Tras un largo recorrido de más de 20 años en los escenarios y enseñando en varias escuelas de Cataluña, Laura Olivella decidió crear su propia escuela de danza llamada Som-hi Dansa. Este espacio le permite seguir enseñando y amando la danza pero, además realizar obras y espectáculos como El Cascanueces, espectáculo infantil que presentará durante el mes de diciembre en el teatro Guasch de Barcelona.
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Para Laura Olivella, la danza va mucho más allá de la técnica de los pasos y su virtuosismo, y llega hasta la intimidad de las personas otorgándoles seguridad, satisfacción, motivación y exigencia: hace posicionar al bailarín delante de la vida para ser parte de lo que es. Mito | Revista Cultural ha tenido el placer de entrevistarla antes del estreno que ella y su escuela realizarán de la clásica obra El Cascanueces en Barcelona.
Revista Mito. Bailarina, actriz, coreógrafa… ¿cómo has llegado hasta aquí?
Laura Olivella. Empecé haciendo gimnasia rítmica, después estudie la carrera de medio ambiente, pero descubrí que a mí me gustaba bailar y me fui a Nueva York a hacer clases de baile, pero iba periodos de tres meses por temas de visado. Cada junio me iba y volvía en septiembre. Fue al cabo de dos años que ya pude hacer cosas aquí en Barcelona. Lo primero que hice profesionalmente fue bailar en Port Aventura y a partir empecé a moverme en el mundo del baile.
R.M. ¿Es Port Aventura una salida para los que hacen baile?
L.O. Para muchas personas sí. Pienso que es como un training porque te da muchas tablas, sobre todo cuando eres muy joven y no tienes mucha experiencia, porque te hacen hacer pases cada media hora. Es como si fuera una escuela de calle, donde bailas y haces de actriz también. Aprendes a actuar para todo tipo de público.
R.M. ¿Dónde está la línea entre actriz y bailarina?
L.O. Yo soy bailarina, pero muchas veces acabas haciendo algo de actriz, muchas veces acabas interpretando algún texto o interpretando algo. En mi caso empecé bailando y cuando me di cuenta que interpretar también era una salida que me gustaba y que completaba mi profesión empecé a formar-me en teatro, interpretación a la cámara, canto… todo ayuda en este mundillo, debes estar preparada.
R.M. Además, también eres directora, ¿cuándo empiezas a serlo?
L.O. Yo siempre he dado clases de danza. Vengo del mundo de la gimnasia y fui entrenadora de gimnasia rítmica y empecé poco a poco a ser profesora de danza. Es a raíz de empezar a montar los primeros espectáculos que decido montar mi propia compañía y escuela de danza, abierta ahora hace dos años, porque antes de esto iba con la moto a las cinco escuelas diferentes en las que impartía clases hasta que dije basta. ¡Y monté mi escuela! La dirección de obras es como una consecución: con la escuela, montas festivales, y espectáculos para eventos, organizas fiestas, coreografías, y una cosa te lleva a la otra.
R.M. ¿Con qué tipos de obras?
L.O. Comencé haciendo obras infantiles con un grupo amateur que teníamos en Vilafranca. Pero siempre he dirigido obras relacionadas con el baile.
R.M. Ahora presentas El Cascanueces. ¿Hay alguna razón para haber escogido esta obra?
L.O. La primera razón es porque es muy comercial y después porque de las cuatro propuestas que hicimos al teatro en el que realizamos la obra es la que más les gustó.
R.M. A pesar de ello, ¿consideras que El Cascanueces tiene un mensaje que mostrar al mundo?
L.O. Creo que intenta decirnos que debemos creer en nuestros sueños. La protagonista de la obra no sabe si ha soñado o no lo que ha visto y es un poco como esa inocencia infantil que quiere dejar a la imaginación volar.
R.M. ¿Dirías, pues, que El Cascanueces es una buena obra para introducir a los más pequeños en la danza?
