En México ciudad o mundo
ya no protegen los puentes del humo.
Los vagabundos protestan cansados
de que los poetas invadan sus calles.
En metro nadie viaja seguro en camión;
te vas con el amor recién lavado,
bajas sin pareja, sin dinero.
Los muros transitan por avenidas,
abren y cierran sus mentes con semáforo en mano.
El humano se ha comido al hombre
durante estos años de religiosa razón.
Las falsas banderas son falsos contactos
de un planeta que ni con bombas prende.
Tus ojos se apagan para no ver el horror;
los míos opacos, se pierden en los tuyos,
la sonrisa se me borra de las manos.
¿Por qué cierras la ventana si del otro lado también maúllas?
Las casas son refugios de guerra en mi país,
sales sin armamento a protestar o aceptas tu sino.
Las plumas, los ritos, la rabia y los gritos sobran
cuando nuestros tambores y sus petardos no destruyen el dolor de raíz.
No me quito el uniforme de granadero por vergüenza,
sino para arrojar granadas cobardes al amor tras las sombras.
¡Voten políticos! ¡Policías! ¡Poliesclavos! ¡Poliasesinos!
Voten para elegir democráticamente quién de ustedes debe morir primero.
La sangre fortifica los huesos de mi tierra llana,
nuestros muertos endurecen el corazón para seguir luchando.
Los heridos y presos son nuestras batallas ganadas
de una carnicería inefable para mañana limpiar la historia.
Lluevo en ambos lados del muro,
¡el muro no se moja!
Crezco verde bajo botas de trabajo,
crezco acostado en casas ricas;
¡sobre el muro no crezco!
Caliento morenas frentes blancas,
caliento láminas techo y concreto azotea;
¡el muro sigue frio!
¿Por qué te encierras, por qué te muestras
si siendo gato vas a morir?
Tus ojos son la oscuridad que guardo por dentro,
no basta con romper o saltar el muro;
tus garras me enseñan la indiferencia de la división.
¡Dos entre uno no puede ser dos!
¡Dios entre los hombres no puede ser Dios!
El único muro son los pelos donde guardas tu amor.
En mi país los gatos protestamos para que apaguen la luz por la noche,
los gatos somos criminales encerrados en su propio ser.
Las cárceles están al aire libre
para que alimenten a nuestros presos.
Portada: Centro Histórico de la Ciudad de México, Distrito Federal | Esparta Palma
¿CÓMO CITAR ESTE ARTÍCULO? : «Elegía de un gato». Publicado el 8 de abril de 2017 en Mito | Revista Cultural, nº.42 – URL: |
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