendaciones a problemas muy duros, una es de una mujer que sufre violencia doméstica y a la que las instituciones no quieren atender y además la maltratan.

Me voy pensando que todavía queda un camino enorme por andar para que la gente y los gobiernos se sensibilicen con los que vienen, que puedan ver que la historia de la humanidad es una historia de migraciones y que ser migrante encierra un montón de tristezas y durezas propias del desarraigo. Me alegro porque existe Natividad Obeso y AMUMRA que están trillando y ayudando a construir ese camino.


(*) Asociación civil de derechos humanos de Mujeres Unidas, Migrantes y Refugiadas en Argentina
(**) La entrevista se realizó el día 15 de agosto
(***) Pava se le dice en Argentina al recipiente de metal para calentar el agua.
(****) Tacho se le dice en Argentina al pote donde se tira la basura.
Para saber más sobre AMUMRA se puede visitar su sitio: http://www.amumra.org.ar/

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Marina Klein

Estudiante del último año de la Licenciatura en Sociología en la Universidad del Salvador en Buenos Aires, Argentina. Colabora desde hace tiempo con ONGs que trabajan la temática de Derechos Humanos relacionados con el combate a la pobreza y por la inclusión social, la migración como derecho, la comunicación y la accesibilidad a la información. Es escritora de crónicas, ensayos y relatos. Ha participado y participa en varias publicaciones de Latinoamérica, tanto en papel como digitales. Ha tenido su propio ciclo radial dedicado a la literatura infantil. Durante varios años vivió fuera de las ciudades, en sitios pequeños, haciendo artesanías y recorriendo América Latina, buscando conocer otras maneras de estar en el mundo. Esto le ha servido para tener una mirada más amplia y una forma propia de percibir la realidad.

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