L.O. Creo que sí. El ballet de El Cascanueces es denso, pero nosotros hacemos una obra mucho más teatral. Además, en el teatro Guasch, que es donde realizamos la obra, no están acostumbrados a hacer danza y una de las premisas que nos pusieron fue que hubiera texto para que los niños no se aburrieran. Hemos modificado un poco la obra para que sea más teatral que musical, pero sin que deje de serlo.
R.M. Por lo que nos cuentas, ¿seguís manteniendo la música de Tchaikovski o la habéis cambiado?
L.O. Hemos cogido dos versiones de la música de Tchaikovski: la clásica y una versión que hizo Duke Ellington de jazz.
R.M. ¿Y cómo afecta esto a la obra original?
L.O. Pues hemos hecho una versión diferente. El Cascanueces explica una historia de una niña a la que le regalan un cascanueces en navidades y sueña, o no sueña, que lo conoce. Nosotros explicamos la leyenda de porqué el cascanueces es un muñeco de madera, cosa que no se explica en el ballet original.
El Cascanueces, escuela Som-hi dansa
R.M. ¡Que interesante! ¿A qué se debe tal cambio?
L.O. Principalmente para que se entienda mejor, ya que es una obra dirigida a un público infantil, pero también para explicar el origen del cascanueces.
R.M. Me imagino, pues, que tendréis que haber añadido más cosas, a parte de la música…
L.O. Sí, hemos introducido texto, aunque extraído del libreto original, y también una voz en off, que la realizará la dobladora Montse Miralles, para explicar la historia. Además, el estilo no danza no es sólo ballet clásico, sino también jazz, por ejemplo.
R.M. Por lo que respecta a la estética de la obra, su escenografía, ¿es también de manufactura propia?
L.O. Esta vez la escenografía nos la ha hecho un escenógrafo, (pero muy austero.) Aunque nosotros también hacemos parte de ella y de los vestuarios.
R.M. ¿Y cambiáis la escenografía? ¿La hacéis diferente de la obra clásica?
L.O. No, la mantenemos bastante. Y en vestuario habíamos pensado en poner a las ratas chupas de cuero para hacerlas más actuales, pero al final hemos desistido.
R.M. ¿De cuanto tiempo habéis dispuesto para realizar y ensayar la obra?
L.O. ¡Pues sólo de cinco semanas! Y sólo ensayamos los fines de semana porque no podemos exigirles grandes esfuerzos con lo que les pagamos. Lo que yo no quería es que nadie dejara su trabajo por este proyecto porque es un proyecto que durará un mes. ¡Ojalá que después nos salgan bolos! De hecho ya estamos en contacto con distribuidoras y programadores para que vengan a vernos.
R.M. ¿Y cuántos bailarines están haciendo la obra?
L.O. Seis. Una media de cuatro personajes cada bailarín. Lo complicado son los cambios de vestuario. Piensa que durante el baile estarán sudando y los cambios de vestuario serán muy complicados porque tienen que ser muy rápidos.
R.M. Alejándonos un poco de la obra de El Cascanueces, pero sin obviarla, ¿Cómo crees que afecta vitalmente la danza en la infancia?
L.O. Creo que muy positivamente porque les da expresividad, confianza, movilidad, motricidad, ritmo, música, disciplina, a la vez que les enseña a marcarse objetivos que alcanzar. Con el Cascanueces, que es una obra divertida, creo que puede acercar más la danza a los más pequeños.
R.M. A día de hoy, ¿Crees que alrededor de la danza gira todavía el mito de que es sólo para chicas?
L.O. Creo que en los niños todavía se mantiene, todavía les cuesta bailar. Aunque el hip hop está sirviendo para hacer entrar un poco al sexo masculino en la danza. Este problema tiene que ver mucho con la sociedad y con la familia: todavía hay padres que piensan que los niños tienen que hacer fútbol y no danza. Hacemos ver que este problema no existe, pero está. Aunque también hay que decir que poco a poco se va rompiendo.
R.M. ¿Y cómo se hace para romper con este mito?
