La historia de un artista especial, que no solo consigue ser creativo a través de su diferencia, el autismo, sino que también lo hace utilizando el ordenador
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Hace un año tuve el placer de conocer a Pipoye en el estreno de una exposición de su obra en Galerie Kandisha, en París. Fue un encuentro imposible de olvidar. Era un joven sonriente y amable, que estaba muy contento por la gente que venía para observar sus creaciones. Cuando se enteró de mi origen, o sea que era griega, mostró mucho interés; entenderéis el porqué más adelante.
Pero, ¿quién es Pipoye? Pipoye es un artista autodidacta marroquí nacido en Casablanca en 1997. A la edad de seis años descubrieron que era un niño autista. Dos años después sus padres le regalaron un ordenador, lo que cambiaría para siempre su vida. Pipoye encontró a través del ordenador un mundo nuevo que sin duda le emocionó profundamente. Yendo conociendo las culturas, los países, las lenguas y todos los pequeños elementos que forman nuestro mundo, fue creada no solamente la base de su arte, sino también una perpetua fuente de inspiración.
En consecuencia, se inspira en la observación de la vida cotidiana y de clichés de ciudades y cuadros famosos de maestros de la pintura que encuentra por Internet. Sus artistas preferidos son Klimt, Paul Klee, Kandisky, Gaudí, Sonia Delaunay, Takashi Murakami.
Lo que más destaca del arte de Pipoye es que se trata de un arte digital, es decir todo lo que crea, todas sus pinturas, están hechas en el ordenador y no a mano, como en la pintura “clásica”. En el caso de Pipoye, las nuevas tecnologías son una importante herramienta, tal y como señala su madre y fotógrafa Iman Chair: “Pipoye es un chico que nunca ha ido a la escuela sino que ha estudiado en casa…la mayor parte de los conocimientos adquiridos por Pipoye fue a través del ordenador y de Internet y gracias a éstos ha podido convertirse en un artista”.
Su obra se caracteriza, sobre todo, por el uso de colores vivos y atractivos, por sus líneas rectas y por ser quieta e insólita. En la mayoría de sus obras el protagonista es el ambiente urbano cambiante, que va trasladándonos a distintos lugares del planeta, y las personas, con los rasgos característicos del crisol de culturas diferentes. Observando una pintura suya puede que nos encontremos en Nueva York o Tokio. No cabe duda que cada pintura de Pipoye es un viaje a lugares que todos desearíamos visitar. Es como si hubiera viajado por todo el mundo, pero, en efecto, lo ha hecho a través de su ordenador.
Según Iman Chair, “Las obras de Pipoye son una invitación a viajar y conocer el mundo” y añade que “su visión especial del mundo nos sumerge en un torbellino de colores que suscita curiosidad y gracia, todo ello posible gracias a su originalidad a causa de su identidad y de una pincelada de autismo que, en muchas ocasiones, se convierte en algo esencial para triunfar en las artes y las ciencias».
Pipoye ha superado desde hace mucho tiempo las fronteras de su país. En 2011, la Fondation Orange le eligió para decorar con su estilo original las fachadas de tabletas digitales y capots de ordenador y su trabajo se presentó en el salón VIP de la FIAC, en Grand Palais en Paris. El responsable de esta fundación descubrió la obra de Pipoye por Internet y se quedo impresiado por su calidad y originalidad. En 2012 sus pinturas fueron expuestas en la Galerie Kandisha, en París. Además, una obra suya han sido expuestas en la Soho Digital Art Gallery, en Nueva-York.Sus creaciones se encuentran también en una edición de un libro de arte de la estadounidense Debra Hosseini con el título “The Art of Autism” (2012). Se trata de una obra que agrupa las creaciones de unos artistas internacionales prodigiosos, quienes tienen como punto común el autismo que forja su creatividad.
En octubre de este año se lanzó una colección de T-shirts figurando motivos de sus pinturas, después de una propuesta de una casa de alta costura.
Actualmente, podéis disfrutar de las pinturas de Pipoye en Marrakech, en “Maktoub by Max & Jan”, donde están también a la venta sus T-shirts. El estreno tuvo lugar el 19 de diciembre y la exposición va a durar hasta finales de enero.
En pocas palabras, Pipoye es un ejemplo, una muestra que el autismo no es una enfermedad sino una diferencia que precisa una refutación de los estereotipos y prejuicios. Su arte explora la alegría, la vida y la esperanza, un reflejo de lo que es él mismo.
Portada: Estados Unidos, por Pipoye