L.O. Por ejemplo, en el último espectáculo que hicimos fue un chico el protagonista principal y todas las niñas pequeñas se quedaron sorprendidas. Intentamos que los niños piensen que bailar no es sólo ponerse de puntitas y para chicas, sino que es algo que va mucho más allá.
R.M. Sin embargo, estamos viviendo un tiempo muy duro, no sólo en economía sino también en cultura…
L.O. Sin duda, creo que el mundo de la cultura está muy muy mal: la enorme subida que se ha hecho del IVA es un problema porque los gastos culturales se vuelven insostenibles, y también porque hay quien se aprovecha de la situación en la que nos encontramos, a parte de que las subvenciones son cada vez menores. Una de las cosas que se estamos haciendo que no me gusta, pero que no tenemos mas remedio que hacerlo, es ir a taquilla, es decir, presentar una obra y se cobra según lo que se gane entre toda la gente de la compañía, sin sueldo ni nada. Yo he llegado a cobrar cuatro euros por trabajar en una función. Y Como directora o coreógrafa en esta obra no cobro nada. Espero que algún día, haya servido de algo, y pueda hacer trabajos más recompensables.
R.M. Y entonces, ¿Qué es lo que te motiva a hacer obras?
L.O. ¡Porque me encanta! Me encanta realizar, coreografiar, el equipo, los ensayos, crear cosas. Si no fuera así no estaría en esto. Y porque así damos oportunidades a la gente de la compañía, y vamos cogiendo experiencia y nombre para la escuela.
R.M. Podemos decir que hoy en día el mundo del espectáculo es un poco altruista.
L.O. ¡Totalmente! Es una pena porque la gente joven no puede volar. Casi todas las faenas que hay hoy son sin remunerar, aunque gente con mucho dinero haga las obras. Incluso se han llegado a rodar videoclips de artistas muy conocidos pagando cuarenta euros a las bailarinas: se están aprovechando de la situación de la profesión y esto está haciendo mucho daño. Aunque bueno, siempre hay gente joven con mucha iniciativa y como nos gusta tanto lo que hacemos siempre saldrán cosas nuevas pase lo que pase.
R.M. ¿Tiene algo que ver la situación actual por la que estamos atravesando para que hayas escogido hacer una obra infantil?
L.O. Hoy por hoy con un espectáculo adulto no hay muchas salidas, a no ser que seas una súper productora, mientras que en el infantil sí que hay público. Nuestros bailarines son todos jóvenes y este espectáculo sirve para darles una oportunidad de estar en el escenario, a la vez de poder seguir con la compañía y cobrar unos mínimos para ir tirando. Nosotros siempre miramos de pagar a todo el mundo; creemos mucho en la dignidad profesional y la defendemos.
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R.M. Y en tu opinión, ¿Crees que la danza sale más perjudicada que el resto de artes?
L.O. Creo que sí porque gusta menos. En Next Stop, mi última realización, pretendía romper con este tópico ya que quería hacer una obra que gustara mucho, comercial, que fuera de danza pero muy musical, un musical en el que sólo se bailara. Yo coreografío un tipo de danza más comercial porque es la que me gusta a mí: me gusta la danza contemporánea, pero no soy una gran espectadora. Lo que más me gusta es el Show Bussines o los musicales, como Singing in the rain, West side story, Mary Poppins.
R.M. Bueno, sabemos dónde realizáis la obra, en el teatro Guasch de Barcelona, pero no sabemos cuando.
L.O. Pues durante los cuatro fines de semana de diciembre, los sábados una función por la mañana y dos por la tarde, y los domingos una función por la mañana y otra por la tarde. En total, cinco funciones cada fin de semana. Luego buscaremos otro teatro para poder realizar la obra en enero, pero como no nos conocen demasiado los otros teatros quieren ver un vídeo antes.
R.M. ¡Muchas gracias por tu tiempo Laura y mucha suerte!
L.O. ¡Gracias a vosotros!
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